![CAFÉ CAFÉ](/sites/default/files/2025-02/07%20A%20D%20EDITORIALITO%20FEB%2009.jpeg)
El buen momento del café colombiano no para. Mientras que en la Bolsa de Nueva York la libra del grano de nuestro país alcanzó esta semana los cuatro dólares, cotización récord en los últimos años, la producción de enero evidenció un sorprendente crecimiento del 41 % frente al mismo mes del año pasado, al contabilizar 1,35 millones de sacos.
Lo más importante es que no es un hecho aislado. Por el contrario, la propia Federación Nacional de Cafeteros resalta que en lo corrido del año cafetero (que comenzó en octubre pasado) Colombia ya completa una producción de 6,25 millones de sacos. Esto implicaría, entonces, un aumento parcial del 35 %.
A esto hay que sumar que en el primer mes de este año se exportaron 1,15 millones de sacos, un 23 % más que en el mismo mes de 2024.
Como siempre lo destacamos, la industria cafetera se distingue por su transmisión directa de la coyuntura sectorial al día a día de las más de 500 mil familias cultivadoras. Y esto se comprueba en que el precio interno por la carga de 125 kilos cerró la semana en más de 3'147.000 pesos, otro valor récord que permitirá recuperar mucho de lo perdido años atrás.
La época de vacas gordas en la caficultura viene desde 2024, cuando casi se alcanzaron los 14 millones de sacos producidos y las ventas externas aumentaron un 16 %. También resulta muy positivo que la necesidad de importar grano disminuyó sustancialmente.
Aunque desde este rubro agroindustrial se insiste en que no hay ninguna “bonanza”, se destaca, eso sí que, aparte de las contingencias climáticas en Brasil y otras naciones productoras, así como de los problemas de inventario en muchas multinacionales tostadoras, las políticas colombianas para mejorar la calidad del grano y conservar la prima por este concepto han dado resultado. Se invierte más en fertilización, renovación y sostenibilidad de los cultivos. Las variedades sembradas son más resistentes, sin afectar la suavidad y el aroma.
El Gobierno nacional debe tomar nota de este escenario. En lugar de insistir en su inexplicable estrategia de ponerle palos en la rueda a la Federación, su sólida institucionalidad y al propio gerente, tiene que entrar a apoyar de forma decidida y proactiva el trabajo que se viene realizando. Más aún porque el café continúa siendo rubro clave en el repunte agroindustrial que, a su vez, es el principal jalonador de una economía que, pese a las controvertidas políticas del Ejecutivo, trata de levantar cabeza, generar más empleo y plusvalía social.