Bioseguro regreso a clases | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Julio de 2021

* La urgente presencialidad educativa

* Afectación estudiantil va en aumento

 

La pandemia no solo ha cobrado la vida de más de cuatro millones de personas en todo el planeta, sino que se ha convertido en la mayor afectación a la educación primaria, secundaria y superior en las últimas décadas a nivel global.

Las investigaciones de la Unesco señalan que al comienzo de la emergencia no menos de 1.000 millones de alumnos de escuelas y colegios se vieron forzados a abandonar sus aulas de clase y confinarse en sus casas con el fin de contener la curva de contagios y decesos por la emergencia sanitaria. Tras un primer paso obligado a impartir clases a distancia por la vía digital, poco a poco, dependiendo del avance global desigual de la crisis por el covid-19, algunos países empezaron a avanzar, en el segundo semestre de 2020, a sistemas de alternancia (unos días en presencialidad en las aulas y otros en la virtualidad). Ya en lo corrido de este año, pese a los picos pandémicos y el surgimiento de cepas más contagiosas, pero bajo la tesis de que es necesario empezar a convivir de forma biosegura con este coronavirus, en muchas naciones los estudiantes han empezado a retornar de forma permanente a sus salones de clases.

La ausencia de los alumnos de los entornos escolares ha tenido un alto costo en materia de rendimiento académico, salud mental y desarrollo socioemocional. En marzo pasado, por ejemplo, la Unesco advirtió que más de 100 millones de niños quedarán por debajo del nivel mínimo de competencia en lectura como consecuencia del cierre de escuelas debido a la pandemia, un incremento del 20% en un indicador que venía reduciéndose años atrás pero que se disparó de nuevo por los cierres totales o parciales de las instituciones educativas.

Otras pruebas académicas estandarizadas a nivel mundial también evidencian un retroceso en el índice de rendimiento y capacidad estudiantil. Igual la brecha entre educación pública y privada, desde las instancias más básicas hasta la superior, aumentó desde 2020 debido a la disparidad en el acceso a internet, plataformas digitales e interacción efectiva a distancia entre alumnos y docentes.

Visto lo anterior, se entiende la urgencia de que en Colombia todos los alumnos de escuelas, colegios y universidades, tanto del sector público como privado, retornen a la presencialidad educativa. De hecho, al terminar ya las vacaciones de mitad de año el Gobierno se puso como meta que a partir de esta semana millones de estudiantes, sobre todo los del sector oficial, retornen a sus aulas de clase.

Para lograrlo, según lo explicó de manera detallada la Ministra de Educación en entrevista en nuestra edición dominical, se han realizado millonarias inversiones en implementación de protocolos de bioseguridad en las instituciones urbanas y rurales. Puestos de desinfección, baterías sanitarias suficientes, adecuación de las aulas para garantizar el distanciamiento físico, reformas al transporte escolar, mejor administración de espacios abiertos, horarios y otras modificaciones están listas en la mayoría de las sedes educativas.

A ello hay que sumar que desde finales de mayo se priorizó la vacunación de todo el personal docente, administrativo y demás. El Ministro de Salud indicó que ya ese proceso se encuentra bastante avanzando y espera culminarlo antes del 15 de este mes. También se dio la orden para que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) comience a funcionar in situ.

Igualmente se expidió la respectiva circular en donde se ordena a todas las secretarías departamentales y municipales que coordinen los mecanismos de reposición de clases perdidas y la puesta al día del pensum académico, con el fin de solventar la afectación producida por las restricciones sanitarias y el paro que comenzó a finales de abril y se extendió por varias semanas. Incluso, se dieron instrucciones sobre los temas laborales y de nómina aplicables a los profesores del sector público acorde con su desempeño en esta nueva etapa.

Así las cosas, llegó la hora de volver a las clases presenciales. Las condiciones de bioseguridad están dadas. El cuarto pico de la pandemia empieza a ceder y si bien en algunas regiones habrá que aplicar excepciones y planes especiales, la orden general es el retorno a la presencialidad. Corresponde a las autoridades, el cuerpo docente y los padres de familia vigilar su correcta implementación.

Es imperativo, en todo caso, que el sindicato de educadores del sector público deje de poner excusas y trabas. Los criterios del Magisterio deben ser tenidos en cuenta, pero obviamente en la medida en que contribuyan a cumplir ese objetivo superior de hacer prevalecer los derechos de la niñez y la juventud a la vida, educación y ambiente sano. Colombia es de los pocos países del subcontinente en donde los alumnos no han vuelto a sus salones, y eso debe corregirse. Todos, entonces, por una vuelta a clases biosegura.