El devenir municipal | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Octubre de 2014

*Medellín adelante en eficacia

*La Fiscalía y las Bacrim

La vida municipal marca la evolución de la sociedad colombiana y la calidad de vida en las urbes. El buen gobierno no es exclusivo de la administración nacional, una inmensa responsabilidad les compete a las administraciones locales. Por lo mismo, lo conservador ha sido un defensor pertinaz de los fueros municipales, de procurar una selecta representación en los concejos. Aún se recuerda que fue Álvaro Gómez quien propuso y defendió con elocuencia en un Congreso de mayoría liberal, la elección popular de alcaldes, que resultó aprobada casi por unanimidad. Él explicaba, que la iniciativa se debía a que la democracia lugareña y sus instituciones estaban en crisis, las gentes no votaban, no veía en el desempeño de los concejales y alcaldes, otra cosa que componendas y politiquería. Era preciso devolver el prestigio a las alcaldías, como refrendar el apoyo popular. La gente había dejado de votar. No se trataba de imponer el voto obligatorio, como un castigo a la manera de los países socialistas de entonces en plena guerra  fría, que llevaban como mesnadas a las gentes a sufragar por sus candidatos en pintorescas farsas electorales en las que los partidos oficiales sacaban, en ocasiones, hasta el 99% de los votos, incluso hasta superaban el padrón como pasaba en algunas regiones de Cuba.

Gracias a la iniciativa de Álvaro Gómez se fortaleció el municipio y las gentes votaron copiosamente para elegir buenos concejales y alcaldes. Se produjo un renacer democrático e institucional, junto con la aparición de  notables figuras  cívicas que remozaron la actividad política, quebrando el predominio de los feudos podridos de entonces. Esa ha sido una de las grandes trasformaciones pacíficas de la sociedad, que más beneficios produjo y en menor tiempo. Como nada es perfecto, con el paso de los años  los feudos podridos y nuevos cacicazgos irrumpieron, hasta distorsionar el impulso civilista y entrar a degradar las ciudades. Al no operar la revocatoria, los malos alcaldes se enquistaron como un cáncer en la administración, en no pocos casos en alianza con los candidatos a la circunscripción nacional del Senado que surgió con la Constitución de 1991. Por ausencia de un  recurso eficaz para salir de los malos alcaldes, se dejó  el tema de la sanción administrativa en manos del Procurador y de los consiguientes recursos que presentan los abogados de los que son sancionados.

Pese a la crisis en las alcaldías en algunas ciudades del país donde los malos manejos y el descalabro municipal son manifiestos, tenemos la buena noticia de que en Medellín, el alcalde  Aníbal Gaviria se muestra como el mejor gestor municipal del país, junto con su equipo de gobierno. Medellín se ha convertido en  referente de la buena administración. Los indicadores de buen gobierno suben y la calidad de vida de las habitantes del Valle de Aburrá mejora, después de haber sido estigmatizada por años de señalar  la capital de Antioquia, como una de las más peligrosas del mundo y de peor calidad de vida en materia de seguridad, ahora ocupa el mejor lugar en el país. Los avances se ven por doquier, como si fuese una urbe europea no se encuentran huecos en las calles, no arrojan papeles a las calles, los cuadrantes policiales operan dentro de las dificultades de hacinamiento y presión antisocial en las comunas, que también dan muestras de mejorar. Los servicios públicos son de los mejores del país. El Metro, el elevado, pronto el tranvía, los sistemas señalizados para los buses y la organización del transporte público, muestran crecientes indicadores de eficiencia, lo mismo que el desempeño de la autoridad. La prohibición de los parrilleros de las motos ha sido tumbada por una demanda, es de esperar que se restablezca hasta que desaparezca el peligro del sicariato que está adormecido, no eliminado. Se quejan en Antioquia los empresarios de las dificultades con las exportaciones por los trámites oficiales, es de suponer que la pronta intervención del Gobierno nacional dé solución al problema, la tramitomanía es una enfermedad nacional que debemos extirpar.

Madrid en Cundinamarca es el municipio que ocupa el segundo lugar entre los mejores del país en materia administrativa y servicio a los ciudadanos. En Madrid sus habitantes vigilan a la administración local, defienden la sociedad y existe un mayor grado de solidaridad, que supera en ese campo a Bogotá.

Lo peor es que a pesar de los positivos resultados de la gestión del alcalde Gaviria de Medellín, se quejan los comerciantes de que el 90% en Medellín están siendo amenazados, y boleteados por las Bacrim y el hampa común o por la unión de éstas con las Farc. Por las amenazas y los atentados selectivos y la extorsión se ven forzados a pagar miles y miles de millones a las bandas criminales.

Se anuncia que el fiscal, Eduardo Montealegre, presentará un proyecto en el Congreso que tiene como objetivo el sometimiento de esas bandas criminales, mediante reforma del Código Penal; el asunto es de vital importancia y deberá ser estudiado y debatido a fondo, pues el peligro de las Bacrin a juicio de los expertos es la mayor amenaza a la paz. El terrorismo urbano está a la orden del día aun en los países más civilizados.