El crecimiento de la economía podría verse afectado por las prevenciones que están tomando los consumidores con sus compras. Este impacto se deriva de la caída de la confianza en el consumo que publicó Fedesarrollo.
Un análisis del Bancolombia sostiene que “el balance actual de la confianza del consumidor resulta ser una señal de alerta para el desempeño de la actividad económica”.
Señalan los economistas que “si bien el análisis descrito anteriormente sugiere que el choque no es contemporáneo, manifiesta la existencia de una relación directa entre la confianza de los consumidores y el desempeño productivo del país”.
Sin embargo, advierten que “no obstante la modificación del proyecto de ley de financiamiento mediante la cual ya no se modificará la base tributaria del IVA dentro de la canasta familiar, podría revertir parcialmente la tendencia negativa de la serie. Así pues, no esperaríamos que durante 2019 el efecto sobre el crecimiento sea tan fuerte como el que se podría prever con el estado actual, pero la tendencia reciente se erige como una alarma que los agentes y las autoridades no pueden dejar desapercibida”.
Impacto
Consideran los expertos que el balance negativo de este indicador tendría un impacto sobre la actividad productiva luego de unos meses. “Con el objetivo de determinar cómo estos resultados afectarían el rumbo de la economía, realizamos un análisis que vincula la relación entre el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) y el Índice de Confianza del Consumidor (ICC). A su vez, incluimos en el sistema analizado regresores como la inflación y la tasa de cambio, variables que afectan en cada momento las decisiones de consumo de los hogares”, dicen los analistas de la entidad financiera.
Intuitivamente, al ser el consumo privado el principal determinante del crecimiento al representar cerca del 70% de la economía, el deterioro en la disposición a gastar por parte de los hogares debería poner un techo a la expansión de la actividad económica. “Los hallazgos de nuestro ejercicio muestran concordancia con la afirmación anterior: un descenso de 1 punto en el cambio anual del ICC se traduce en una disminución de 0,26 puntos en la variación anual del ISE al cabo de nueve meses. Resaltamos que tal efecto empieza a ser relevante a partir del séptimo mes y pierde significancia luego del quinceavo”, aseguran.
Según Fedesarrollo la confianza de los hogares profundizó su caída en noviembre. Tras unos meses en los que el indicador describió balances solo ligeramente pesimistas, en el onceavo mes del año registró la tercera caída intermensual más grande desde que se publica (noviembre de 2001). En efecto, al ubicarse en -19,6%, el Índice experimentó una caída de 18,3 puntos frente al balance correspondiente a octubre de 2018. Vale la pena mencionar que en la comparación anual el retroceso es de 9,6 puntos.
Resultado
Las ganancias que se registraron a partir de noviembre de 2017 en el ICC ya fueron revertidas en su totalidad. Los 25,5 puntos de avance que se registraron desde este mes hasta julio del presente año fueron consecuencia de una actividad económica más dinámica, niveles de inflación cercanos al rango meta, un mercado laboral relativamente resiliente, niveles de tasa de cambio estables y el acontecimiento del Mundial de Fútbol a mediados del año. Sin embargo, algunos eventos que traen consigo incertidumbre para los hogares, como lo pueden ser los comicios presidenciales y el trámite de la ley de financiamiento, en particular en lo concerniente a los cambios tributarios con efectos sobre las personas naturales y la canasta de consumo, son factores que han imperado en la percepción de las familias a la hora de evaluar su situación económica.
Las expectativas de los consumidores explicaron en gran medida el retroceso del ICC. El índice de expectativas de los consumidores (IEC) retrocedió 27,6 pps frente a octubre y se ubicó en -23,7%. La lectura del mes resulta ser la segunda más baja desde 2001, superada únicamente por la registrada en enero de 2017 (-28,3%), mes en el que empezaron a regir cambios en la estructura impositiva tras la aprobación de la reforma tributaria de 2016 y en el que además el ICC descendió hasta su mínimo histórico.