Economía en un año turbulento | El Nuevo Siglo
Viernes, 29 de Enero de 2021

* La empresa privada, clave en recuperación

* Es imperativo cuidar al “viejo percherón”

 

Todo el mundo había pensado que el 2021 sería el año del “salto adelante”. Hasta el momento el ritmo que señala la pandemia está disponiendo lo contrario. Será mejor que el 2020, por supuesto. Pero como van las cosas será un año mucho más discreto, en términos de crecimiento económico y de generación de empleos, de lo que se esperaba. Hay que actuar en consecuencia.

Los pronósticos de crecimiento para el año en curso fluctúan entre 3% y 4%. Los nuevos confinamientos para enfrentar la coyuntura sanitaria han reducido el optimismo con que se había saludado inicialmente el 2021. Igual castigo a los buenos augurios está produciendo, en Colombia y en Europa, la tardanza en el arranque de las campañas de vacunación. La Unión Europea se ha trenzado durante los últimos días en una agria polémica con la farmacéutica AstraZeneca, alegando incumplimiento en el ritmo de suministro de vacunas que esta empresa había firmado con las autoridades de Bruselas. Y todo hace prever que el programa inicialmente previsto de inmunización masiva tendrá un retardo considerable en el viejo continente.

En Colombia seguimos esperando que en febrero comience la vacunación. El Gobierno ya dio la fecha del 20 y se espera que se cumpla dicho cronograma.

En el 2020 el único país importante que registró crecimiento positivo fue China, que alcanzó un 2,2% de incremento en sus guarismos de PIB. El resto del mundo, desarrollado o no, tuvo índices negativos. Las cosas deben mejorar en el 2021 pero, ciertamente, la situación no será para tirar la casa por la ventana. La economía global está saliendo de la sala de cuidados intensivos en que estuvo recluida casi todo el 2020, pero aún permanece hospitalizada en la peor recesión que se ha visto desde la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado.

Desde el punto de vista fiscal 2021 continuará siendo un año de estrecheces. Se pronostica que el déficit fiscal seguirá aumentando en Colombia hasta niveles de 8,3%. Con la prolongación de los confinamientos urbanos no se espera una reducción notable del desempleo. Y las presiones de más gasto público siguen gravitando sobre el Gobierno por todos lados.

Existe un ambicioso programa de recuperación económica que fue analizado en el cónclave de Hato Grande. Se trata de un documento de Planeación Nacional que consta de cerca de 500 proyectos de inversión, con un costo de 170 billones de pesos, y que contiene la ambiciosa meta de generar cerca de dos millones de nuevos empleos en lo que queda de este Gobierno. Es indispensable que este programa comience a desarrollarse. Así sea parcialmente. La ejecución de obras de infraestructura grandes, medianas y pequeñas, tanto a nivel nacional como municipal, es el almendrón de este programa de recuperación de la economía. Pero no debe olvidarse que casi dos tercios de su costo deberán provenir de fuentes privadas. Por lo tanto, toda medida que ahuyente o desanime al sector empresarial en este gran objetivo es una puñalada mortal que se le propina a la recuperación de la economía y del empleo.

Nunca como ahora ha tenido tanta actualidad y validez la frase de Churchill según la cual “algunas personas consideran la empresa privada como un tigre depredador que debe ser fusilado. Otras la ven como una vaca lechera que está ahí para ser ordeñada. No muchas personas la ven como lo que es: como un caballo percherón que tira el pesado carro de la economía”. Las políticas públicas- o los mensajes partidistas- deberían cuidarse de tratar a la empresa privada como un peligroso tigre o como una vaca lechera. Deben, por el contrario, preservar su papel de fuerte caballo percherón indispensable para superar la difícil coyuntura que se vivirá en el 2021.

En el presente año no se podrá ni se deberá imponer una nueva reforma tributaria. Sería contraproducente. Cosa diferente es ir estudiando mejoras en los aspectos técnicos de nuestra fiscalidad (como serán las conclusiones de la misión de expertos que debe proponer pronto ajustes con relación al frondoso árbol de los privilegios tributarios), a fin de tener dichos análisis digeridos para cuando vengan mejores tiempos para la economía nacional.

Por el momento se impone la sindéresis. No es emitiendo papel moneda, como irresponsablemente se ha propuesto en estos días, como vamos a salir de esta dura encrucijada que aún sombrea en 2021. Se requiere pulso firme, serenidad, y conciencia de que no es solo con más Estado sino con un sector privado reconstituido como vamos a salir adelante.