Durante 2018 los colombianos gastaron cerca de $17,8 billones en la época de fin de año, especialmente en la compra de regalos, decoración y paseos. Por ello, para lograr suplir sus necesidades y, además, tener dinero extra para asumir el Año Nuevo, las personas están recurriendo a préstamos otorgados por diferentes entidades.
Sin embargo, los préstamos bancarios han perdido popularidad y los préstamos online la han ganado. Pero, ¿qué hace tan atractivos estos créditos? Por un lado, la facilidad y por el otro, la inmediatez. Mientras que la banca tradicional requiere de procedimientos largos y de una serie de documentos, los préstamos digitales solo necesitan el número de cédula del solicitante, una fuente de ingresos y una cuenta bancaria a nombre del titular.
“En los créditos y en los pagos existe la estacionalidad, por eso se puede decir que diciembre es un mes de alto movimiento porque las personas no vienen con muchas deudas, pero sí con muchas obligaciones como la organización de fiestas y cenas, la compra de regalos y la asistencia a compromisos sociales. Para los colombianos, la comida y la decoración del hogar se llevan los mayores gastos en la fecha navideña con 29% y 24%, respectivamente; y los regalos, que son principalmente ropa, representan un 4%, según datos recopilados por Raddar en la época decembrina de 2018”, expresa Daniel Materón CEO de Rapicredit, una de la principales soluciones fintech colombianas en la categoría de préstamos por internet que en cinco años ha otorgado más de 300 mil créditos a los colombianos.
Según datos reunidos por la fintech lending, después de los servicios públicos, la televisión y el celular (17,44%), los créditos solicitados por internet son usados para pagar ropa y útiles escolares (14,96%), ayudar a un familiar o amigo (11,28%), cubrir gastos de salud (9,41%) y para negocios propios (8,97%). “En comparación con los primeros meses del año, el segundo semestre siempre tiene una tendencia más positiva que el primero y más hacia las fechas de diciembre, ya que los hogares invierten, primero, en comida, luego en artículos para el hogar y, por último, en ropa”, agrega Materón.