¿Cómo podrá Colombia materializar el concepto de “seguridad humana”? | El Nuevo Siglo
El profesor de Derecho Internacional de la Universidad del Rosario, Enrique Alberto Prieto.
Cortesía
Domingo, 28 de Agosto de 2022
Redacción internacional

La semana pasada el presidente Gustavo Petro introdujo al debate público un concepto que nació en el seno de las Naciones Unidas, para referirse a lo que tiene pensado con relación a la reforma de la Policía: la seguridad humana.

Tradicionalmente, la seguridad es un término que ha estado asociado al aspecto militar, a la seguridad de Estado y la defensa de la soberanía, pero hace 28 años, cuando se introdujo el término de seguridad humana, el tema se comenzó a abordar desde la ciudadanía, en un enfoque mucho más holístico y, sobre todo, preventivo.

Para entenderlo más a fondo, y sobre todo para analizar qué tendría que hacer Colombia para materializar esta visión, EL NUEVO SIGLO habló con el profesor de Derecho Internacional de la Universidad del Rosario Enrique Alberto Prieto, quien explicó que lejos de ser un abordaje nuevo, “la jugada política maestra de este Gobierno es que lo está articulando bajo la sombrilla de las Naciones Unidas, haciendo uso de un concepto que no se había usado antes”.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuando se habla de seguridad humana, en el derecho internacional, exactamente a qué se refiere?

ENRIQUE ALBERTO PRIETO: Es importante mencionar que este es un concepto que nace del Derecho Internacional, en el seno de las Naciones Unidas. La primera vez que se utilizó fue en 1994 y a partir de ese año la Organización la ha seguido usando sacando resoluciones y documentos, eso es lo primero. Lo segundo es que cuando hablamos de un concepto de seguridad humana estamos hablando de una evolución de la aproximación tradicional de la seguridad en el concepto internacional.

Tradicionalmente la seguridad se pensaba como la seguridad militar, la seguridad de Estado y la defensa de la soberanía, pero eso fue precisamente lo que evolucionó. Cuando se habla de seguridad humana se está pensando en una seguridad que se centra en los ciudadanos y en generar políticas preventivas, porque este concepto es preventivo; que permitan generar acciones por parte del Estado que garanticen programas de paz, seguridad, desarrollo y protección a los derechos humanos, a través de siete categorías propias de este concepto: seguridad económica, alimentaria, de la salud, ambiental, personal, de la comunidad y política.

ENS: En específico, ¿qué busca la seguridad humana a partir de los postulados de Naciones Unidas?

EAP: Promover que Estados como Colombia adopten medidas centradas en la persona, que sean exhaustivas en la búsqueda de solucionar necesidades propias del ser humano y de la ciudadanía de dicho país, pues este es un concepto que se circunscribe al contexto de cada Estado porque las necesidades de Colombia no son las mismas que las que tiene Costa Rica. Y que esté orientado ante todo a la prevención. Esta seguridad humana no se refiere a actividades militares y operaciones, sino a una seguridad más integral.

En la ONU hay un fondo para el desarrollo de proyectos en el marco de la seguridad humana y nuestro país se ha visto beneficiado del mismo. Esto puede atraer recursos internacionales importantes.



Implementación  

ENS: Usted mencionó que la seguridad humana se debe hacer a la medida de las necesidades de los países. ¿Cómo debería ser este concepto para el caso colombiano?

EAP: Sin duda el mayor reto es el de traducir este concepto a la realidad colombiana, y lo primero que uno debería contemplar son cuáles son las principales amenazas para el país. Tenemos el narcotráfico, las amenazas relacionadas con el medio ambiente, los eventos de salubridad pública, nuestra relación con los vecinos y la estabilidad económica de los ciudadanos.

Cuando uno piensa en esas cinco amenazas, la política de seguridad humana que adopte Colombia tiene que tener una respuesta de tipo militar y operacional (no pueden cesar) pero a través de un perfeccionamiento de la inteligencia militar para que, con recursos de personal y económicos, las FF.MM. puedan dar golpes muy precisos. Pero esto deberá ir acompañado de políticas socioeconómicas importantes que permitan el acceso a servicios esenciales como el de la educación y la salud.

En este sentido, la seguridad humana desde una perspectiva socioeconómica deberá velar para que en cualquier momento toda la institucionalidad del Estado responda, para que esos bienes y servicios esenciales se garanticen, permitiendo que haya una movilidad social. Y, por ejemplo, en Colombia las universidades siguen generando movilidad social, pero acceder a las mismas, sean públicas o privadas, es muy difícil.

Por poner otro ejemplo, con relación al medio ambiente, el país está viviendo una temporada invernal muy dura en donde se han perdido cosechas. En este sentido, la seguridad humana implicaría ofrecerle al campesino alguna forma de respuesta para afrontar las lluvias. Y si uno no les da respuesta a los lugares en donde hay sequías como las que hubo en Casanare, ahí habrá problemas sociales.

La pandemia puso en evidencia una serie de problemas estructurales de salubridad pública relacionados con la informalidad y unas dificultades de propiedad intelectual que tienen que ver con la producción de medicamentos y no solo las vacunas. Si el Gobierno no toma una política clara que permita darle una respuesta a todas estas necesidades, es claro que una seguridad vista desde la concepción clásica del “no me roben más”, no se va a lograr.

Y con relación a nuestros vecinos venezolanos, la decisión del Gobierno anterior de reconocer a un presidente interino sin ningún control y abandonar todas las relaciones de tipo diplomático con el gobierno venezolano le puso en bandeja de plata la frontera a las bandas criminales. La seguridad humana es una apuesta ambiciosa para que el Gobierno pueda complementar la operación militar con una respuesta institucional mucho más amplia y llenar esos vacíos que se han traducido en las tasas de inseguridad, narcotráfico y criminalidad. Repito: es una apuesta preventiva, pero sin dejar de perseguir y capturar a los criminales.

ENS: Esta apuesta, ¿qué tan difícil de materializar es?

EAP: Es ambicioso y los resultados no se van a ver en una semana, tres meses o seis meses y la opinión pública busca siempre resultados inmediatos. No obstante, creo que lo que está haciendo que el discurso del presidente Gustavo Petro a este respecto sea sofisticado, la jugada maestra política, es que lo enmarcó en el término como tal de “seguridad humana”. Acciones que ya venía haciendo el Estado de forma dispersa, este gobierno lo está articulando bajo la sombrilla de las Naciones Unidas, y ese es un tema discursivo clave. Nadie había usado ese término y nadie se había montado, de forma expresa, en esa política.

Vamos a ver si lo logran implementar porque una cosa es el discurso y otra muy distinta la materialización, pero sí hay que dejar claro que no se están inventando el agua tibia. Este es un deber contemplado en la Constitución de 1991.