Avance geopolítico del TPP | El Nuevo Siglo
Sábado, 17 de Octubre de 2015

*Colombia se rezaga en el Pacífico

*Dura competencia comercial global

El  Acuerdo de Asociación TransPacífico (TPP), por sus siglas en inglés, es considerado por los expertos en comercio internacional como una de las asociaciones que ofrece mayores posibilidades de hacer grandes negocios a futuro. El TransPacífico tiene entre sus objetivos primordiales eliminar barreras arancelarias y fomentar la inversión entre los países miembros. La presencia en dicho pacto de Estados Unidos y Japón así como de otras potencias emergentes determina un potencial de mercado que representa el  40 por ciento del Producto Interno Bruto Mundial.

Esta iniciativa de avanzar comercialmente en el Pacífico la tuvieron, inicialmente, Chile, Brunei, Nueva Zelanda y Singapur. Con estos tres últimos  países las relaciones de Colombia han sido modestas, por lo que en su momento nuestros estrategas en política exterior no vislumbraron la importancia de dicha asociación. Muy por el contrario, Estados Unidos entendió de inmediato las grandes posibilidades que ese posible acuerdo ofrecía para su expansión económica y se vinculó a un proyecto que, en cierta forma, entre sus grandes objetivos tiende a contrarrestar el notable avance de la locomotora china.

Es evidente que la presencia de Estados Unidos y Japón en esta naciente asociación, protocolizada días atrás, busca fortalecer sus economías con miras al intercambio comercial y los grandes negocios que se perfilan en los próximos años. Pero no son los únicos. Del TPP también son países signatarios Canadá, México, Chile, Perú, Singapur, Malasia, Vietnam, Brunei, Australia y Nueva Zelanda.

Lamentablemente la diplomacia económica colombiana se demoró en entender que este acuerdo era un instrumento fundamental para competir en el exterior y tampoco les tomó el ritmo a naciones que como México, Chile, Perú son socias de Bogotá en la Alianza del Pacífico. Estar por fuera del TPP para un país que proclama sus intenciones de conquistar los mercados de la cuenca del Océano Pacífico no solamente es una dolorosa derrota diplomática, sino que evidencia la miopía que nos agobia en el plano estratégico. Gran parte del mundo mira hoy al Pacífico y Colombia debe apuntar a esos mercados naturales asiáticos, más aún en tiempos de crisis económica y grandes cambios. La falta de palancas de desarrollo y financieras como la que ofrece el TPP deja a nuestro país en gran desventaja en materia de competitividad, incluso con los países latinoamericanos.

Uno de los grandes estrategas que más se ha ocupado de promover el acuerdo TPP ha sido el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien consiguió superar las resistencias del sector agrícola interno que aduciendo razones de seguridad alimentaria se oponía a un acuerdo tan amplio. El político nipón declaró que el mantener cerrado el mercado a productos agrícolas extranjeros era inconducente y gravoso para la competitividad nacional. Con el apoyo de la industria y de poderosos sectores del comercio consiguió, finalmente, vencer las resistencias y conseguir una suerte de nueva apertura japonesa.

En otra parte del globo, el presidente estadounidense Barack Obama considera que su país debe volcarse a fortalecer el TPP con miras a evitar que China dicte las reglas del comercio en esa parte del mundo. Ya Washington tiene un tratado similar con la UE. Es claro que ese potencial del 40% del PIB global facilita que se pueda actuar con una visión geopolítica y geoeconómica de largo plazo. Más aún porque el acuerdo regularía el acceso a mercados de bienes y servicios, así como la inversión extranjera y los mecanismos de solución de controversias. También  abarca otros temas fundamentales como la propiedad intelectual, el derecho de competencia y las disposiciones laborales y ambientales.

Por todo ello es que estar por fuera de dicho club le representa a Colombia enormes contratiempos y barreras. La dinámica del comercio mundial es tal que los que no participan en dicho tinglado tendrán más dificultades para sortear la crisis económica global. Incluso ya China propende por diversos acuerdos comerciales multilaterales para enfrentar el embate del TPP, lo mismo que mantiene una agresiva política financiera en nuestra región que supera, en monto de préstamos, los del FMI.

Visto todo ello, se entiende por qué varios países están seriamente preocupados por el impacto que tenga el TPP una vez sea ratificado por los legislativos de todos las naciones miembros. Ese es un análisis que Colombia está en mora de hacer así como de vislumbrar una ruta que le permita, en corto tiempo, integrarse a un pacto comercial tan superlativo.