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“Continuamos trabajando con los afectados; hasta la mañana de hoy teníamos cuatro familias en el albergue de Hogares Juveniles Campesinos y esperamos reubicarlas en el transcurso del día, ya que las actividades escolares de este centro se restablecen hoy. Por su parte, en el albergue pequeño hay todavía cinco familias, las cuales pueden permanecer allí por tratarse de una vivienda y no de una institución educativa”, confirmó Jorge Iván Montoya, coordinador del Centro Zonal Suroeste.
Para esta semana el ICBF tiene planeadas varias jornadas de asistencia psicológica en los colegios, a través de los operadores (PAN y Serfami). Este lunes, los funcionarios del ICBF brindaron asesoría a los educadores para que se conviertan en facilitadores de este proceso y acompañen a sus estudiantes.
De otra parte, ayer se reanudaron las actividades del Centro de Desarrollo Infantil afectado por la avalancha, no en sus propias instalaciones sino en una escuela cercana, mientras terminan las tareas de recuperación de la infraestructura. Al lugar solo asistieron 50 de los 161 niños y niñas que allí se atendían.
“Somos conscientes de que tendremos baja cobertura durante largo tiempo, pues los padres se sienten temerosos de enviar a sus hijos al CDI”, aseguró Montoya.
En el tema de nutrición, se dio por terminada la intervención directa en los albergues, pero aún se brinda asesoría al albergue donde se están preparando alimentos para los damnificados.
Los niños que perdieron a sus padres
Frente a los tres niños que perdieron a sus padres durante la emergencia, dos de ellos a papá y mamá y otro a la mamá, se están adelantando todos los procesos legales para que estos pequeños reciban su indemnización y puedan tener definida la situación legal con sus familias extensas. Todos los niños se encuentran en Medellín.
El Estado indemnizará además a otros niños que perdieron a uno de sus padres, en un proceso que también tendrá el acompañamiento del ICBF, para verificar que sus derechos no sean vulnerados y que reciban las ayudas que les corresponde.
Además del apoyo psicosocial que presta a las familias afectadas, el ICBF trabaja en el manejo de la seguridad en albergues y auto-albergues, con una verificación continua de las condiciones e identificación de riesgos, para que los niños, niñas y adolescentes permanezcan protegidos.