EL NUEVO SIGLO: ¿Qué opina de lo que dijo Petro en torno a que es mejor meter plata del Túnel del Toyo en acueductos de Apartadó?
NICOLÁS ECHEVERRY: En primer lugar, al tema del acueducto de Apartadó nadie se va a oponer y para mí esa es una prioridad fundamental. Nada compite con la vía, porque la vía es el camino que conduce hacia el desarrollo de la zona.
Ambas son muy importantes, no hay que dividir, no hay que dividir la sociedad entre el agua y la vía, todas son muy importantes. El problema es que la vía tiene vigencias futuras y es una obra que tenemos que concluir.
ENS: ¿Cuál es la obsesión del presidente Gustavo Petro con El Poblado, los empresarios y ricos de Antioquia?
NE: Es una convocatoria a dividir la sociedad y una construcción sobre el odio, que creemos está superado hace mucho tiempo.
Creo que es un resentimiento en contra de una población que lo que hace es trabajar, generar empleo y pagar impuestos.
Anteriormente, podría decirse que la gente muy rica vivía en El Poblado, una clase media emergente que le toca pagar mucho por sus servicios, para su estado, que contribuye en generar empleo.
No creo que un presidente que debería estar convocando la unidad nacional y ser el colombiano de todos, esté ahora haciendo una división de clases que termina siendo una práctica odiosa.
Propuestas
ENS: El Gobierno no ‘raja ni presta el hacha’, esto en relación a que Petro también criticó propuesta de Álvaro Uribe sobre ‘vaca’ de antioqueños para terminar vías 4G, ¿qué opina tanto de lo que planteó el expresidente como la respuesta que frente a ello dio Petro?
NE: La propuesta de Uribe es más un llamamiento a despertar la solidaridad y a decir que nada va a detener el progreso, a mostrar la capacidad de los antioqueños.
Eso no hay que descalificarlo; al contrario, hay que agradecerle y ojalá tuviésemos un millón de amigos que nos dieran un millón de pesos como dice la canción. La propuesta no le puede incomodar al presidente.
Lo ideal es que el Gobierno siga girando los recursos que se necesitan para esas obras inconclusas que le van a servir a todo Colombia para acercarse al puerto, para tener más productividad y competitividad.
Yo creo que las iniciativas de todo tipo van a surgir y yo he entendido ese llamamiento del expresidente Uribe como un mecanismo en el sentido de que no nos vamos a sentar a llorar sobre la leche derramada, no nos vamos a quedar quietos y tenemos mil formas de ayudar a que esas obras puedan culminarse.
ENS: Hace una semana el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, dijo a EL NUEVO SIGLO que el presidente tenía ánimos de retaliación con ese departamento, ¿usted lo cree así?
NE: Lo que pasa es que los hechos y los trinos muestran un interés por el menoscabo de los antioqueños. Por ejemplo, se retiró la delegación minera sin tener unas explicaciones de fondo, solo por apreciaciones sin ningún fundamento.
En el decreto de liquidación del presupuesto se atentó contra unas vigencias futuras que financian unas autopistas 4G que pasan por Antioquia, pero son nacionales y permanentemente hay una retaliación ideológica frente a los antioqueños.
Autonomía y seguridad
ENS: Una de las decisiones de Petro contra Antioquia tuvo que ver con la restricción de su autonomía sobre el tema minero, ¿en qué terminó este proceso?
NE: Una delegación que teníamos de la Agencia Nacional Minera, desde hace 20 años y con excelentes resultados, en un gran proceso de descentralización administrativa en el que la gente no tenía que desplazarse a Bogotá para hacer sus trámites, sino que los podían hacer desde Antioquia, venía funcionando.
Ahora es retirada y los argumentos no son de peso ni de fondo, sino una actuación que deja un sinsabor y una incomodidad que hemos venido expresando.
ENS: ¿Cómo está el tema del orden público en Antioquia?
NE: La percepción de seguridad a nivel nacional está generada a través de la percepción de que el Gobierno tiene maniatado las Fuerzas Militares y de Policía sin el respectivo ejercicio y apoyo normal para combatir grupos como el Clan del Golfo, Eln y disidencias de las Farc y la delincuencia en común.
Entonces, ese proceso de paz por el que personas que ya habían sido capturadas, son ahora gestores de paz del proceso, ha generado en la sociedad una gran percepción de inseguridad ciudadana.
Eso no está pedagógicamente bien presentado y nos ahondan una profunda preocupación de que las víctimas veamos a los victimarios hoy como agentes del gobierno.