Reforma a salud genera crisis de confianza entre usuarios y empresas | El Nuevo Siglo
Anwar Rodríguez, vicepresidente de Salud de la ANDI. / ANDI
Viernes, 26 de Enero de 2024
Redacción Economía

El vicepresidente de Salud de la ANDI, Anwar Rodríguez, aseguró a EL NUEVO SIGLO que Colombia en los últimos 30 años ha avanzado de manera muy clara en este sector, quizá siendo el país de la región que más lo ha hecho.

Sostiene el dirigente que “el sistema de salud está en una encrucijada, porque la protección de los pacientes y las familias debe ser una prioridad para todos, tanto hoy, como en el futuro. Estamos viviendo un momento coyuntural de crisis de confianza y de crisis financiera, y el paciente es quien queda en el centro de esa situación”.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cree que el Gobierno le hará caso al pronunciamiento de los exministros y exviceministros sobre los riesgos que tiene el proyecto de reforma de la salud?

ANWAR RODRÍGUEZ: La carta de los exministros y exviceministros es un campanazo de alerta sobre la crisis actual del sistema de salud y sobre la incertidumbre que ha generado la reforma. Mal haría el Gobierno en hacer oídos sordos a esas advertencias. Ahora, a pesar de la reacción del ministro, sobre el tema de la reforma, resaltamos que haya decidido finalmente hablar de las cifras del sector y reconocer el déficit de recursos para atender a los pacientes, contratar los servicios, pagar a los médicos y comprar los medicamentos, insumos y dispositivos. Esa discusión pone en el centro del debate la financiación del sistema y, en términos más generales, las finanzas públicas.

Colapso

ENS: ¿Qué tan cercano o lejano es un colapso financiero en el sistema de salud hoy?

AR: El sistema de salud está en una encrucijada. La protección de los pacientes y las familias debe ser una prioridad para todos, tanto hoy, como en el futuro. Estamos viviendo un momento coyuntural de crisis de confianza y de crisis financiera, y el paciente es quien queda en el centro de esa situación. Son constantes las alertas de los operadores del sistema en términos de insuficiencia de recursos o de falta de oportunidad en el giro de estos. La discusión de la reforma ha ocupado todos los espacios y, mientras esto sucede, se han dilatado u omitido las acciones que se requieren para la correcta operación del sistema. Es difícil determinar un momento definitivo para el colapso, pues el deterioro viene ocurriendo gradualmente en la medida en que los actores privados del sistema han soportado buena parte de la insuficiencia de recursos con sus patrimonios y seguramente se presentarán reducciones paulatinas en los servicios, cierres parciales de operaciones y cambio en las relaciones financieras con proveedores y colaboradores. Pero ya existen problemas de atención a pacientes, quienes serán los más afectados con este colapso.

ENS: ¿Cómo analiza la demanda del ministro de Salud contra las EPS por el tema de las reservas técnicas?

AR: El ministro decidió demandar a 21 EPS por presuntamente haber incumplido normas sobre las reservas técnicas, con conocimiento previo de las dificultades que enfrentan los aseguradores para constituir estas reservas, dada la insuficiencia de recursos que debe solucionar el Gobierno nacional. Esta demanda no tiene antecedentes en el país, porque es la Superintendencia de Salud la entidad competente para vigilar y asegurar el cumplimiento de estas normas por parte de las EPS, por lo cual resulta un sinsentido que ahora el ministro use a la Rama Judicial para buscar que los jueces hagan el trabajo de las entidades del sector salud.

ENS: ¿Si el Gobierno no reajusta este año la unidad de pago por capitación (UPC) es posible que el sistema pueda seguir funcionando con los mismos niveles de calidad y eficiencia de hoy?

