AUNQUE EL Gobierno aplazó 12 billones de pesos del monto de presupuesto para este año, Fedesarrollo calcula que será necesario un recorte adicional de $27,6 billones, equivalente al 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), para que no se dispare el déficit fiscal.
Así lo señala este centro de pensamiento, que a la vez sostiene, que 2024 estuvo marcado por rezagos significativos en el recaudo tributario y la ejecución presupuestal, particularmente en el rubro de inversión, en comparación con años anteriores.
El recaudo tributario acumulado a diciembre de 2024 alcanzó $267,2 billones, con una variación nominal anual de -4,2% y real de -8,5%, solo superada por la contracción real registrada en 2020 en el contexto de la pandemia (-8,6%).
Como resultado, el cumplimiento del recaudo fue del 95,6% respecto a la meta recortada de $279,4 billones, en comparación con el 96,2% observado en 2023, generando un faltante de recaudo de $12,2 billones (0,7% del PIB).
La ejecución presupuestal total al cierre de 2024 fue del 83,1%, lo que representó una disminución de 4,8 puntos porcentuales frente al 87,9% promedio del último quinquenio. En términos absolutos, se ejecutaron $395 billones del presupuesto general, frente a un monto total apropiado de $475 billones.
El mayor rezago se concentró en los recursos destinados a inversión, cuya ejecución fue de $90,6 billones, equivalente a un nivel de cumplimiento del 57%. Esto representó una caída significativa de 20 puntos porcentuales frente al promedio de los últimos cinco años (77%).
Recorte adicional para este año
Para 2025, el presupuesto aprobado asciende a $511 billones, tras el aplazamiento por $12 billones asociado al rechazo del proyecto de ley de financiamiento en el Congreso.
No obstante, Fedesarrollo considera necesario un recorte adicional de $27,6 billones (1,5% del PIB), una magnitud similar a los recortes observados en 2024. Este ajuste responde a la incertidumbre sobre los ingresos proyectados por mejor gestión de la DIAN (0,8% del PIB) y a menores expectativas de recaudo tributario (0,7% del PIB) como consecuencia del faltante observado en 2024, lo que generará una menor base de recaudo para 2025.
Con este recorte, se estima que el déficit fiscal podría ubicarse en 4,7% del PIB, mientras que el balance primario neto estructural alcanzaría un superávit del 0,5% del PIB. Sin este recorte adicional, el déficit del Gobierno nacional podría aumentar a 6,2% del PIB, lo que generaría un incumplimiento de la regla fiscal.
Así mismo, para este año se anticipa un déficit de cuenta corriente del 1,9% del PIB, aumentando 0,2 puntos porcentuales respecto a 2024. Este deterioro estaría explicado por un mayor déficit comercial de bienes (+0,4 puntos porcentuales), debido a una aceleración del crecimiento económico hasta el 2,6%, que impulsaría las importaciones de bienes de capital e intermedios por la recuperación de la inversión.
En contraste, las exportaciones caerían un 2,5% anual, afectada por menores precios de commodities y una reducción en la producción de petróleo. Estas dinámicas serían parcialmente contrarrestadas por una reducción de 0,3 puntos porcentuales en el déficit de renta factorial, asociada a menores pagos de intereses y utilidades de empresas extranjeras.
Igualmente, para 2025 se proyecta que las presiones inflacionarias sigan cediendo, con una inflación total estimada de 4,02% y una inflación básica de 3,87%. Esta tendencia a la baja estaría impulsada principalmente por los componentes de regulados y servicios, y en menor medida por alimentos.
En el caso de regulados y servicios, la moderación reflejaría la indexación a una inflación más baja en 2024 y los efectos base derivados de la reducción en los precios de combustibles y electricidad durante 2024. No obstante, este efecto sería parcialmente compensado por un incremento en los precios de los bienes, asociado a la depreciación del peso y un mayor dinamismo del consumo. La proyección del componente de servicios incorpora el impacto del incremento del salario mínimo de 11%, incluyendo el subsidio de transporte.
En cuanto a la política monetaria, la tasa de intervención cerró el 2024 en 9,50%, superando la estimación previa de 9,0%. Para 2025, se prevé que el Banco de la República adopte un enfoque más moderado en el ritmo de recortes, situando la tasa de interés en 6,75% al cierre del año.