El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, rindió homenaje este domingo en Francia a los exiliados españoles que huyeron a ese país tras la derrota republicana en la Guerra Civil, poniendo en valor su lucha contra “el fanatismo y la brutalidad” en momentos en que en Europa vuelven a soplar “vientos de xenofobia”.

Durante un periplo por los lugares más emblemáticos del exilio republicano español en el sur de Francia, en ocasión del 80º aniversario de la “Retirada”, Sánchez visitó la tumba del poeta sevillano Antonio Machado, en el pueblo costero de Colliure, y la del último presidente de la República española, Manuel Azaña, en Montauban, donde murió exiliado.

“Hoy he tenido la ocasión de visitar sus tumbas y de dejar en ellas, en nombre de España, el respeto de su patria que un día les fue negado”, dijo Sánchez en un discurso en la playa de Argelès-sur-Mer, a unos 25 kilómetros de la frontera con España, donde se erigió el primer campo de refugiados españoles.

Se calcula que al menos 100.000 españoles vivieron en condiciones extremas en ese campo al aire libre, cercado con alambre de púas, que fue descrito por (el célebre fotógrafo) Robert Capa como “un infierno sobre la arena”.

“Es tarde, muy tarde. Han pasado muchos años desde que tuvieron que marcharse. España tendría que haberles pedido perdón mucho antes por la infamia. (...) Lo hace hoy, a deshora, pero lo hace con el orgullo de recuperarles para siempre”, señaló Sánchez. 

El dirigente del Psoe, que está en precampaña para las elecciones legislativas adelantadas del 28 de abril, quiso rendir homenaje a los centenares de miles de españoles que cruzaron a pie los Pirineos para huir de la dictadura franquista, “ciudadanos corrientes que tenían vidas anónimas” a quienes España debe también “pedirles perdón”.

Sánchez pidió recordar la lucha de estas personas contra “el fanatismo y la brutalidad” en momentos en que en Europa “suenan vientos de xenofobia”, “las fronteras invisibles vuelven a tener muros” y “los puertos no dejan atracar barcos llenos de personas enfermas y hambrientas”.

“No cabe la indiferencia. No cabe mirar a otra parte. No cabe pensar que el antisemitismo, la homofobia, la xenofobia y el nacionalismo excluyente son pequeños vientos sin importancia que se apagarán solos”, advirtió.

En Argelès-sur-Mer, unas dos decenas de independentistas catalanes intentaron boicotear el discurso de Sánchez con gritos de “¡Libertad presos políticos!” y “Este juicio es una farsa”, en referencia al juicio en Madrid contra doce dirigentes independentistas por el intento de secesión en 2017. 

También se dieron cita frente a esta playa de arena blanca hijos, nietos y hasta bisnietos de republicanos españoles que quisieron conmemorar el éxodo de sus mayores.