Barones del conservador PP español dan la espalda a Casado | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 23 de Febrero de 2022
Redacción internacional con Europa Press

DESDE hace cuatro años, cuando en unas inéditas elecciones primarias los conservadores lo eligieron como presidente del Partido Popular, Pablo Casado se fijó como meta alinear sus políticas, ejercer una oposición constructiva al gobierno socialista y revitalizarlo para volver al poder en España. Ahora, en el mejor momento electoral de esa colectividad, se vería forzado a poner fin a su mandato.

Fiel representante de las nuevas generaciones del PP, este joven dirigente a los 41 años enfrenta una crisis interna por las desavenencias con la ascendente figura del partido y presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, luego de que medios de comunicación denunciaran que  algunos altos cargos del Ayuntamiento de dicha ciudad, presuntamente por órdenes de la dirección nacional del partido, habían contratado detectives privados para investigar las comisiones que un Tomás Díaz Ayuso recibió por un contrato público de emergencia -que dicen se otorgó a dedo- para la compra de mascarillas por 1.5 millones de euros.

Indignada, la dirigente regional cuestiona a Casado por su silencio frente al tema y, tras admitir que realmente su hermano si recibió una comisión de 55.000 euros más IVA de la empresa Priviet Sportive no por obtener un contrato con la Administración regional sino por el cobro de las gestiones realizadas para la consecución del material sanitario en China y su traslado a Madrid, sostuvo que “no puede haber algo más grave que acusar a alguien de la propia casa, con responsabilidades de Gobierno, de corrupción; y hacerlo sin pruebas, metiendo por medio a mi familia que nada tiene que ver".

El hecho no sólo desató una grave crisis al interior el PP, máxime porque Casado y Díaz Ayuso son dos de los dirigentes más fuertes, sino que fue aprovechado por los otros partidos políticos como el gobernante Psoe que señaló que pudo haberse cometido “tráfico de influencias” y “malversación de caudales públicos” o Más Madrid, que indica la posibilidad también de un “cohecho”.

Tras consultar al Comité Nacional del Partido, Pablo Casado citó a un cónclave, este miércoles, a los presidentes autonómicos y regionales del PP, lo que desató un frenético cruce de llamadas y mensajes para presentar una salida inmediata a la crisis, que según la mayoría pasa por un cambio de liderazgo para lo cual se deberá convocar a un congreso extraordinario.

Casado mantuvo ayer un prudente silencio frente a la pérdida de apoyos a su nombre, incluidas las dimisiones de algunos miembros de ejecutivos regionales. Sin embargo, se da por descontado que estará a la altura de las circunstancias y acogerá la decisión mayoritaria que adopte esta ‘cumbre’ regional a la que vale aclarar no asistirá Díaz Ayuso por no ser presidenta regional.

Los llamados ‘barones’ regionales del PP anticiparon que Pablo Casado debe abandonar la dirección partidaria y que se debe convocar cuanto antes un congreso extraordinario que supere esta crisis interna y frene la ‘sangría de votos’.

Así se registró este martes una ‘cascada’ de pronunciamientos de diputados, dirigentes provinciales, regionales y alcaldes planteando la necesidad de un cambio e inclusive algunos apuntaron públicamente al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, como el sucesor de Casado.

Y aunque el dirigente gallego no ha querido decir con claridad si se postulará al cargo, dejó la puerta abierta al afirmar que todos deben tomar decisiones, él entre ellos, y que sus decisiones las tomará en función de lo que observe en el partido y de lo que "el partido pida que haga".

Los presidentes regionales de Valencia, Aragón, Cataluña, Andalucía, Almería, Cádiz, Gramada, Cantabria, Madrid, Murcia y Melilla, entre otros, coincidieron en señalar que la situación actual del partido es ‘insostenible’, que la solución debe darse ya y que ella pasa, necesariamente, por pasar la página de la dirección de Casado.

