La sequía y la ola de calor disparan el precio del trigo y de los demás cereales en los mercados mundiales de las materias primas agrícolas. Los analistas no temen, sin embargo, una crisis alimentaria como la de 2007 y 2008 debido a las reservas "suficientes".
Tras haber superado la barrera de los 200 euros por tonelada en julio, los precios del trigo acabaron con un alza del 6% el viernes, después de haber rozado el jueves los 220 euros durante la jornada en el mercado europeo Euronext. Un pico que no se ha alcanzado desde abril de 2014.
El principal motivo de esa subida está relacionado con las condiciones climáticas. La cosecha mundial de trigo ha sido más baja de lo esperado, en algunos casos en proporciones importantes. La de maíz, que todavía no se ha llevado a cabo, también está amenazada.
La sequía ha sido especialmente dura en el norte de Europa.
En Polonia, donde el mes de mayo fue el más cálido en 55 años, se prevén pérdidas "muy importantes" de trigo y del 20% para el colza, según el gobierno. Letonia declaró a partir de junio el estado de calamidad agrícola. Suecia vive una sequía sin precedentes, y en Dinamarca la cosecha de cebada ha sido "catastrófica", según un intermediario consultado por la AFP.
La preocupación se centra sobre todo en el caso de Alemania, donde el miércoles la primera organización de productores, DBV, corrigió a la baja sus previsiones de cosechas, que ya se anticipaban inferiores a las del año pasado. En lugar de 41 millones de toneladas de cereales esperadas, se espera que Alemania sólo obtenga 36.
En Francia, el alza de los precios alegra sin embargo a los agricultores cerealistas tras varios años complicados. El 40% de ellos están en números rojos.
Oxígeno
"Si suben los precios, eso permitirá que muchos encuentren oxígeno", celebró el presidente de la asociación de los productores de trigo AGPB, Philippe Pinta.
En Rusia, el servicio meteorológico prevé una caída de producción de cereales de entre el 15 y el 20% en el país, que se convirtió en el primer exportador mundial de trigo el año pasado por delante de Estados Unidos, según la empresa de correduría ODA.
Fuera de Europa, Australia sufre también un claro déficit hídrico en el suroeste del país, que podría llevar a una cosecha de trigo inferior a las 20 millones de toneladas si las condiciones climáticas no cambian rápidamente, indicó la empresa especializada en los mercados agroindustriales Agritel.
La Comisión Europea autorizó el jueves a los estados miembros a ayudar económicamente a los agricultores afectados que podrán recibir anticipos y obtener derogaciones para usar tierras que se dejan habitualmente en barbecho para producir forraje para los animales.
Por último, África subsahariana también sufre una sequía en el período de transición entre el final del consumo de la cosecha anterior y la llegada de la siguiente. Además, la inseguridad alimentaria se ve agravada por la inseguridad a secas, especialmente en el Sahel, escenario de conflictos armados.
Como suben los precios, los países pobres sufrirán si los gobiernos no dan mayores subvenciones para el pan y los alimentos básicos, avisa un corredor especializado en materias primas agrícolas que pide el anonimato.
Este no prevé, sin embargo, consecuencias como los disturbios registrados durante la crisis alimentaria de 2007-2008 o las revueltas de la Primavera Árabe que siguieron, que comenzaron a menudo con malas cosechas y alzas de las materias primas agrícolas en un contexto de caída de las reservas mundiales.
"En 2010, los precios subieron hasta casi 300 euros por tonelada de trigo, no estamos en una fase tan crítica como para desestabilizar a un gobierno, y las reservas mundiales son suficientes", afirma ese analista. "Estamos en una configuración muy distinta".