Prioridad, impulso al sector rural | El Nuevo Siglo
Lunes, 25 de Agosto de 2014

En   las políticas gubernamentales la prioridad para que el país avance en progreso con equidad debiera enfocarse hacia la ruralidad con inversiones que aceleren la tecnificación y le den primacía a proyectos agroindustriales que contribuyan a que la dinámica en el campo se multiplique. El sector primario de la economía ha sido importante puntal en el abastecimiento de alimentos. En los últimos años el proceso de urbanización del país se ha intensificado. La tendencia se ha invertido. Hace algo menos de un siglo el porcentaje de población en zonas rurales superaba al de las citadinas. Hoy ciudades como Bogotá y otras están superpobladas y dependen de lo que se produzca en el agro, de tal manera que éste continúa como el proveedor de comida para las megalópolis.

Es evidente que en el país el crecimiento es desigual. Es necesario variar este esquema. El progreso debe cubrir todo el territorio nacional. En este propósito es primordial la modernización y actualización de la red vial nacional. Imperativo que toda la nación esté comunicada por carreteras con las especificaciones de calidad, solidez y de última generación, como se dice que serán las que se tienen proyectadas y las que se construyan en el futuro. La red vial debe incluir las carreteras terciarias y secundarias, a fin de que los campesinos puedan movilizar lo que producen.  El desarrollo del campo y la provincia puede marcar lo que será el país en las próximas décadas. En la agricultura hay futuro. La mayor demanda de alimentos no solo local sino externa va a requerir que el campo crezca, la agricultura se tecnifique y tenga capacidad no solo de garantizar seguridad alimentaria local sino mucho para la exportación. En grandes mercados del exterior son preferidos los productos agrícolas de Colombia.

La clave del desarrollo está a la mano. El sector rural puede ser el motor que lo impulse en los años venideros si hay un verdadero propósito de apoyarlo. Y no es tan difícil ese cometido, puesto que aquí existen las condiciones para dar ese salto. Lo primero pareciera elemental aun en países con suelo desértico que han hecho de la agricultura una reserva de riqueza. Y es el de hacer que la actividad agropecuaria en Colombia sea rentable.