Tras la decisión de Standard & Poor’s de degradar la nota de Colombia de BBB- a BB+ con lo que se pierde el grado de inversión que por diez años mantuvo el país, hay temor en los mercados de que, si el Gobierno no logra avanzar en medidas que eviten un aumento del déficit fiscal, las otras calificadoras tomarán el mismo camino.
Si bien Moody's todavía mantiene la calificación de Colombia dos niveles por encima del grado de inversión y Fitch ubica al país en 'BBB-', las cicatrices de la pandemia y el limitado margen político para implementar reformas estructurales significa que no se puede descartar otra reducción este año.
Una primera consecuencia de esta situación se presentó ayer debido a que el precio del dólar se incrementó en el mercado cambiario $40. Asimismo, Bancóldex, que ya tenía programada una colocación de bonos ordinarios para hoy por $500.000 millones, con posibilidad de sobreasignar hasta $200.000 millones más, decidió suspender la operación.
La entidad dijo que el aplazamiento se da ya que la modificación en la calificación de la Nación es un hecho sobreviniente a la publicación del aviso de oferta, que escapa del control de la entidad y que afecta en forma material las condiciones financieras en las que se realizaría la colocación de los bonos ordinarios que se ofertó.
Efectos
Asimismo, otra consecuencia directa, es que los bonos en dólares de Colombia también corren el riesgo de perder el grado de inversión. Actualmente, tienen una calificación de BBB- con perspectiva negativa, tanto de S&P como de Fitch. Una posible rebaja tiene altas implicaciones en los precios, dado que están solo un nivel por encima del estado de alto rendimiento.
De acuerdo con los analistas del Citi, “estos riesgos incluyen la posible exclusión de los índices crediticios globales, si Colombia pierde calificaciones de dos agencias, lo que crea algunos obstáculos técnicos. El momento de dicha rebaja depende del resultado de la reforma fiscal del Gobierno, que apenas está comenzando sus discusiones en el Congreso, con la aprobación esperada de una versión diluida del proyecto de ley antes del 20 de junio”.
Asegura este análisis, que “Fitch normalmente comunica decisiones en torno a mayo y noviembre, pero es probable que espere el resultado de la reforma tributaria en junio y puede que comunique entonces su decisión. O podrían seguir el ejemplo de S&P y posponer una decisión sobre sus perspectivas negativas para una reunión a finales de año. Además, agencias han señalado que evitarán acciones en torno a las elecciones presidenciales de 2022, por lo que deberíamos ver una resolución todavía en 2021”.
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Los bonos
Indican los expertos que el problema presente, es que los bonos externos de Colombia ya están valorando una rebaja. Esto, pues han tenido un rendimiento inferior al de otros créditos BB soberanos de mercados emergentes durante los últimos 12 meses. A nivel de índice, Colombia cotiza solo 50 puntos básicos más ajustada que el complejo BB, frente a 200 puntos básicos más ajustados en abril de 2020. Esto sugiere que el mercado ya descuenta la rebaja y la fijación de precios se determina bajo esta posibilidad.
Eso lo confirma la agencia de noticias Bloomberg, que señaló que los bonos de Colombia en dólares se cotizan como si ya no tuvieran grado de inversión, a medida que inversionistas apuestan que el Gobierno no logrará aumentar los impuestos lo suficiente como para que la deuda del país no caiga hacia un terreno de especulación.
Respecto a esta situación, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, dijo que “la revisión de la calificación responde a la expectativa de la agencia de un ajuste fiscal más gradual y prolongado en el contexto de los desafíos derivados de la pandemia. Por su parte, la perspectiva estable refleja la importancia de la recuperación del crecimiento económico, junto con medidas fiscales que contribuyan gradualmente a la reducción del déficit fiscal y la estabilización de la deuda pública”.
El Ministro reiteró el compromiso del Gobierno nacional de continuar trabajando en políticas que aceleren la reactivación económica y la generación de empleo, así como en esfuerzos por alcanzar consensos que permitan la financiación de programas sociales y la estabilidad de las finanzas públicas. “Trabajando en estos frentes, se fortalecerá la confianza de los inversionistas locales y extranjeros en la economía colombiana”, sostuvo.
