“ES IMPERATIVO que el ejecutivo brinde mensajes de tranquilidad que propicien un ambiente de negocios favorable para la inversión y faciliten el crecimiento de largo plazo”. Así lo señala el centro de pensamiento, ANIF, al analizar la situación actual de la economía en medio de la incertidumbre política y los cambios en las reglas de juego para algunos sectores de la economía, como el de hidrocarburos e infraestructura.
Sostiene el informe que “no fue, sino hasta 2023 que los temores comenzaron a materializarse en cambios de las reglas de juego, particularmente en el sector constructor, clave para la inversión; las decisiones unilaterales sobre la estructura de financiamiento de las obras de infraestructura en el país y el cambio en la estructura de asignación del programa líder en vivienda fueron afectados por las decisiones del gobierno en curso”.
Clima de negocios
Asegura ANIF que “estos hechos mantienen en 2024 bajas expectativas de mejora en el clima de negocios. La poca claridad en la primera versión del decreto de liquidación del Presupuesto General de la Nación 2024, junto con los anuncios de la intervención del presidente en los recursos comprometidos en vigencias futuras marcan el inicio de un año con niveles de incertidumbre persistentemente altos. Es así como la transición y cambio de norte en la política económica del país han jugado un papel importante en ese resultado. No es de extrañar que el deterioro del índice se desprenda principalmente de las presiones fiscales y de la libertad de inversión y de negocios”.
Indica el informe que “si bien la relación entre el riesgo país y la tasa de devaluación con el capital fijo no aplica de forma uniforme para los principales países latinoamericanos, en el caso colombiano la situación es distinta. Los factores de riesgo internos se han manifestado en esos indicadores económicos y parece que alteraron las decisiones de inversión. Al cierre de 2023, la formación en capital fijo se encuentra 10,5% por debajo de lo que tenía el país en 2019 en el cuarto trimestre”.
Por otra parte, el reporte resalta, además, que Colombia se ubica como el país de mayor riesgo. Esa situación inició con el Paro Nacional que vivió el país en 2021 y se profundizó desde el 2022. Además, cuenta con una de las caídas más pronunciadas de la inversión en comparación con su vecindario cercano.
Al dar una mirada más amplia a la región, esa situación ha sido particularmente ácida para Perú. A causa de la destitución de su presidente a finales de 2022, la percepción de riesgo en el país Inca aumentó y redujo el flujo de recursos que financian la inversión.
Variables
De la misma manera, otra de las variables que dan cuenta del nivel de incertidumbre que atraviesan las economías es la tasa de cambio. Cuando las monedas locales registran fuertes y sorpresivas tasas de devaluación, son habitualmente respuesta a entornos políticos inciertos. De nuevo, Colombia es un claro ejemplo de ello.
La devaluación registrada en el país, que en su punto más álgido llevó al peso a superar los $5.000 (equivalente a una depreciación de 24% en el cuarto trimestre de 2022) pasó factura en las decisiones de inversión de los agentes. Caso similar sucede, aunque en menor medida, con Chile y México.
Asegura el informe que Colombia es quién más ha perdido terreno entre los principales países de Latinoamérica en el índice de libertad económica con respecto al 2019. Se encuentra un 12% por debajo del nivel prepandemia.
Todo eso parece que ha llevado a que Colombia sea un país cada vez menos atractivo para invertir. Así lo refleja el índice de libertad económica de The Heritage Foundation. Este índice evalúa principalmente 4 aspectos: estado de derecho, el tamaño del gobierno, la eficiencia regulatoria y la apertura de los mercados.
Los resultados del Índice muestran un deterioro progresivo y acelerado para Colombia desde 2021 y la ubican un 12% por debajo de donde se encontraba en 2019.