Un ajuste disciplinario pendiente | El Nuevo Siglo
Jueves, 7 de Agosto de 2014

La  reforma a las facultades de la Procuraduría arrancó ayer con la radicación del proyecto respectivo en el Congreso. La iniciativa, a grandes rasgos, modifica partes clave del Código Único Disciplinario que deberán ser analizadas y sopesadas con cabeza fría y visión estructural en el Senado y la Cámara de Representantes.

La iniciativa, liderada por la Procuraduría en conjunto con varias instituciones judiciales y la academia, reorganiza y complementa los principios mínimos del derecho disciplinario, la definición de los conceptos de dolo y culpa en materia disciplinaria así como el ajuste a temas como la prescripción. También modifica lo relativo a las faltas gravísimas y eleva a esa categoría algunas conductas. El cambio en materia de sanciones también llama la atención, sobre todo la propuesta de reducir la sanción de inhabilidad para las faltas gravísimas realizadas con culpa gravísima, al tiempo que mantiene un castigo drástico cuando la actuación irregular se hizo con dolo. Destacables también los cambios que se plantean en materia de segunda instancia en los procesos disciplinarios contra funcionarios aforados o los beneficios por confesión.

Lo importante ahora es que el debate al proyecto se asuma con profundidad en el Congreso y que allí se escuchen todas las voces de los demás operadores judiciales, la academia y, claro está, el propio Gobierno. Igualmente no se puede perder de vista que todos estos cambios deben ir acompasados con los que se apliquen en los proyectos de reforma política y, sobre todo, la judicial, de forma tal que, al final, tras las respectivas aprobaciones, se configure un sistema jurídico coherente, eficaz, que satisfaga las necesidades ciudadanas de una justicia con transparencia, celeridad y proporcionalidad.

Bienvenido, pues, el arranque de este debate. Es evidente que la jurisdicción disciplinaria requiere de ajustes, al igual que toda la Rama Judicial, y la mejor manera de viabilizarlos es aterrizar la discusión a temas concretos y en el escenario natural para estas reformas: el Congreso.