El Darién, el ‘Lampedusa’ americano | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Octubre de 2023

La crisis migratoria europea no se detiene. Por el contrario, se ha convertido en una emergencia humanitaria casi que permanente, sobre todo por el creciente flujo de personas que desde el continente africano arriban semana tras semana a la isla italiana de Lampedusa, tras sobrevivir al peligroso cruce por el mar Mediterráneo en barcos atiborrados de hombres, mujeres y niños que tratan de huir de la pobreza, la violencia y el no futuro. Lamentablemente, en los últimos años muchos migrantes ilegales han muerto ahogados. La Acnur informó la semana pasada que por lo menos 2.500 fallecieron en lo que va corrido de este año, pero la cifra sería mayor, ya que hay embarcaciones que se han hundido sin dejar rastro alguno.

La situación es muy grave, al punto que días atrás se llevó a cabo una nueva cumbre entre los presidentes y jefes de gobierno del viejo continente para analizar una estrategia más efectiva para enfrentar esta crisis, que tuvo su pico más alto hace tres semanas cuando el número de migrantes ilegales que se acumuló en Lampedusa superó a la población local, obligando a evacuaciones de emergencia de los trashumantes a otras islas del sur italiano sobre el Mediterráneo o incluso a tierra firme. Los cálculos de las autoridades europeas señalan que a la isla han arribado más de 128 mil migrantes ilegales del norte de África este año, casi el doble de los 64 mil que se contabilizaron en 2022.

Guardadas las proporciones, podría decirse que el Tapón del Darién, en el Urabá colombiano, es la Lampedusa de América Latina, pero incluso con cifras más dramáticas. El último reporte de la Acnur y las autoridades panameñas señala que en lo corrido de este año ya cruzaron la peligrosa selva colombiana más de 350 mil personas y, de mantenerse ese ritmo, se podría llegar a 500 mil, más del doble de los 220 mil que se registraron el año pasado.

Lo más complicado es que tras el anuncio de Panamá de iniciar una deportación masiva de migrantes ilegales y las peticiones crecientes para que se militarice la frontera con Colombia, es muy posible que una buena parte de la oleada humana, compuesta en su mayoría por venezolanos, haitianos y ecuatorianos, termine represada en municipios como Turbo, Necoclí, Acandí y Capurganá, en el Urabá, generando una crisis humanitaria de amplio espectro, muy superior a la del año pasado, cuando la población flotante en esa zona sobrepasó las 30 mil personas.

 

“A Lampedusa han arribado 128 mil migrantes este año, por el  Darién cruzaron 350 mil”