Vargas Lleras, en la mira | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Septiembre de 2015

La arremetida de los voceros liberales

El gran aporte en vivienda e infraestructura

 

Voceros del partido liberal en el mismo sentido que algunos de la U se han venido lanza en ristre contra el Vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, por el último acuerdo suscrito entre el Gobierno y las FARC, en La Habana, donde se establece la jurisdicción especial para todos quienes tengan responsabilidad, directa o indirecta, en el conflicto armado colombiano.

Acusan al Vicepresidente, jefe natural del partido Cambio Radical, una coalición entre liberales y conservadores, de no haberse expresado públicamente en torno del pacto, tal y como ha mantenido silencio sobre cada uno de los convenios y, en general, el desarrollo del proceso de paz. Por lo demás, de acuerdo con las instrucciones dadas por el Presidente de la República. Y de ahí pasan a darle todo tipo de calificativos, acusándolo como mínimo de dedicarse exclusivamente a las labores de infraestructura, entre ellas las exitosas de vivienda y las viales, como método para derivar la plataforma que, además a través del presupuesto y el adelanto de las políticas públicas con eficiencia y transparencia, le servirán para catapultarse a la silla presidencial. Y eso los saca de quicio, los ensoberbece, hasta el punto de desconocerlo como parte sustancial de la coalición gubernamental devenida del tiquete Santos-Vargas Lleras. ¿Entonces por qué votaron por la fórmula? ¿De dónde aquí ella era fundamental para la época de elecciones pero no en el transcurso de la Administración?

En su momento, cuando el Presidente Santos aún no había dado a su afirmativa para correr por la reelección presidencial, Vargas Lleras aparecía en la gran mayoría de sondeos como un virtual candidato con buenas probabilidades de ganar. De hecho, si venía de un desempeño aceptable en su primera candidatura, en 2010, parecía normal que lo intentara la segunda vez, en 2014. Todo dependía, claro está, de si Santos, a quién había servido como ministro en dos ocasiones, se presentaba de nuevo o no. Muchos apostaron porque no lo haría, puesto que las encuestas después del paro agrario así parecían determinarlo. Pero era evidente que con temas trascendentales por sacar avante terminaría diciendo que sí, como en efecto lo hizo. En ese instante, ciertamente, el pleito con el partido liberal tomó vuelo por cuanto, hacia las elecciones parlamentarias, este sector pretendía las mayorías y Vargas Lleras tenía su propio partido, que habían pedido disolver. No siendo así, cuando el Presidente comenzó a tantear la vicepresidencia para Vargas Lleras, quisieron atravesársele. Finalmente el partido liberal quedó rezagado frente a los registros senatoriales, donde se miden las tendencias electorales por efectos de la circunscripción nacional, detrás del Centro Democrático, el Partido de la U y el Partido Conservador. Ahora buscan lo mismo en las elecciones de mitaca. En todo caso, siempre resultó evidente que sin Vargas Lleras cualquiera fuera el tiquete presidencial encabezado por Santos perdería fuerza. No fue fácil, inclusive reforzado con sectores de izquierda en la segunda vuelta.

Sea lo que sea, Vargas Lleras se ha mantenido concentrado en las funciones delegadas por el propio Presidente en un amplio decreto del cual prácticamente no quedan sino estos acápites y que lo obligan a trabajar dentro de ese marco exclusivo. En tanto, la única vez que ha hablado sobre el proceso de paz fue a través de un twitter cuando, en medio de la crisis que lo tenía al borde del ruptura hace unos meses, pidió el establecimiento de unos plazos de cierre que efectivamente fue lo que el Presidente Santos pactó con las FARC recientemente, para comienzo del próximo año, adelantándose a la evaluación que había determinado para Noviembre.

La arremetida contra Vargas Lleras avizora lo que, hacia el futuro, quedará de la denominada “Unidad Nacional”. Es claro que el partido liberal, posiblemente en cabeza de quien es hoy más visible en las encuestas y gracias al proceso, como Humberto de La Calle, buscará juego propio. Y que la U pretenda lo mismo, bien con candidato o sumándose a lo anterior. Como todo eso es prematuro, así se deje entrever, no vale la pena caer en trampas anticipadas. Y por eso Vargas Lleras hace bien en dedicarse a sacar adelante la vivienda y la infraestructura, que bien le hace falta al país.