Si bien la transformación digital fue una tendencia prácticamente inevitable en 2020, en este año dicho término será abordado desde una nueva perspectiva, entendida no solo desde el liderazgo en medio del trabajo remoto o los modelos de negocio en línea, sino desde el rol ejecutivo del Director de Tecnología (CTO), cuya dirección es clave para asegurar una transición tecnológica enmarcada en la gran estrategia organizacional.
La pandemia generó un punto de inflexión en la evolución de las funciones del CTO. Los conocimientos y habilidades para vincular las nuevas tendencias digitales a las compañías han sido cada vez más necesarios, por lo que estos líderes tecnológicos exitosos deben encarnar el ideal de McKinsey: impulsar la innovación continua dentro del modelo comercial actual y expandir este, irrumpiendo en nuevos mercados, creando en última instancia, nuevas capacidades para aprovechar las oportunidades de crecimiento.
“Un CTO es un embajador de la tecnología. El desafío es hacer coincidir la idea de transformación dentro de la empresa con la visión del potencial CTO. Deben transmitir una visión e inspirar a la gente, traduciendo las necesidades de los negocios en tecnología”, precisó Beltrán Benjumea, Managing Director de PageGroup Colombia.
Además de su conocimiento especializado, la función de un Director de Tecnología requiere dirigir equipos diversos y remotos, por lo que es necesario que cuente con sólidas habilidades de comunicación.
“Las organizaciones a menudo buscan los CTO que trabajen con estructuras líquidas, que sean capaces de ensamblar y desarticular equipos para diferentes proyectos. Estas empresas saben que su potencial necesita fuertes habilidades interpersonales para hacer esto de manera exitosa”, afirmó Paola Pulgarín, Partner de Page Executive.
Así mismo, la capacidad de traducir los datos y los términos técnicos de este campo a un lenguaje sencillo y claro es fundamental para que los CTO actuales consigan la participación de los interesados. Además, como parte de la interpretación de este rol, deberían adoptar una mentalidad empresarial y un enfoque de monitoreo, vigilando el impulso de las tendencias digitales, a fin de aprovechar las nuevas tecnologías para lograr resultados a lo largo del tiempo y apoyar el crecimiento de los negocios. “El Director de Tecnología debe estar inquieto en la búsqueda de oportunidades para hacer los negocios más viables, ágiles y atractivos para el consumidor”, sostuvo la ejecutiva.
Abordar la viabilidad de nuevas oportunidades, implica construir el talento adecuado para poder responder de forma ágil a los objetivos tecnológicos en constante evolución que requiere una organización, por ello, el CTO tiene la función de reclutamiento y contratación de los equipos de tecnología, para identificar a los mejores ejecutivos con base a las habilidades técnicas y potenciales.
El CTO es el responsable de hacer comprensibles las decisiones e implicaciones de las nuevas tecnologías al interior de la organización, generando paridad con el Director General. Los líderes que se complementan en estos cargos son más propensos a construir una estrategia tecnológica sólida, segura y alineada con la innovación y los objetivos empresariales.
“Un problema es que muchas organizaciones no están preparadas y dispuestas a hacer una inversión seria en tecnología, por lo que pueden contratar al mejor CTO, pero si el modelo de negocio y sus accionistas no están listos para entender y escuchar las propuestas de esta persona”, puntualizó Benjumea.