Se disparan los ‘robos hormiga’ en los supermercados del país | El Nuevo Siglo
LOS altos niveles de robo en los supermercados han llevado a los mismos a diseñar mejores sistemas para evitar este problema.
Archivo AFP
Jueves, 27 de Octubre de 2022
Redacción Economía

Los supermercados del país perdieron en el año 2021 por ‘robos hormiga’ (internos y externos) más de $122 mil millones, es decir $10 mil millones más que en el 2020.

De acuerdo con el informe de Fenalco, hay participación de bandas dedicadas a este flagelo, aunque se observó un incremento en el índice de percepción de casos de robo por necesidad, después de la dura situación en pandemia.

Esta situación se conoció en la más reciente versión de Góndola, el evento más representativo del retail latinoamericano, que se realizó en Cartagena.

En el mismo, Fenalco dio a conocer los resultados del Censo Nacional de Mermas realizado por la firma consultora We Team, con el apoyo de Sensormatic.

“Durante el año anterior el 20% de la merma (disminución del inventario) en almacenes y supermercados del país obedeció a la modalidad de robo. Unos $35 mil millones corresponden a robos cometidos por funcionarios o empleados y $87 mil millones pertenecen a robo externo. Cabe mencionar que en las dos modalidades hay participación de bandas dedicadas a este flagelo, aunque se observó un incremento en el índice de percepción de casos de robo por necesidad, después de la dura situación en pandemia”, afirmó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.

En el periodo enero-diciembre de 2021 se registraron 34.150 casos de robo en grandes superficies, un incremento del 6% frente al 2020. Este aumento, según el informe de Mermas, como consecuencia, en gran medida, de una mayor apertura al público, luego de las restricciones por cuenta del covid-19.

Asimismo, se incrementaron los casos en la Costa Atlántica, Pacífica, Centro del país y Occidente. Solo se registró una leve disminución en el Oriente colombiano.

Productos

En el top 15 de los productos más robados están las golosinas en minigóndolas, atún/enlatados, gaseosas, licores, productos cárnicos/carnes frías, granos (lentejas - arroz), leches, artículos de aseo personal, digitales (electrónicos), droguería/OTC, galletería, cuchillas de afeitar, ropa en general y carros HotWheel.

Entre las modalidades de robo interno se destacan: mercancía camuflada en ropa o maletines, otras no detectadas; cajeros (mercancía que sale, pero no se factura); complicidad externa; consumo de alimentos en la tienda; mercancía que no entra, pero se factura; ponerse ropa del almacén; cambio de códigos.

En cuanto al robo externo están la sustracción de mercancías en bolsas de aluminio; la sustracción aprovechando que no se entrega bolsa plástica; ocultar mercancías en prendas, bolsos y carteras; mercancías en bolsa plástica del almacén y tiquetes falsos, así como el cambio en el código de las mercancías, consumo en la tienda, uso de desactivadores o herramientas para inhabilitar la protección y ponerse ropa del almacén.



Robo organizado

Se entiende el robo interno como aquel que se genera por personas que tienen relación laboral con el comercio en el cual se desarrolla el ilícito, mientras que el externo es por personas que no tienen ningún tipo de relación. En ambos casos, se puede presentar de manera aislada o en conjunto con otras personas, por lo que se le denomina robo en bandas organizadas.

De acuerdo con Tomás Márquez Montoya, coordinador corporativo de Prevención de Pérdidas del Grupo Éxito, “el retail es uno de los sectores económicos más agiles y dinámicos en el país. Muestra de ello fue su capacidad de adaptación y disponibilidad en tiempos de una pandemia que prendió las alertas de la economía global, donde siempre se puso por encima el bienestar y servicio de los consumidores, proveedores y sus empleados, así como el apoyo desinteresado a las comunidades más afectadas por las restricciones derivadas del covid-19”.

Señala que “el control del inventario, y por ende la merma, no podía ser inferior a este reto de adaptación y resiliencia por la que nos guiaba el sector, donde tomaba mucha más importancia la data en tiempo real y el manejo de indicadores con alta confiabilidad. Inicialmente la invitación fue a buscar innovación en un proceso altamente operativo, en búsqueda de aumentar productividad. Superar paradigmas, no solo desde la seguridad física sino de las metodologías de conteo de inventario que implicaban aglomeración de personal y que ahora se veían limitadas por las medidas de bioseguridad adoptadas”.