China, Irán y Cuba, tres grandes pendientes para Biden | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE Biden haría cambios muy moderados en la política que Estados Unidos mantiene hacia China, Irán y Cuba.
foto archivo AFP
Domingo, 31 de Enero de 2021
Redacción internacional

AUNQUE el presidente demócrata inició su mandato marcando distancias con su antecesor Donald Trump, especialmente revirtiendo algunas medidas al interior de Estados Unidos, en política exterior no ha anunciado decisiones concretas sobre temas claves no solo para su país sino para el mundo: China, Irán y Cuba.

De antemano lo han expresado varios miembros de su equipo, los cambios en su agenda exterior serán moderados y no se desviarán de la línea que adoptó Trump. Esos anuncios iniciales han generado incomodidad en el ala izquierda del partido demócrata, que esperaba una posición más firme y diferenciada de la de su predecesor.



Vale recordar que el objetivo fundamental de la potencia del Norte, desde el final de la Guerra Fría, ha sido mantener su primacía, un desafío que se ha vuelto aún más pertinente con el imparable ascenso e influencia global de China.

Y, precisamente para enfrentar este aspecto, así como la competencia desleal con su producción que inunda el mundo, quebrando precios, el hoy expresidente republicano adoptó una clara y fuerte línea, la misma que seguirá el gobierno demócrata según expresó el secretario de Estado, Antony Blinken, quien aseguró en el Senado que Trump "tenía razón al adoptar un enfoque más duro hacia China". 

Estos son los más grandes retos exteriores del gobierno de EU:

1. China. Bajo su tradicional diatriba, el régimen comunista ha dado ‘más garrote que zanahoría’ a la nueva administración estadounidense. Fue uno de los primeros gobiernos en felicitar la elección de Biden, expresar su esperanza de una ‘normalización’ en la relación bilateral y en boca de su mandatario, Xi Jinping, desde la tribuna del Foro Económico Mundial instó al multilateralismo y la cooperación internacional para superar los retos globales comunes, como son la pandemia del covid –precisamente originada en su territorio- y reactivar la economía. Sin embargo, casi que paralelamente, una docena de sus cazas y bombarderos incursionaban en el estrecho de Taiwán, en lo que calificó como una “advertencia solemne” a Estados Unidos y a los independentistas de dicha isla, la que considera es suya.  

Ello generó la primera reacción del gobierno Biden que tras asegurar que su apoyo a ‘Taiwán era fuerte como una roca’ e instó a Pekín a "poner fin a sus presiones militares, diplomáticas y económicas" sobre dicho país. Luego su embajadora ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, prometió el miércoles luchar contra la influencia global china y denunciò que ese gigante asiático “está trabajando en todo el sistema de la ONU para impulsar una agenda autoritaria que se opone a los valores fundamentales de la institución: los valores estadounidenses", dijo.

Ante dichas declaraciones, al igual que a la exigencia del presidente Biden de que se debe permitir una investigación imparcial y transparente a la Comisión de la OMS que se encuentra en ese país asiático investigando la causa del coronavirus, le advirtió: “Contener a China es una misión imposible".



“Los hechos han demostrado que intentar hacerlo no es posible y equivale a dispararse en el pie", advirtió Wu Qian, portavoz del ministerio de Defensa chino, quien a renglón seguido agregó “las relaciones militares sino-estadounidenses se encuentran ahora en un nuevo punto de partida histórico…Es hora de la no confrontación y respeto mutuo".

2. Irán. Este es otro de los temas sensibles en la agenda exterior y aunque en la charla telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, éste le insistió en dar el primer paso para retornar al acuerdo internacional nuclear con Irán lo desechó considerando que debe ser Teherán es el llamado a cumplir con las condiciones previas para volver a dicho acuerdo. Sin embargo, Biden nombró a Robert Malley -uno de los arquitectos del pacto firmado en 2015- como emisario especial, pese a las críticas de los halcones que lo acusan de ser muy blando con la república islámica. 

Malley llega al cargo con una trayectoria de negociaciones exitosas en la limitación del programa nuclear de Irán,  que se alcanzó durante el gobierno Obama.

En 2018, el exmandatario republicano Donald Trump se retiró unilateralmente del trato, que también firmaron el Reino Unido, Francia, China, Alemania y Rusia argumentando que el acuerdo no era suficientemente duro con Irán y que no abordaba las acciones "desestabilizadoras" de Irán en Medio Oriente. Tras salirse del pacto comenzó a instaurar una batería de sanciones contra Teherán. 

Esta semana, el gobierno norteamericano confirmó que el gobierno recién asumido quiere volver al acuerdo, una vez que Teherán cumpla con sus compromisos. Sin embargo ese régimen dijo que lo único que ha hecho es tomar “medidas correctivas” desde el retiro de EU y por lo que ha sido blanco de sanciones desde 2018.

El pasado  4 de enero, Irán anunció que había intensificado su proceso de enriquecimiento de uranio hasta alcanzar el 20% de pureza, muy por encima del nivel del 3,67% permitido por el acuerdo, pero muy por debajo de la cantidad necesaria para fabricar una bomba atómica. 

3. Cuba. La Casa Blanca ha anunciado que "revisará" las políticas seguidas por el anterior Gobierno, presidido por Donald Trump, en relación a Cuba, si bien por ahora la Administración de Joe Biden no ha confirmado que vaya a volver a las líneas fijadas durante la etapa de Barack Obama, cuando el hoy mandatario fungió como su vicepresidente.

Con Obama en la Casa Blanca, Washington y La Habana reanudaron sus relaciones diplomáticas y comenzó un acercamiento inédito desde la imposición del bloqueo norteamericano hace más de medio siglo. Trump, sin embargo, apostó de nuevo por la mano dura y endureció las restricciones en materia política, económica o de viajes.

La portavoz de la Presidencia actual, Jen Psaki, ha asegurado que la política de Biden estará guiada por "el apoyo a la democracia y a los Derechos Humanos" y por considerar a los estadounidenses, especialmente los de origen cubano como "los mejores embajadores de la libertad".

"Revisaremos las políticas de la Administración Trump, como también estamos haciendo en otros ámbitos de seguridad nacional, para asegurar que nuestro enfoque sigue esos principios", dijo Psaki, que no obstante ha evitado "predecir" cuál será el camino a seguir durante los próximos meses.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se mostró en diciembre dispuesto a debatir sobre cualquier tema con Biden, aunque ya dejó claro que lo haría sin ceder "ni un ápice" en la "revolución" iniciada por Fidel Castro, tras dar por fracasada la política de bloqueo de las últimas décadas./Redacción internacional