Metro ¿ahora sí? | El Nuevo Siglo
Jueves, 28 de Mayo de 2015

*Tres décadas de incumplimientos

*Concretar compromisos e iniciar obra

Ningún  anhelo más sentido de los bogotanos y de los millones de personas que viven en su zona de influencia o dependen de su actividad económica, laboral, comercial, académica, institucional, social, cultural y urbanística, que la construcción del sistema Metro. La iniciativa lleva más de tres décadas en sucesivos planes de desarrollo nacional y distrital, sin que se haya construido el primer centímetro, aunque ya en varias ocasiones altos funcionarios de ambos ámbitos anunciaron con bombos y platillos que “ahora sí” el proyecto sería una realidad y hasta hubo fotos simbolizando la puesta de la “primera piedra”. No obstante los planes siempre terminaron en eso, sólo planes, por razones tan disímiles como el número de líneas, las rutas, el costo, el rifirrafe entre la financiación a cargo de la Nación y el Distrito, la constante modernización de los estudios y modelos del negocio, la pertinencia de esta modalidad de transporte frente a otras y su forma de integración, el impacto urbanístico y la puja de prioridades coyunturales y estructurales… En fin, una larga historia de trabas y desencuentros que, sin entrar en juicios de valor sobre los culpables, tuvieron como consecuencia única que Colombia, entre países con similar nivel de desarrollo socio-económico, potencial poblacional y dinamismo productivo, sea de las pocas naciones que no cuenta con un sistema Metro en la principal de sus ciudades.

Repasar esos antecedentes es válido, sobre todo porque esta semana el Gobierno Nacional y la Administración Distrital dieron el que se ha calificado como el banderazo definitivo e irreversible para la construcción de la primera línea del Metro. Un cheque “simbólico” de 9,65 billones de pesos que representa el compromiso de la Nación a asumir el 70 por ciento del costo de la obra, complementado con la respuesta del Distrito en torno de que tiene varias alternativas reales para poner el 30 por ciento restante, equivalente a 4,1 billones de pesos, completando así los 13,7 billones de pesos que valdría ese primer tramo, que iría hasta la calle 100. Un compromiso nacional que está asegurado en el recién aprobado Plan de Desarrollo y que tendrá como hoja de ruta definitiva un documento Conpes a concretarse en el corto plazo. Un compromiso distrital soportado en la opción de acudir a parte de los 2,4 billones de pesos disponibles por cupo de endeudamiento, o a los 3,1 billones de pesos procedentes de la participación de la ciudad en las empresas EEB y ETB, o incluso pensando en el mediano plazo en fuentes de financiación como sobretasa a la gasolina, cobros por congestión, sobretasa a los parqueaderos, plusvalía y valorización. Y todo ello respaldado en un proceso, ya en marcha, en materia de estructuración financiera del proyecto, conceptualización y recomendación del esquema más eficiente para la financiación, estudios técnicos del mismo y acompañamiento, encabezado por el Banco Mundial, para la adjudicación, firma y legalización del contrato, previa licitación y creación de una Gerencia autónoma y técnica de todo el sistema.

Visto así, podría decirse que “ahora sí” el Metro para la capital del país no tiene reversa. Sin embargo, es necesario superar todavía muchas etapas, como la definición puntual de las fuentes de financiación distritales, sobre todo cuando al alcalde actual apenas le quedan siete meses y tiene un ambiente político adverso en el Concejo. Tampoco hay claridad sobre la creación de la empresa y la designación del gerente del proyecto. Igual se está contra el reloj para la firma del convenio marco entre Nación y Distrito, toda vez que la Ley de Garantías Electorales arranca en menos de un mes. Incluso, hay peros todavía al trazado, extensión y costo de la primera línea así como a la modalidad y ámbito del contrato, incertidumbre mayor si se analizan las distintas posturas de los candidatos a manejar la ciudad a partir del 1 de enero. Sin esa claridad, el documento marco Conpes será difícil de aterrizar.

No se trata, en modo alguno, de ser pesimistas o negativos. Todo lo contrario, este diario siempre ha insistido en la necesidad del Metro para la ciudad y seguirá haciéndolo por considerarlo un proyecto estratégico para el país. Sin embargo, es necesario esperar para constatar si en esta ocasión, por fin, se pasa de anuncios serios a la construcción de la obra. Confiamos en que así sea, que “ahora sí”.