La nueva variante de ómicron | El Nuevo Siglo
Lunes, 21 de Marzo de 2022

+ Ola de contagios en Asia, Europa y EU

* Los no vacunados, principales afectados   

 

Al tiempo que desaparecen los estragos de los últimos brotes de covid-19, en diferentes países se impulsa el regreso a la vida normal, es decir sin las restricciones de bioseguridad. Llegan, sin embargo, malas noticias desde diferentes latitudes que advierten del riesgo de resurgimiento de la pandemia, esta vez por cuenta de BA.2, un sublinaje de la variante ómicron pero más contagiosa que el original.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, Hong Kong, como el resto de China, impuso la estrategia “cero covid”, que funcionó y los mantuvo a salvo hasta ahora. Sin embargo, por causa de BA.2 en pocos días ese territorio registra la mayor tasa de mortalidad por covid-19 del mundo (25 por cada 100 mil habitantes). Esa curva fatal tiene una de sus causas en que por superstición, desconfianza de la medicina occidental y prevención ante el gobierno, un 40% de los habitantes no está vacunados, incluyendo a la mitad de los mayores de 70 años, víctimas principales de hospitalizaciones y decesos.

Aparte de China hay graves brotes de BA.2 e incrementos de contagios, internamiento médico y fallecimientos en Corea del Sur, Singapur, Nueva Zelanda, en tanto en Europa se prenden alarmas en Alemania, Austria, Dinamarca, Grecia, Italia, España, Noruega, Reino Unido y Suecia.  

Entre las causas principales de los rebrotes los epidemiólogos señalan el afán de algunos gobiernos por levantar las restricciones sanitarias. La alerta es mayor si se tiene en cuenta que hay porcentajes muy importantes de la población mundial sin vacunarse. 

En el caso colombiano, el Instituto Nacional de Salud informó en los últimos días que en el país hay 182 linajes del virus y que la variante ómicron está presente en 30 de los 32 departamentos, con los sublinajes BA.1 y BA.2

Volviendo a Europa, un análisis de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido indica que BA.2 es 80% más contagiosa que su antecesora pero no necesariamente más letal porque en la mayoría de los casos si la persona está vacunada solo desarrolla una enfermedad leve, que además se puede tratar con varios antivirales y medicamentos ya aprobados. 

Como se dijo, el grupo poblacional más vulnerable al contagio y la enfermedad es el de los adultos mayores de 65 años. Por ello, precisamente, en Estados Unidos la Administración Federal de Medicamentos está ad portas de aprobar la cuarta dosis de las vacunas para este rango etáreo. El Ministerio de Salud en Colombia, precisamente, aprobó la semana anterior la cuarta dosis para casos especiales -adultos mayores y personas inmunosuprimidas-.

Los estudios señalan que otra fuente muy importante de protección es la inmunidad subyacente resultante de una infección anterior por este coronavirus. Según la Organización Mundial de la Salud el haber padecido BA.1 aporta una buena protección contra la producida por BA.2. A ello se suma que en el Reino Unido 98% de los adultos tiene anticuerpos contra covid-19 y en Estados Unidos el 43%, pero estos índices son menores entre mayores de 65 años. De allí la urgencia de completar los esquemas básicos de vacunación y refuerzos.

En las últimas semanas BA.2 se convirtió en la subvariante más común en todo del mundo tras desplazar a la BA.1 pero ello no significa, afortunadamente, que impulse crecimientos extraordinarios del número de casos. En Estados Unidos pasó a predominar cuando el número total de infecciones disminuyó en 95%.

Es claro que la vacunación y mantener medidas estrictas contra la propagación del virus -uso de mascarillas, lavado de manos y distanciamiento social- son medidas efectivas para contener la amenaza.

Así las cosas, hay que entender que la pandemia no ha pasado: ómicron y los sublinajes BA.1 y BA.2 son responsables de los contagios masivos que padece el mundo en los últimos meses. Esto con el agravante de que el segundo es hasta cinco veces más infeccioso que el virus original detectado en Wuhan (China) a finales de 2019.

Por el momento, la mayoría de los estudios disponibles apunta a que no hay motivos para crear alarma porque gran parte de los casos de enfermedad que provoca son leves. Pero es claro que las autoridades sanitarias no deben confiarse ni bajar la guardia. Hay que concentrar todos los esfuerzos en mantener las medidas de bioseguridad así como en identificar y proteger a la población más vulnerable, en especial los no vacunados y a los mayores de 65 años.

Esto último resulta más urgente aún si se tiene en cuenta que el centro para la prevención y control de enfermedades de Estados Unidos señala que la protección de las vacunas para personas mayores declina a los 120 días.

Visto lo que está pasando en China y otras latitudes es necesario recalcar que la pandemia no se ha ido ni pasado a fase endémica. Todavía es una amenaza grave y mortal.