Esa idea también recibió el apoyo de otros cargos ‘populares’ de la provincia y diputados nacionales que consideraron un manifiesto “en defensa de un PP a la altura de un gran país” que presentarán en la cita de este miércoles en Génova y que apuesta por un cambio de rumbo urgente.

De hecho, fuentes de la formación en Andalucía abogan por la celebración del congreso extraordinario en unos "30 días" del que salga un proyecto "a largo plazo", liderado por Alberto Núñez Feijóo.



Diputados, senadores, eurodiputados

Las críticas a la dirección nacional también llegaron de un grupo de dirigentes del Grupo Popular en el Congreso, que suscribió un comunicado conjunto pidiendo la destitución inmediata del secretario general del PP, Teodoro García Egea, y la convocatoria de un congreso extraordinario.

Los firmantes -Guillermo Mariscal, Pablo Hispán, Adolfo Suárez Illana, Ignacio Echániz, Sandra Moneo y Mario Garcés- señalaban que con este documento respaldaban lo manifestado por la portavoz, Cuca Gumarra, y por la expresidenta del congreso, Ana Pastor, que se distanciaron del líder del PP el lunes.

También el diputado del PP por Ciudad Real y portavoz del partido en la Comisión Mixta (Congreso-Senado) de Seguridad Nacional, Juan Antonio Callejas, pidió la dimisión de su presidente, Pablo Casado, y que una gestora dirija el partido hasta el Congreso.

Otros diputados más consideraron que el PP necesita reaccionar y recuperar la unidad, la cohesión interna y la ilusión y confianza de los militantes y votantes y para ello, ve necesario dar la palabra a los militantes en un Congreso.

A ellos se ha unido la 'número dos' del Grupo Popular en el Senado, Salomé Pradas, del PP valenciano; así como el vicepresidente del Grupo Popular Europeo, Esteban González Pons, quien cree que el proyecto del PP tiene que ser "reseteado" y "acabar con el caos lo antes posible" porque cree que en este momento "la locura" se ha adueñado de su formación.

Apuesta por Feijóo

La apuesta porque el próximo líder del PP sea Alberto Núñez Feijóo ya está traspasando los comentarios confidenciales de los dirigentes populares. De hecho, algunos empezaron a exponer en público sus simpatías, como el portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, quien ve al presidente gallego como la "mejor" opción para liderar a los conservadores.

La presidenta del PP cántabro, María José Sáenz de Buruaga, sostuvo sostenido que el sucesor debe ser Feijóo por ser el "líder natural" y un "referente moral, mientras que su par de Aragón, Jorge Azcón, lo elogió por sus "cuatro mayorías absolutas” y la diputada Cayetana Álvarez de Toledo lo considera el indicado para pilotar la etapa de "transición".

Sin embargo, hay muchos otros que consideran que a la dirección nacional debe presentarse la madrileña Isabel Díaz Ayuso, aunque ella descartó tal posibilidad a comienzos de semana al asegurar que “mi sitio es Madrid”.

Así las cosas, Feijóo ya tiene apoyos seguros en Andalucía, Madrid, Castilla y León y Cantabria, al tiempo que se encamina a sumar muchos más, mientras que Pablo Casado solo contaría con el respaldo fiel de la presidenta del PP de Navarra, Ana Beltrán, quien a su vez forma parte del núcleo duro del líder 'popular' como responsable de Organización del partido y de la mayoría de los presidentes provinciales.

Preguntado sobre el encuentro de este miércoles, el presidente gallego ha insistido en que "el objetivo" es conseguir "desbloquear" la situación de "colapso" a la que, bajo su punto de vista, llegó el partido "en los últimos cuatro o cinco días".

Remarcó que no es solo cambiar personas, sino que ha quienes piden los cambios (entre los que se cuenta) deben poner propuestas encima de la mesa. Y, con el foco en un congreso, ha remarcado que la decisión última sobre el timón del partido corresponde "a los militantes", ya que "hay que dar voz a la gente”.