El sistema de salud en Colombia y a nivel mundial está sufriendo cambios importantes, por ejemplo, según una investigación de EY, a raíz de la crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia, más del 93% de los colombianos cambiaron sus hábitos de cuidado y el 62% mantendrán la costumbre de las consultas médicas en línea en la etapa poscovid.
Bajo este contexto, Andrés Gavenda, Leader EY Latam North, describe los principales factores que están generando presión en el ecosistema de salud actual y que muestran que la transformación de la industria a un sistema más digital es un tema prioritario, en el cual, por medio de propuestas de valor más integradas, holísticas e innovadoras, los actores tradicionales puedan descubrir nuevas fuentes de ingresos y rentabilidad.
Por falta de información, actualmente a nivel mundial los sistemas de salud están desperdiciando aproximadamente entre un 20% y un 40%, de suministros, equipos y procesos por persona. Por eso, hay un llamado a recolectar datos y usarlos para hacer más eficiente el uso de materiales, lo que se convierte en una oportunidad para darle un uso adecuado al “big data” y que este sirva para monitorear en tiempo real a los pacientes, hospitales y proveedores.
La aceptación de los dispositivos inteligentes por parte del consumidor para recibir atención transformará la prestación del servicio y redefinirá los resultados, el valor y el servicio de salud, por lo que se requerirá un cambio en el modelo comercial. De hecho, el 47% de los consumidores cree que en 10 años los teléfonos inteligentes se convertirán en la interfaz principal en la salud.
La inteligencia artificial está ayudando a la identificación temprana de enfermedades y se proyecta que los hospitales de todo el mundo gastarán US$50 billones en herramientas de IA para el 2023. El incremento de uso de dispositivos es indiscutible y se está logrando un monitoreo de los pacientes en tiempo real. Por ejemplo, con la ayuda del “blockchain” se pronostica que el mercado global invertirá alrededor de US$7.74 billones para el 2024, con los que se compartirá datos médicos y se garantizará su integridad con el sector salud como una de las industrias beneficiadas.