El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció  el fin del apoyo estadounidense a la guerra en Yemen, el congelamiento de la retirada de las tropas estadounidenses en Alemania, su política frente al autoritarismo de Rusia y China, así como en la cuota de acogida de refugiados.

En su primera visita al Departamento de Estado en compañía de su vicepresidenta Kamala Harris, develó los lineamientos de su política exterior.

“Estados Unidos está de vuelta. La diplomacia está de vuelta. Ustedes están en el centro de todo lo que yo planeo hacer", fueron sus primeras palabras en el emblemático lugar. A renglón seguido anunció el fin del apoyo estadounidense a las operaciones ofensivas en Yemen, “que "perpetúan la guerra civil" y "han provocado una crisis humanitaria".

El fin del respaldo de Estados Unidos a la coalición militar liderada por Arabia Saudita que lucha en Yemen contra los rebeldes hutíes revierte la política de su antecesor de brindar asistencia logística y vender enormes cantidades de armamento sofisticado.

Esta promesa de campaña de Biden es parte de una revisión más amplia de la política estadounidense en Medio Oriente. 

El plan revisará también la inclusión de los hutíes en la lista negra de "organizaciones terroristas" de Estados Unidos, otra medida tomada in extremis por el gobierno de Trump, pero criticada desde todos lados por amenazar la entrega de ayuda a Yemen, que según la ONU ya es escenario de la peor crisis humanitaria del mundo actualmente.

De esta forma, el presidente se mostró decidido a que “Estados Unidos juegue un papel más activo y comprometido en la diplomacia para poner fin al conflicto".

Y en la misma línea dijo que designó al experimentado diplomático de carrera, Timothy Lenderking, como enviado para Yemen.

En otro anuncio que reversa decisiones de su antecesor, Biden dijo que congela el plan que se había iniciado para reducir la presencia de tropas estadounidenses en Alemania, piedra angular de la seguridad de la Otan desde el comienzo de la Guerra Fría.

"Haremos una revisión de la situación de las fuerzas globales y, mientras esté pendiente esa revisión, queda congelado cualquier redespliegue de tropas de Alemania", sostuvo el presidente norteamericano.

En otro aparte de su discurso, Biden fijo las líneas de  su administración frente a Rusia. "A diferencia del anterior gobierno, tomaremos decisiones para hacer responsable a Rusia por la cadena de actividades desestabilizadores que ha llevado a cabo", expresó Biden, quien culpa al Kremlin por un ataque cibernético masivo, lo acusa de intromisión en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y cuestiona tanto por el arresto de Alexéi Navalni, uno de los pocos oponentes que quedan al presidente ruso Vladimir Putin como por el uso desmedido de la fuerza en las protestas opositoras. 

En cuanto a China dijo que va enfrentar su autoritarismo. Y, en el tema de los refugiados dijo que bajo el programa de reasentamiento pueden ser admitidos hasta 25 mil por año. Actualmente son 15 mil.

Otro tema del discurso de Biden fue el golpe de Estado en Birmania. Tras exigir la liberación de Aung San Suu Kyi y decenas de representantes del gobierno civil, el mandatario estadounidense pido el inmediato retiro de los militares del poder e indicó que “estamos analizando sanciones específicas dirigidas tanto a personas como a entidades controladas por los militares"