Todos somos responsables | El Nuevo Siglo
Domingo, 31 de Enero de 2021

* Vacunación, desafío sin precedentes

* Respetar la priorización, asunto clave

 

Colombia se apresta en las próximas semanas a enfrentar uno de los más grandes retos de las últimas décadas: el proceso de vacunación masiva de no menos de 34 millones de compatriotas contra el covid-19, virus que ya cobró la vida de más de 54 mil personas, generó 2,1 millones de infectados, al tiempo que produjo el coletazo económico y social más grave de este siglo. La dimensión del desafío que implica esta campaña de inmunización no tiene antecedentes, a tal punto que la responsabilidad no recae en una sola instancia, sino que bien puede decirse que a cada colombiano le corresponde una tarea trascendental.

Es responsabilidad del gobierno Duque cumplir con el cronograma que definió para que lleguen los primeros lotes de biológicos a nuestro país y que se active de inmediato todo el Plan Nacional de Vacunación. Ya hay una fecha para el inicio de la aplicación (el 20 de febrero) y tanto la Presidencia de la República como el Ministerio de Salud han reiterado que está listo todo el mecanismo para la recepción de los lotes de vacunas (tanto las negociadas directamente con las farmacéuticas como las proporcionadas por el mecanismo Covax), su distribución a los centros de acopio nacional y regional, las rutas y protocolos de transporte a los centros de vacunación y todo el procedimiento que allí debe cumplirse para citar, inmunizar, registrar y hacer un seguimiento a cada persona que es inmunizada.

Es responsabilidad de las secretarías de salud a nivel departamental y municipal agilizar todo el proceso de vacunación, desde el momento mismo en que les sean remitidas las primeras cantidades de dosis. Hay un plan muy detallado sobre el orden de priorización de personas a inocular, empezando por el personal de salud que está en primera línea de atención a la pandemia y los adultos mayores. No puede admitirse aquí algún tipo de trampa o de anomalía, ni tampoco que por cuestiones administrativas, salariales o de cualquier otra índole se llegue a afectar la aplicación del biológico.

Es responsabilidad de las Instituciones Prestadoras de Salud y las Entidades Promotoras de Salud así como de todas las clínicas, hospitales, centros de salud y demás puntos de vacunación habilitados tener listo todo el sistema para un ordenado y eficiente proceso de aplicación del biológico. Cada dosis significa la posibilidad de preservar una vida y no puede permitirse que el desgreño administrativo o la laxitud en el cumplimiento de las etapas del proceso lleven a que los biológicos se echen a perder o no se apliquen en forma eficaz.

Es responsabilidad de la Fuerza Pública en todos los rincones del país estar presta a colaborar con las autoridades locales y regionales para que la ansiedad de la población por recibir la vacuna no lleve a que se presenten asonadas o tumultos en los centros de inmunización, ya que ello no solo significaría un riesgo alto de aumento de contagios sino que pondría en peligro al personal médico.

Es responsabilidad de los jueces y demás autoridades judiciales evitar que vía tutelas y otros mecanismos algunas personas o sectores se traten de saltar el orden de priorización para las vacunas que fue establecido por el Gobierno atendiendo criterios objetivos de salud pública y nivel de riesgo. Ya en otros países se han generado escándalos por funcionarios y particulares que acuden a trampas y favoritismos para saltarse la fila.

Es responsabilidad de la ciudadanía procurar enterarse lo más posible de todos los pormenores de la campaña de vacunación. Cada persona debe estar atenta a saber en qué etapa quedó dentro de las fases de priorización. También debe comunicarse con su EPS o autoridad sanitaria local o más cercana para saber el día, hora y lugar fijado para recibir el biológico. Más importante aún es seguir cumpliendo estrictamente con los protocolos de bioseguridad (tapabocas, lavado de manos y distanciamiento social) antes y después de ser vacunado. No se puede bajar la guardia, ya que la campaña de inmunización demorará varios meses y el riesgo de contagio y muerte estará latente todo el tiempo.

Y, por último, es responsabilidad de todos y cada uno de los colombianos, desde el ciudadano con las más altas responsabilidades hasta la persona que habite en los lugares más distantes en la geografía nacional, servir de actor multiplicador de la importancia de vacunarse, ya que este acto de responsabilidad individual salva vidas de familiares, allegados, vecinos, compañeros y de todos en general.

Como se ve, no se exagerado en modo alguno cuando se dice que arranca el proceso de responsabilidad vital más importante en la reciente historia del país.