Crisis global se ahonda | El Nuevo Siglo
Viernes, 25 de Noviembre de 2011

* Fisuras entre las potencias

* Los bonos basura

Cada día les parece eterno a los corredores de Bolsa y sus clientes. Aun los grandes jugadores como Soros, quien hizo su fortuna en buena medida mediante la especulación financiera, ha perdido últimamente una montaña de dinero con la compra de títulos que parecen bajar a su límite, dado el respaldo real de las empresas, pero que por desconfianza de los inversionistas caen al fondo del pozo. Empresas internacionales de inversión imparten órdenes a sus ejecutivos de actuar con cautela, los grandes fondos de pensiones se mueven en el mercado bursátil internacional y sus especulaciones dejan una estela de títulos que suben o bajan, alternativamente. Las noticias sobre el estado de la economía de la UE, de Estados Unidos, de China, de India y Brasil, como los conflictos sociales y las protestas en los países árabes, afectan los mercados. Es evidente que China es la que más preocupa, pese a que está fortaleciendo la capacidad de consumo interno, lo que le permite moderar un tanto los efectos de la eventual baja de la compra de sus productos en Europa. Como se sabe el principal cliente de la producción manufacturera china es la UE. Así que el desplome de las finanzas en Europa tiene un efecto inevitable en las compras a China, como al resto del mundo. La aldea global de la que tanto se habla y se especula, con los acuerdos comerciales de libre comercio al entrar en crisis estremece los países como si se tratara de un tren a punto de descarrilarse.

La continua disputa entre republicanos y demócratas por el manejo del déficit en los Estados Unidos, por la manera como debe abordarse el gasto público en tiempos electorales, se torna cada vez más hostil entre las partes, en tanto las altas finanzas calculan los costos que puede tener ese desencuentro partidista y político en la confianza del público y los inversionistas. Lo cierto, es que todos están de acuerdo en la inoportunidad de la controversia y se considera que la Reserva Federal ha debido ser más discreta en el manejo del tema, pero en tiempos de crisis los medios difunden las noticias y la banca se ve expuesta a discusiones bizantinas, que afectan la confianza. Lo mismo está ocurriendo en el ámbito europeo, la señora Merkel y su homologo Sarkozy, no muestran un frente tan sólido. Sus respectivas economías, no son inmunes al descalabro de los vecinos, no solamente por tener que financiarlos para que esos países no exploten y el malestar social se extienda a su terruño; sus bancos tienen enormes sumas de dinero invertidas en títulos de esas naciones, lo que significa eventuales pérdidas. Lo mismo que ha sido una pésima noticia la incapacidad de Alemania de colocar en el mercado la totalidad de sus títulos como lo hacía hasta hace poco.

A su vez, preocupa a los inversionistas y a los Estados, que por estos síntomas de desconfianza que se han visto frente a la economía más sólida de Europa que es la alemana, la cancillera, Ángela Merkel, se oponga a salir a la venta de eurobonos para financiar fondos oficiales y rescatar a los vecinos, puesto que estima que es entrar en el espiral de la especulación y la deuda. Otra medida que podría implementarse es que el Banco Central Europeo salga a prestar dinero a más largo plazo, puesto que las medidas de ajuste que se están tomando en los países afectados por la crisis tienden a contraer más la economía. No se sabe aún qué piensa Alemania de hacer esos avances en metálico que tienen como fin estimular la inversión. Mientras los grandes intentar concertar una política común, la caída de la calificación de la deuda de Portugal lleva a hablar de bonos chatarra. La deuda de estos países al no reaccionar la economía se torna impagable, y la imperiosa necesidad de importar petróleo para mantener en marcha la industria, como la calefacción en invierno, se convierte en una pesadilla. El desastroso efecto dominó está llegando a Europa.

Y, desde luego, cuando se conoce que Japón debe más del 225 por ciento de su PIB, que numerosos países, incluido Estados Unidos, cuya deuda sobrepasa los 14 billones de dólares, Inglaterra con 8 billones y sigue una larga lista de naciones poderosas endeudadas, se entiende que aquellas que viven de la venta de minerales en el momento de bajar los pedidos así fuese temporalmente verían afectadas seriamente sus economías y posibilidades de desarrollo, en especial las que tienen un peso burocrático extravagante y no atienden las señales de la economía mundial.