Brasil: pacto de unidad nacional para enfrentar el covid-19 | El Nuevo Siglo
LA grave situación que enfrenta Brasil por la pandemia del covid-19, donde los fallecidos superaron los 300 mil, llevó a un acuerdo de unidad nacional para enfrentarla
Foto archivo AFP
Viernes, 26 de Marzo de 2021
Redacción internacional

A iniciativa del empresariado, Brasil acaba de hacer un ‘pacto de unidad nacional’ para implementar una estrategia única contra el covid-19 aplicable en todo el país porque, como lo enfatizó el presidente Jair Bolsonaro, “la vida está en primer lugar”.

El gigante sudamericano, que alberga 210 millones de personas, desde el comienzo de la pandemia ha estado en el listado global de los países con mayor afectación y decesos por el coronavirus. A hoy tiene una media diaria de 2.500 fallecidos y hace tres días no solo registró el pico más alto de esta variable, sino que su situación se ha visto agravada por el descubrimiento a comienzos de año de una mutación del virus, bautizada como cepa brasileña, que se caracteriza por ser más contagiosa.

Al igual que su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador y la mayoría de dirigentes europeos, Bolsonaro consideró en los primeros meses iniciales de la pandemia que usar tapabocas no era necesario como tampoco encerrar a la población y, por ende, ‘apagar’ la economía.

Como todo el mundo, a medida que el imparable virus irrumpía, adoptó una política sanitaria general consistente, entre otras, en la adecuación hospitalaria de camas de Cuidado Intensivo, UCI, y al igual que decenas de países enfrentó la escasez de respiradores, pruebas para detectar el covid-19 y, más recientemente, vacunas para combatirlo.

Brasil es una República Federal. Es decir, tiene un sistema federativo constituido por la Unión, los Estados y, desde la Constitución Federal de 1988, por los municipios, como entes federados, integrantes autónomos de la Federación (muy similar a Estados Unidos). De allí que las decisiones para enfrentar el coronavirus hayan sido diferentes en cada región y si bien desde el gobierno Bolsonaro se dieron algunos lineamientos, fue cada uno de los Estados los que determinaron las medidas respectivas.


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El mandatario brasileño está en el ojo de la crítica nacional por no haber ordenado el uso obligatorio del tapabocas, el confinamiento total o parcial en zonas de gran afectación por la pandemia y ser un defensor de lo que llama ‘tratamientos precoces’, es decir el consumo de drogas como la cloroquina, invermectina y otros fármacos sin evidencia científica de efectividad para combatir el actual coronavirus.

Ante el repunte sostenido de nuevos contagios y número de fallecimientos (acumula más de 301 mil), el presidente Bolsonaro apoyó la propuesta del empresariado y que tuvo el aval de los legisladores, de crear un comité nacional para combatir el coronavirus.

Viraje

¿Corrección necesaria? ¿Cambio de estrategia? ¿Despolitización del manejo de la pandemia? ¿Real unidad nacional?

Se presume que la alianza entre empresarios, parlamentarios y gobierno nacional es una voluntad real de un trabajo unido para superar el caos sanitario que se ha enseñoreado en el país. De esta forma, fue el propio Bolsonaro quién tras una reunión con representantes de los tres poderes constitucionales, ministros y algunos gobernadores, anunció la creación del “comité de crisis”.

El mismo está compuesto de legisladores y autoridades ejecutivas, dando así no solo un mayor protagonismo a todos los sectores para la definición de nuevas medidas, sino que pondría punto final a las confrontaciones entre el Gobierno central y los locales.

También se determinó que “liderazgo político” del mismo lo tiene el presidente de la República y el “liderazgo técnico” el Ministerio de Salud, con la participación de estados y municipios, que estarán coordinados por el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, el principal articulador del diálogo con el Ejecutivo central que plantearon los empresarios. De esta forma, operará como una especie de “primer ministro” para el combate de la pandemia.

