El mercado latinoamericano | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Enero de 2012

 

* Oportunidades para Colombia

* Los beneficios del TLC con Chile

 

 

Que Colombia incremente considerablemente sus exportaciones a los países latinoamericanos es una buena noticia. Lo importante, sin embargo, es que aquello no sea simplemente producido por la expansión de las diferentes economías del continente, sino que ciertamente se deba a una estrategia juiciosamente estudiada y desarrollada.

El hecho, por lo pronto, es que América Latina debe ser tenida en cuenta como un mercado en ascenso para los colombianos. Es decir, que no es suficiente confirmar tratados de libre comercio que lleven a relaciones bilaterales, sino que igualmente debe analizarse con detenimiento cuales son aquellos productos colombianos que pueden ser demandados por los países hermanos y propiciarlos bajo una táctica que unifique al Estado y las empresas privadas.

Obviamente el grueso de las exportaciones colombianas sigue teniendo un peso muy directo hacia Estados Unidos. Pero igualmente puede decirse que las exportaciones a Latinoamérica están casi empatadas con las que se hacen a la Unión Europea y podrían acrecer si se tienen en cuenta las facilidades de cercanía, transporte e idioma. El incremento de más del 100%, pasando a más de dos mil millones de dólares de exportaciones hacia Chile, es una información auspiciosa. No hay duda de que ambos países tienen prospecciones económicas parecidas y que en el subcontinente son reputados como similares. Desde luego Colombia tiene mayor población y territorio, siendo una de las naciones más grandes de la zona, lo que significa que seguir por la ruta del afianzamiento con este país es beneficioso. Pero igualmente que se hubiera crecido en un 100% las exportaciones hacia Argentina y Uruguay, aunque en saldo mucho menores, también demuestra la posibilidad que se tiene de consolidación comercial con estos países. Argentina, por igual, tiene similitudes con Colombia y hoy es un hecho constatable que muchos colombianos viajan al país austral a estudiar y trabajar. Por su parte, no deja de ser preocupante la baja relación comercial con Brasil, cuando es uno de los países vecinos. Frente a Chile es evidente la mejora de las circunstancias por el tratado de libre comercio, y si es así lo mismo debería procederse con Argentina y Uruguay.

Ante lo anterior, en todo caso, el hecho más relevante es que desde el punto de vista económico, América Latina, incluida desde luego Centroamérica, se muestra como un gran mercado emergente, hecho que hace unas décadas era prácticamente impensable. El vertiginoso crecimiento de Argentina, Perú y Paraguay, en medio de otras buenas proyecciones, hace que Colombia deba actuar de forma más dinámica y aprovechar la coyuntura.

La realidad es que, pese a la indudable expansión de la economía colombiana y la sensación de que se está en auge, los promedios no han sido los de otros países latinoamericanos y apenas están en las cuotas estándar. Se espera, en todo caso, que los índices de 7.7 por ciento en el tercer trimestre de 2011 se mantengan, aun a pesar del desgaste del invierno. Seguramente para todo 2011 la economía habrá crecido por encima del 5 por ciento presupuestado y se espera que el 2012 mantenga su ruta de ascenso, a pesar de que las diversas informaciones sostienen que habrá cierta desaceleración latinoamericana.

Lo cierto es que otras partes del mundo tienen perspectivas mucho menos favorables. Con Estados Unidos ya inmerso en la campaña electoral y la dramática situación europea, cuyas economías han sido castigadas por las calificadoras de riesgo, lo ideal sería que América Latina aprovechara la coyuntura de forma más decidida. El problema está ciertamente en la politización y la diversidad de criterios, pero al menos deberían fijarse unas premisas básicas de comercio en lo que Unasur y la Celac deberían ser voces cantantes. Incluso Colombia vio crecer su comercio con Venezuela hasta 2.500 millones de dólares, cifra que desde luego es bastante menor frente a épocas anteriores. Lo importante sería una regeneración integral de las relaciones, que permitiera retornar a los índices de antaño.