
EN EL sector rural, la informalidad laboral se mantiene por encima del 83%, y es una de las preocupaciones de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). En declaraciones a los medios, el presidente del gremio, Jorge Bedoya, dijo que “el panorama de la informalidad laboral rural es simplemente lamentable. Se mantiene una tasa superior al 83% y por eso, desde la SAC y con nuestros 21 gremios afiliados, hemos venido insistiendo en la necesidad de una reforma laboral que reconozca las formas de trabajo en el campo”.
Sostiene el dirigente gremial que el empleo rural en Colombia asciende a más de 3,15 millones de personas, de las cuales una gran mayoría se encuentra en la informalidad. “Es simplemente muy lamentable que el 83% esté en la informalidad laboral”, enfatizó.
Berdoya destacó que en algunas regiones y sectores productivos se ha avanzado en la formalización laboral, mencionando a la industria del banano, las flores, la palma, la avicultura, la porcicultura, la tilapia y el aguacate hass como ejemplos de mayor formalidad. Sin embargo, advirtió que en los cultivos de ciclo corto la situación sigue siendo crítica.
El dirigente hizo un llamado al Congreso de la República y al nuevo ministro del Trabajo para que la reforma laboral incluya medidas concretas para reducir la informalidad en el campo. “Si no se hace una reforma laboral que contribuya a reducir esta tasa de informalidad, pues es mejor que los artículos que pretende el Gobierno definitivamente no salgan del Congreso de la República”, dijo.
Según el DANE la informalidad persiste como un desafío estructural, afectando especialmente a las zonas rurales y a las micro y pequeñas empresas, donde la falta de estabilidad laboral es una constante.
Uno de los aspectos más preocupantes es la disparidad en las cifras entre las grandes ciudades y las regiones más apartadas del país. Mientras que en las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas la informalidad alcanzó el 42,5%, en el total de las 23 ciudades medidas la cifra subió a 43,8%. Sin embargo, en las zonas rurales y poblaciones alejadas, el índice de informalidad se disparó hasta un alarmante 82,8%.