Si bien es cierto que desde hace décadas los capitalinos han escuchado del proyecto del metro de Bogotá, siempre en medio de promesas incumplidas y frustraciones, ahora esta es una realidad que a diario toda la ciudadanía puede ver desarrollarse a un ritmo muy positivo. De hecho, las obras de construcción ya están por encima del 46% y la meta para este 2025 es terminar con un 65% de avance.
Se trata de un progreso sustancial, sobre todo si se tiene en cuenta que desde las esferas del Gobierno Nacional Central se ha tratado de poner palos en la rueda a esta megaobra, llegando al extremo de casi amenazar con retirar la obligatoria financiación de la nación al 70% del proyecto si no se cambiaba el sistema de uno elevado a subterráneo. Esa intentona afortunadamente no progresó, en gran parte porque este es una obra de infraestructura cuyo proceso licitatorio, de diseño y esquema financiero está totalmente blindado y fue asesorado con participación de la banca multilateral.
El avance en 2024 fue sustancial, ya que la nueva administración distrital recibió la obra en casi un 29% y logró ponerla un año después a menos de cuatro puntos porcentuales para llegar a la mitad del proyecto. Cualquier bogotano puede apreciar ya las 229 columnas o los 1.570 metros de viaducto construidos. Además, llegaron 120 kilómetros de rieles y se trabaja a buen ritmo en las obras del patio taller en Bosa. Como si fuera poco, entró en operación el puente norte de la avenida 68 con Primero de Mayo, una de las obras complementarias más importantes, ya que permitirá la conexión del Metro con la troncal de Transmilenio de la avenida carrera 68, el SITP, el tráfico mixto, las bicicletas y los peatones. También arrancaron obras en el viaducto de la Caracas, entre otras realizaciones.
Para este año las metas son más ambiciosas. No solo se aspira a acelerar las obras en no menos de un 18%, sino que en septiembre llegará el primer tren proveniente de China y comenzarán a operar nuevas estaciones de Transmilenio que conectarán con el sistema una vez comience a operar…
Como se ve, esta megaobra ya no tiene reversa. Es una realidad que día a día avanza a la vista de todos los bogotanos. El cronograma sigue apuntando a que en 2028 comenzará a funcionar. Todo ello mientras ya comenzó, con tiempos distintos, el proceso para las líneas II y III.