El estratégico relevo en la OEA | El Nuevo Siglo
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Viernes, 28 de Febrero de 2025

En momentos en que la geopolítica continental pasa por una de las coyunturas más importantes de la última década, la Organización de Estados Americanos (OEA), el principal ente multilateral del hemisferio, se apresta a elegir a su nuevo secretario general.

Como se sabe, el segundo periodo del uruguayo Luis Almagro terminará en la última semana de mayo próximo, tras haber sido escogido en 2015 y reelegido cinco años después. Durante esta década tuvo que hacer frente a una de las épocas más convulsas de la región, no solo por el fortalecimiento de regímenes dictatoriales como los de Nicaragua y Venezuela, sino por una multiplicidad de problemáticas políticas, económicas, sociales, de derechos humanos, seguridad, climáticas e institucionales. También, la saliente administración afrontó la crisis pandémica y tuvo que gestionar en medio de un escenario político muy cambiante, en el cual no en pocas ocasiones se cuestionó la importancia y utilidad de la OEA. De hecho, los gobiernos de izquierda radical continúan en la tarea de disminuir el rol de dicho ente y crearle competencia con grupos y asociaciones multinacionales que, afortunadamente, no tienen mayor poder de convocatoria, salvo por los países ubicados en esa franja ideológica.

La radiografía continental muestra hoy grandes desafíos, no solo por la titánica tarea de acabar con los regímenes autoritarios, sino en cuanto a una aplicación funcional y efectiva de los postulados de la Carta Democrática.

Aunque se esperaba que Centroamérica tuviera un candidato fuerte para suceder a Almagro de cara a la votación que se llevará a cabo el próximo 10 de marzo, al final solo hay dos aspirantes en lisa: el canciller paraguayo Rubén Darío Ramírez y su homólogo de Surinam, Albert Ramchand Ramdin.

Hasta el momento no hay un claro favorito e incluso algunos analistas no descartan sorpresas de última hora, lo que podría cambiar la balanza y dar más de los 18 votos mínimos a alguno de los dos candidatos.

El sucesor de Almagro, como se dijo, tendrá numerosos retos. Uno de ellos, por ejemplo, será el de coordinar una política continental más integrada para hacer frente a la crisis migratoria, más ahora que comenzó con decisión la aplicación de la estrategia del gobierno Trump sobre la materia. Este es un fenómeno que impacta a todo el continente, desde los países de origen y tránsito, hasta los de destino, especialmente Estados Unidos.

El cambio climático y la transición energética serán otros temas claves, así como el fortalecimiento de los programas de la OEA en materia de vigilancia electoral, promoción del respeto a los derechos humanos, integración económica, impacto de tratados comerciales, acciones humanitarias, desarrollo tecnológico y combate a crímenes trasnacionales, entre otros.

Por el momento no se ha revelado a cuál candidato apoyará Colombia. Es claro que, además de las propuestas de cada aspirante, hay un pulso político y regional en el trasfondo.