Crecimiento
Precisamente una de las alternativas para poder suavizar la percepción de los mercados y de los inversionistas, es que Colombia aumente su crecimiento del Producto Interno Bruto, tal como ya presentaba el país en los primeros cuatro meses de este año.
Sin embargo, con los paros y bloqueos que comenzaron el pasado 28 de abril, prácticamente lo que se ganó se está perdiendo lo que complica lograr un incremento del PIB sobresaliente como para enviar un mensaje positivo a los mercados.
Además, con la pérdida del grado de inversión, el Banco de la República entrará a terciar modificando la política monetaria y aumentando las tasas de interés con lo que se encarecería el crédito para todos los sectores y consumidores.
De otra parte, los investigadores del Bancolombia indican que “la mayor amenaza que puede enfrentar la economía colombiana al perder su grado de inversión es que este evento se convierta en el detonante de una espiral descendente, con el impacto que esto traería en la trayectoria de manejo macroeconómico responsable que nos ha tomado décadas consolidar”.
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El dólar
Aseguran que “pese a que la noticia de S&P fue intempestiva y llega en una coyuntura particularmente retadora para el país, esta puede servir como una alerta para tomar las acciones decididas y responsables que nos permitan mantener la calificación que ostentamos en la actualidad con Fitch y Moody’s. Prevemos que por cuenta de la noticia en la rebaja de la calificación soberana por parte de S&P la tasa de cambio podría superar en el corto plazo los $3.900”.
El economista y profesor de la Universidad de los Andes, Francisco Azuero, señaló que "hay que preocuparse no tanto por las calificadoras, porque son un espejo que le dice a uno cómo está. Lo que causa el problema son aspectos fundamentales del comportamiento de la economía colombiana (...) las calificadoras revisan el desempeño macroeconómico, la fortaleza institucional, la credibilidad de las políticas monetarias, la balanza de pagos, entre otros".
En cuanto a la subida de costos de tasas de interés para financiación público y privada, resaltó que "ya el mercado había descontado desde hace algunas semanas una posible rebaja, es decir, ya estábamos pagando unos intereses más altos, los bonos colombianos en el exterior habían bajado de precio. Ese hecho se va a reflejar en unos intereses más altos. No hay otra alternativa".
Asimismo, aseguró que el país sí debe enviar una señal de recuperación, lo que significa "aumentar ingresos, pero también disminuir gastos. Y eso se traduce en un plan creíble de ajuste a las finanzas públicas".
Y agregó que el proyecto debería ir acompañado de mensajes claros, inclusive si hay que pasar por reformas constitucionales, mensajes que tienen que ver con la remuneración de los congresistas, por ejemplo.
La nota a otros países
Colombia no es el único país de la región que se encuentra con baja nota en el grado de inversión. Actualmente la tasa más alta de riesgo de la zona es la de Venezuela, que registró 24.496 puntos, seguido por Argentina con 1.444 puntos básicos; Ecuador con 1.242; y en menor medida está Bolivia con 485 puntos y Brasil con 281.
Por el lado de Venezuela, se encuentra calificado por agencias como Moody's, S&P y Fitch en C, B+ y WD, respectivamente. Actualmente el país vecino es visto como inviable para invertir. A su vez, a Argentina, Moody's lo tiene como CA, S&P en B+ y Fitch Ratings en CCC. Esta última refleja profundos desafíos de liquidez y sostenibilidad de la deuda.
Mientras tanto, Ecuador tiene Caa3 en Moody's, B- en S&P y B- en Fitch. La de Fitch reflejó la finalización de un “canje de deuda en dificultades”.
En Bolivia, desde 2020, en dos oportunidades, Moody's bajó la calificación de Ba3 (contiene elementos especulativos y está sujeto a riesgo crediticio sustancial) a B2. Otros países de la región que se encuentran actualmente sin grado de inversión son Guatemala, Costa Rica, Paraguay, y Panamá.