¿Liberaciones simultáneas? | El Nuevo Siglo
Martes, 6 de Marzo de 2012

 

* El Gobierno debe prever lo que se viene

* Posible que Farc utilicen Cumbre a su favor

 

 

De acuerdo con las anunciadas liberaciones de las Farc, estas podrán ocurrir al mismo tiempo de la Cumbre de las Américas en Cartagena. Si esto pasa, el protagonismo que supuestamente el Gobierno no quiere, se estaría, por el contrario, dando en una magnitud superior a la nunca vista para estos casos.

Lo más aconsejable es que las Farc entreguen a los suboficiales cautivos en el menor tiempo posible. Por estos días, ciertamente, está claro que su propósito, por lo menos en lo dicho en las declaraciones de “Timochenko”, consiste en abrir un diálogo. Igual ocurre con las únicas declaraciones de alias “Iván Márquez”, según las cuales debería establecerse el canje como un aspecto constitucional. Esto, tal y como lo señalamos con el último comunicado de las Farc, consiste de alguna manera en lo que están proponiendo de regularizar la guerra. Ello, como lo vienen diciendo, tendría que hacerse con base en el Derecho Internacional Humanitario, que es, en esencia, la regularización por vía de las leyes internacionales, los Protocolos de Ginebra y el Estatuto de Roma.

En efecto, esas normas están dictaminadas para los casos de conflictos armados no internacionales, de suerte que la contienda bélica debe circunscribirse obligatoriamente a sus cláusulas. Y así lo es porque, considerada la guerra como una contingencia de la humanidad, se creó el DIH como elemento morigerador de la misma. En consonancia con ello, las declaraciones en torno del respeto del DIH pueden eventualmente sobrar si se entiende, desde el punto de vista del Estado, que son imperativas dentro del bloque de constitucionalidad, lo mismo que deben actuar en igual sentido para los subversivos.

Si las liberaciones de los secuestrados se prolongan hasta abril, el circo mediático a que se refiere el presidente Santos podrá entrar en todo su furor. Es difícil para los medios de comunicación no cubrir una noticia de semejante envergadura, de suerte que suscitará todo el interés nacional e internacional del momento. Si esto es así, no se sabe si necesariamente será mejor para el Gobierno dejar el hecho para actores no gubernamentales o si más bien tomar el toro por los cuernos y organizar bajo su disciplina todo lo atinente a ello.

Por lo pronto el mediador acordado es Brasil, que de esta manera será el país central en la Cumbre de Cartagena. Posiblemente el Gobierno colombiano tenga mucho para decir y proponer para el continente, pero sin duda sus palabras podrán perder impacto ante una noticia en desarrollo.

La presencia o no de Cuba en la Cumbre podrá, frente a lo anterior, ser un episodio menor. Es muy posible que países de la ALBA y sus aláteres puedan pedir, en semejante escenario privilegiado, una participación en la mediación de la paz colombiana. De manera que no sólo sería Brasil el que por su propia conducta y posición de potencia en el área, resultaría el mediador en ciernes de todo el proceso posterior, sino que igualmente otros buscarían el mecanismo de intervención. No sobra recordar que en su momento el presidente Álvaro Uribe Vélez invitó a su homólogo Hugo Chávez para que hiciera las veces de tal y que por él mismo fue destituido a los veinte días. Con unas elecciones venezolanas próximas, es probable que Chávez, o su delegación, trate de situarse a favor de la paz colombiana como elemento de política interna.

Por su parte, otro que está en campaña para la reelección es el presidente de Estados Unidos Barack Obama. Dentro de la votación latina del país norteamericano es probable que un llamado a la paz de Colombia sea susceptible del cartapacio para movilizar sufragantes. Con poco para mostrar en su política hacia América Latina, Obama podría llenar el vacío con estos contenidos. Desde luego, el epicentro para Estados Unidos seguirá siendo el narcotráfico y el éxito del Plan Colombia en la reducción del mismo en el país. De otra parte, es claro también que se ha producido por ello el denominado efecto globo, es decir, que el narcotráfico se ha pasado de Colombia hacia Perú, Venezuela y México.

Las liberaciones de las Farc simultáneas con la Cumbre de Cartagena deben ser previstas por el Gobierno. La agenda de tales debe ser manejada por él, so pena de “sufrir” un protagonismo ajeno, con carta de las Farc incluida a los 34 Presidentes de América.