Un dólar muy caro | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Diciembre de 2015

* Emisor y Gobierno con poco margen de acción

* Caída del petróleo desquicia todos los cálculos

 

La revaluación del dólar volvió a prender las alarmas en un cierre de año en el que este indicador y el de la inflación parecen estar descuadernando todas las proyecciones económicas tanto en el nivel macro como en el micro. Es claro que la cotización con que cerró el lunes pasado en el mercado cambiario interno, al alcanzar los 3.286 pesos, no estaba en los planes, sobre todo después de que semanas atrás el Banco de la República anunciara que si la variación en la Tasa Representativa del Mercado de un día para otro sobrepasaba determinado porcentaje, de inmediato intervendría vendiendo dólares y forzando una rebaja en el precio de la divisa. Hasta el momento esa línea roja cambiaria no ha sido sobrepasada, aunque el lunes pasado estuvo a poco del límite.

Los analistas del mercado de capitales sostienen que más allá de las medidas internas que el Emisor y el propio Gobierno puedan tomar para mantener la tasa de cambio dentro de límites razonables, en realidad es poco lo que se puede hacer, ya que en gran parte la revaluación de la divisa está marcada por efectos externos, especialmente la caída del precio del petróleo en los mercados internacionales, que esta semana  alcanzó a negociarse a menos de 37 dólares el barril. Como se sabe, esa nueva descolgada es consecuencia de la decisión de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) de no bajar su producción para forzar un aumento en los precios del crudo, lo que significa que la época de vacas flacas en los países que venden y compran el llamado ‘oro negro’ va a durar varios meses más, echando por tierra los pronósticos de quienes sostenían que el 2016 llegaría con un cambio en la tendencia de los mercados petroleros.

En ese orden de ideas, una vez se conozca el volumen de reservas de crudo de Estados Unidos así como si la Reserva Federal va a aumentar o no sus tasas de interés, se podría vislumbrar si el mercado cambiario mundial seguirá por el mismo rumbo de encarecer las divisas más duras como el dólar y el euro, en detrimento de las monedas locales. 

Entonces, lo que debe esperarse en Colombia es que el dólar continúe su escalada alcista y que la cotización del lunes pasado se vaya superando poco a poco. Incluso, ya hay analistas que consideran que en el corto plazo no sería descabellado pensar en que la divisa llegue a rondar los 3.500 pesos o más en pocas semanas.

Así las cosas, la posibilidad de que la moneda colombiana, que ha perdido 37 por ciento del valor que tenía en enero, abandone el top de las más devaluadas de la región, está muy lejana.

La escalada en el precio del dólar tendrá así más e insalvables efectos a corto y mediano plazos. En primer lugar, como ya lo explicara el Banco de la República, lo que debe esperarse es que una parte de esa coyuntura cambiaria continúe trasladándose a los precios finales al consumidor, sobre todo de productos o materias primas importadas, lo que empujará aún más la inflación, que ya se encuentra en lo corrido del año en 6,11 por ciento, pese a que en 2014 entre enero y noviembre sólo creció 3,38 por ciento. Por igual, se volverá a prender el debate en torno a si los exportadores tienen cómo aprovechar esta coyuntura para acceder a ganancias adicionales con un dólar caro, y los importadores cómo resistir y mantener algún margen de rentabilidad con una divisa norteamericana tan costosa. También está la disyuntiva alrededor de qué tanto se gana o pierde en materia de la amortización de las deudas internas y externas en dólares o pesos, así como las presiones adicionales que se generen en el mercado de capitales por las maniobras que hagan muchas empresas, sobre todo multinacionales, para aprovisionarse de divisas y cumplir con dividendos o encajes mínimos.

Como se ve, el mercado cambiario está bastante movido pero los principales indicadores que marcan su evolución indican que tanto Colombia como Latinoamérica deben resignarse a que se avecina una época con un dólar bastante fuerte y monedas locales muy devaluadas. En ese escenario, para el caso de nuestro país, el margen de acción será cada vez menor para el Gobierno y el Emisor, y si bien hay todo un menú amplio de medidas para forzar una política cambiaria más estable, éstas tendrán un efecto limitado si el mercado petrolero sigue a la baja, rondando precios del barril que no se veían desde hace siete años.