AR: Una adecuada asignación de recursos es fundamental para la correcta operación del sistema, la protección de los pacientes y sus familias. Nos preocupa la situación financiera del sistema, incluso antes de la reforma. Sin una oportuna y suficiente asignación de recursos, se materializarán barreras de acceso, incremento en los tiempos de espera y mayor gasto de bolsillo de los hogares colombianos para atender sus necesidades de salud. No se han asignado los recursos suficientes en el presupuesto nacional para soportar el incremento de la UPC, que, por cierto, quedó muy por debajo de lo que indicaban los diferentes análisis técnicos de centros de investigación, que arrojaban un incremento cercano al 16 %. También es fundamental para el pago de los servicios de salud a prestadores, el pago de los salarios y honorarios de médicos y el talento humano en salud, así como la compra de medicamentos, dispositivos e insumos.

El gasto

ENS: La gente piensa en el sistema de salud por el tema de la atención médica y el aseguramiento. Sin embargo, también tiene un alto impacto económico en materia de PIB, de servicios y recursos que se mueven. ¿Cuáles son las cifras al respecto?

AR: Hoy gastamos cerca del 8 % del PIB en salud. Las proyecciones de gasto tenderán a aumentar en la medida en que nos envejecemos y demandamos más servicios de salud. Eso no solamente sucede en Colombia, pasa en todos los países del mundo. Además, la pandemia afectó de manera estructural la forma en que nos relacionamos con el sistema. Se han incrementado las frecuencias de uso y los costos.

ENS: ¿Ve posible que el sistema de salud funcione con un esquema altamente estatizado y con una reducción de la participación del sector privado?

AR: En el sistema de salud colombiano se ha desarrollado la mayor alianza público-privada de nuestra historia. Es un hecho que no se puede desconocer. Por ejemplo, que más del 90 % de las instituciones prestadoras de servicios de salud, son clínicas y centros de atención privados. Parece imposible que las entidades públicas puedan asumir la inmensa responsabilidad que tiene el Estado con los ciudadanos. De entrada, es una capacidad instalada que se ha consolidado gracias a la legitimidad de nuestro sector, a la capacidad del sector de atraer inversión. Destruir esa capacidad en aras de volcar el sistema hacia lo público, sería un grave error que iría en detrimento de la atención. Hoy no hay capacidad suficiente para atender las demandas de salud de todos los colombianos y el proceso de generar esa capacidad a través de una red pública sería muy costoso y con baja probabilidad de éxito.

Calidad

ENS: ¿Cómo entender que un sistema de salud que a nivel internacional está considerado entre los mejores del mundo, a nivel local el Gobierno insista en que es inviable e ineficiente?

AR: Colombia en los últimos 30 años ha avanzado de manera muy clara, quizás siendo el país de la región que más lo ha hecho. Todos los indicadores que comparan el desempeño de los sistemas de salud nos dejan relativamente bien calificados. Eso no quiere decir que la tarea ya esté finalizada, aún hay mucho por hacer. Para ello debemos trabajar más y atraer más inversión para mejorar el sistema de salud. Mientras el país tenía una senda clara en los asuntos que debían trabajarse para mejorar el sistema, como la creación de mecanismos para ampliar la oferta educativa de especialistas médicos y la eliminación de barreras de acceso al paciente, el Gobierno ha desfinanciado el sistema y ha propuesto e impuesto una reforma que no aborda esos problemas reales.

 

La postura de la ANDI

ENS: ¿Cuál ha sido la postura de la ANDI frente al articulado que empieza a discutirse para tercer debate en la Comisión Séptima del Senado?

AR: Desde la ANDI, y las cinco cámaras de la Salud de la Asociación, que agremian a los aseguradores, prestadores, y proveedores de tecnologías del sector, manifestamos nuestra preocupación por el texto de la reforma a la salud que fue aprobado en la Cámara de Representantes y empieza su trámite en el Senado. El proyecto de ley pone en riesgo los avances progresivos adquiridos en la protección del derecho fundamental a la salud de los últimos 30 años, lo cual va en contravía con el principio constitucional de no regresividad que limita la función legislativa. El articulado propone un sistema improvisado, político, con altos riesgos de corrupción y totalmente inoperante, donde los afectados seríamos todos los colombianos y con mayor gravedad las personas de menores ingresos, la población más vulnerable y los pacientes crónicos o con enfermedades catastróficas.