Verdadero pulso electoral | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Octubre de 2015

 

La pugna en las cuatro grandes capitales

Cuáles partidos ganarán el 25 de octubre?

De acuerdo a como están las cosas, para las elecciones del próximo 25 de octubre, todos los partidos políticos se proclamarán ganadores. Esto, desde luego, dentro del desdibujamiento que ha sufrido la política a raíz de que no existen programas únicos y contrastables, sino que, por el contrario, ellos se ajustan a la táctica electoral y a lo que podría decirse del coalicionismo.

En efecto, mucha es el agua que ha corrido bajo el puente desde que el país se soportaba en dos partidos tradicionales y ambos tenían una noción divergente de las cosas. Con la Constitución de 1991 el espectro político, a través de las nuevas personerías jurídicas, generó un estremecimiento que llevó a una multiplicidad inusitada de colectividades o movimientos. Esto ha venido morigerándose, hasta el punto de que en realidad hoy existen unos diez partidos políticos con representación parlamentaria, pero igualmente hay una gigantesca dispersión en las elecciones municipales.

No hay duda de que, aparte de la Carta del 91, la democracia se vigorizó con la elección popular de alcaldes y luego la de los gobernadores. Si bien ello ha tenido problemas por el influjo indistinto de grupos al margen de la ley, lo mismo que de alguna manera ha sido acicate para la corrupción y la negligencia administrativa, puede decirse de modo generalizado, frente a los hechos puntuales en determinados sitios, que ha servido de savia institucional.

Aun así se pediría mucho más de la democracia municipal. Es sorprendente observar cómo ella es, de algún modo, puntal y foco para quienes quieren utilizarla de plataforma para sus intereses personales. De hecho, resulta pasmoso constatar la cantidad de candidaturas que han debido ser anuladas por las autoridades y los abultados datos de trashumancia electoral que responden particularmente a las presiones que quieren ejercerse por determinados grupos en lugares que no son de su influjo. En tal sentido, se busca, crear corredores estratégicos que puedan servir tanto para el contrabando, el tráfico ilícito de drogas o la protección delincuencial.

En otros casos, asimismo, lo que se produce es el reciclaje de clanes municipales que se van rotando el poder a cuenta de las diferentes caras que toman. En muchos sitios no se abre, pues, el recambio, sino que se camuflan los feudos a través de caras supuestamente diferentes pero que obedecen al mismo núcleo electoral.

Pero, a no dudarlo, es diferente, en general, la estructura democrática básica a lo que se tenía cuando los gobernadores y los alcaldes eran designados a dedo y a muchos de ellos, en el ámbito municipal, se les asignaban varios pueblos. Hoy, luego de 30 años de experiencia, la ciudadanía es a cual más celosa de su entorno democrático y ello ha permitido mejorar las condiciones administrativas.

En el plano político se supone, a su vez, que es en el ámbito local donde la competencia entre los grandes partidos debe darse con mayor vigor. Pero como no hay grandes diferencias programáticas es difícil determinar cuál va a ser el horizonte futuro de uno y otro municipio o gobernación, a diferencia de lo que puede suceder en Estados Unidos o Europa. En efecto, allí los cambios de un gobernador o de un alcalde pueden significar un viraje total en la política pública y la manera de aproximar los problemas ciudadanos.

Por lo pronto, la pugna partidista se ha desenvuelto con los dardos que se tiran entre los partidos. Para el Centro Democrático, verbigracia, la judicialización planteada sobre su jefe ha sido una maniobra politiquera, de la cual en todo caso parece haber sacado rédito. Entre tanto, los miembros de la llamada Unidad Nacional lo único que han hecho es tratar de impedir y cuestionar el ejercicio del vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical.

Al parecer, sin embargo, pueden ser estos dos grupos los que se queden con el campeonato de las grandes ciudades. Efectivamente, Cambio Radical con Bogotá y Barranquilla, mientras el Centro Democrático con Medellín y Cali. Son estos, ciertamente, los puntos de mayor concentración tanto de población como de presupuesto y riqueza en el país, y en donde, en esa dirección, podrá constatarse quién ganó las elecciones regionales. Aun así, también podrá verse la votación global a través de la elección de diputados. Y no sobra revisar el concepto de “mayorías geográficas” que se aplica al número de alcaldías, sin determinar la población en sí misma.

Sea lo que sea, la pugna en las ciudades más importantes del país y las cuatro siguientes, deberá ser motivo de la evaluación prioritaria. Y es ahí en donde el debate está al rojo vivo.