Luego de conocerse nuevos casos de coronavirus en países como China, Alemania, España y Corea, el mundo ha encendido otra vez las alarmas por un posible rebrote. Aunque en Colombia todavía no se supera la primera ola del virus, su evolución en otros países indicaría que, para finales de año, podríamos experimentar una segunda etapa. Ante tal posibilidad es fundamental que las empresas comiencen a trabajar en planes de contingencia para anticiparse a los nuevos riesgos y asegurar la continuidad de su negocio.
Para Luis Enrique Sánchez, experto en manejo de riesgo de BDO, es necesario que las empresas contemplen este escenario, al cual llegarían más preparadas o, si se quiere, con lecciones aprendidas. “Se debe pensar en acciones conjuntas, incluso con la competencia. Desde luego, los ingresos volverían a caer, pero lo importante es seguir presentes en el mercado”, asegura.
De acuerdo con la firma, estos son los elementos por contemplar en la hoja de ruta para enfrentar un posible rebrote de coronavirus en el país, entre ellos, hacer una evaluación del tipo y nivel de riesgo: el primer paso es identificar amenazas financieras, operativas, comerciales, laborales, entre otras, a través de una matriz que permita categorizarlas según su probabilidad de ocurrencia (alta, media y baja).
También, establecer la adopción de medidas productivas: definidos los riesgos, hay analizar cómo estos afectan la productividad de la compañía y, en general, del sector. Así, para productos y servicios no esenciales es importante prever disminución de la demanda y modificar el flujo de proveedores. En cambio, para aquellas actividades esenciales -como las relacionadas con la salud o la alimentación- se debe anticipar picos de demanda y fortalecer cadenas de suministro.
Otro elemento es la alineación a los nuevos hábitos de consumo: de acuerdo con un estudio de la plataforma Mercado Libre, en medio de la cuarentena, cuatro de cada diez colombianos modificaron sus preferencias de consumo e-commerce, reflejándose una expansión de la cultura de las compras y los servicios online. En ese sentido, es fundamental que las empresas fortalezcan sus canales digitales y adopten las tecnologías necesarias para satisfacer no solo las nuevas dinámicas comerciales, sino aquellas laborales.