La nueva estrategia de dimensión nacional es el debut del cardiólogo Marcelo Queiroga como ministro de Salud. Es el cuarto en ocupar la cartera en un año, ya que en los tres primeros meses de pandemia el presidente Bolsonaro destituyó a uno, forzó la renuncia de otro y hace pocos días ante la falta de gestión ante la crisis le pidió la dimisión al tercero, el general Eduardo Pazuello.


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Son muchos los frentes a atacar simultáneamente, desde la caótica situación que vive la Amazonía brasileña por la veloz transmisión de contagios, falta de camas UCI, escasez de vacunas y, sobre todo, la amenaza de quedarse sin oxígeno.

Se conoció que desde días atrás los legisladores intentan importar vacunas. El parlamentario Pacheco incluso envió una carta a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, también presidenta del Senado, para solicitarle que parte de las vacunas no aprovechadas en su país sean destinadas a Brasil. Hay informaciones de que el gigante norteamericano tiene 30 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca /Oxford, sin perspectivas de uso interno.

Mientras se articula la nueva estrategia, Bolsonaro ha sido reiterativo en algunas de sus posiciones, como que el toque de queda nocturno y el cierre de algunos servicios no esenciales son medidas que solo las debería adoptar el Presidente -no los gobiernos federados-, al igual que el confinamiento debe ser una medida extrema, es decir previos estudios del comportamiento epidemiológico del virus en las regiones.

Los detractores de Bolsonaro señalan que este pacto de unidad nacional no tendrá éxito por las posiciones anteriormente descritas y porque consideran que lo que se ha creado es una estructura paralela de gestión, con el presidente del Senado en la coordinación de los estados. No ven factible la articulación de estos dos necesarios frentes de batalla en la lucha contra el covid, contrario a lo que expresaron los 1.500 líderes empresariales que a través de una carta propusieron, promovieron y lograron el pacto de unidad nacional.

Empresarios y legisladores como Pacheco les respondieron que “la unión nacional se hace necesaria e inaplazable para encontrar soluciones en el momento más crítico de la historia brasileña" y que es tiempo de “despolitizar la pandemia”.

Impacto en el vecindario

La estrategia contra el covid-19 que inicie Brasil tendrá un efecto inmediato en sus países vecinos, impactados por el recrudecimiento de la pandemia en las zonas de frontera, donde sus sistemas sanitarios están al límite.
"Lamentablemente, la terrible situación de Brasil también está afectando a los países vecinos", afirmó esta semana Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y agregó que “es crucial agudizar las medidas”.


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El organismo destacó un repunte de casos de covid-19 en los estados venezolanos de Bolívar y Amazonas, así como en el departamento de Pando, Bolivia, y en Loreto, Perú, todos colindantes con el gigante sudamericano.

La circulación masiva de la cepa brasileña o P.1, una mutación del SARS-CoV-2 mucho más virulenta, está en el centro de esta nueva oleada. 

Tras detectarse en la ciudad amazónica de Manaos a finales de 2020, muchos países cerraron el paso por aire y tierra a viajeros provenientes de Brasil en un intento de frenarla.

Pero tres meses después, la variante ya ha sido identificada en 15 países o territorios de las Américas. A los mencionados hay que sumarles Uruguay y Colombia.

Precisamente el departamento del Amazonas se encuentra en aislamiento hace un mes para evitar el “viaje” de la cepa brasileña al resto del país.

Eta región del extremo sur del país registra en lo corrido del mes 677 contagios y 34 fallecidos. En febrero estas mediciones fueron 1.398 y 40, respectivamente.

Hay gran expectativa en torno a la estrategia nacional de definirá Brasil para enfrentar el covid-19 que hoy mantiene a dicho país en el segundo lugar de afectación global, aunque su letalidad (2.46%), pese al escandaloso número acumulado de 301 mil no es tan alta como la de otros países: Colombia (2.65%), Perú (3.39%), Ecuador (5.20%) y México (8.66%).