INÈDITA por el escenario de violencia política, su origen (la crisis institucional que forzó a Lasso a anticipar elecciones), el mandato a suplir (año y medio) y sus dos inesperados protagonistas, el derechista Daniel Noboa y la izquierdista Luisa González, es la definición presidencial de este domingo en Ecuador.
Desde que el pasado agosto logró su tiquete a la segunda vuelta con el 23% de votos, el joven Noboa (35 años) ha logrado concitar un mayoritario apoyo ciudadano, como lo señalan las encuestas. En tres de las últimas cuatro mediciones divulgadas la semana anterior, este outsider es el favorito para llegar al Palacio de Carondelet.
En menos de dos meses, este joven empresario y millonario, ha sumado entre 15 y 30 puntos en la intención de voto, mientras que su rival, ‘la que dijo Correa’, del 34% obtenido en la primera vuelta ha adicionado un máximo de 15 puntos.
Las últimas mediciones conocidas fueron: Telcodata que muestra un empate técnico en la intención de voto ya que Noboa marca 36.7% y González 36.4%; Negocios y Estrategias, con 39% y 38.6%, respectivamente y Comunicaliza, donde el primero tiene una ventaja de más de seis puntos (53.2% vs. 47.7%).
La de Maluk Research da como ganadora a la candidata izquierdista con 51,1% frente a Noboa que logra un 48,9%.
Con base en esos datos es que analistas y medios de información ecuatorianos aseguran que este domingo en la verdadera encuesta, la de las urnas, habría un codo a codo por el poder. Sin embargo, desconocen un factor clave: el alto número de indecisos, que está entre el 15% y el 18% y con una mayor inclinación a apoyar al candidato de la derecha o del anticorreísmo, como muchos lo han ‘rotulado’.
En este país acosado por el narcotráfico, impulsor de la creciente ola de inseguridad, y bajo la sombra del magnicidio del candidato presidencial Fernando Villavicencio, ambos aspirantes a suceder a Lasso debieron priorizar sus campañas por redes sociales y, en los reducidos actos públicos, asistir con chaleco antibalas, casco y con custodia militar.
Noboa fue la sorpresa electoral. Casi desconocido en la política, salvo por el cargo de diputado en la disuelta Asamblea, escaló en silencio hasta colarse en el balotaje con un discurso de mano dura contra el crimen.
El debate presidencial en la primera vuelta, al que se presentó con un chaleco antibalas alegando amenazas de muerte, catapultó su candidatura. Días antes, el entonces candidato Fernando Villavicencio había sido asesinado a tiros.
Heredero de una fortuna amasada por su padre, un empresario bananero que fracasó en cinco de alcanzar la presidencia (el último ante Rafael Correa), incrementó su capital político gracias a un hábil y asertivo manejo en redes sociales. Una semana antes de la primera vuelta se hizo viral en X y TikTok gracias a videos hechos con decenas de muñecos de cartón con su imagen a escala real.
Serio y poco expresivo, el joven dejó atrás el histrionismo de su padre en campaña, quien solía pedir votos de rodillas y con una biblia en la mano.
"La gente está emocionada, la gente está motivada, la gente quiere algo nuevo", declaró Noboa, que se presenta como una figura de cambio frente a González, que basó su proselitismo en logros del gobierno de Correa, hoy exiliado en Bélgica huyendo de la justicia de su país que lo condenó por corrupción.
De ser elegido, Daniel Noboa planea una consulta popular para implantar un sistema de jurados para casos de corrupción, que junto al narcotráfico es uno de los principales problemas de la nación. También propone la militarización de fronteras y trasladar a los reclusos más violentos a barcos-cárceles.
Casado y con dos hijos, tiene títulos en negocios y administración de prestigiosas universidades extranjeras.
Su rival, Laura González, tiene 45 años. Es ahijada política del exmandatario socialista Correa, fue la más votada en la primera vuelta y aunque ha recabado apoyos, han sido inferiores a los alcanzados por el candidato derechista.
Dice no le preocupa el qué dirán en este país polarizado y admite que su principal asesor será Correa, aunque no señala si realizará algún cambio que permita al exmandatario retornar al país como una persona libre, tal cual ocurrió con el también socialista Evo Morales en Bolivia.
Sin embargo, esta abogada con maestrías en economía y gerencia recalca que mantendrá su independencia.
Ciclista, maratonista y amante de los tatuajes y los animales, antes de aceptar ser candidata fue asambleísta y consejera de Correa.
Hasta la tarima ha subido su historia de superación como madre soltera. Tiene dos hijos, de nueve y 29 años.
"Cuando me atacan por ser madre soltera, por haber salido adelante, por haber estudiado, no me atacan a mí, atacan a cada una de ustedes, mujeres de mi patria", ha expresado González, quien habla con orgullo de su origen humilde en el costero poblado de Canuto (suroeste).
Una de sus prioridades es el combate a la inseguridad cuando Ecuador se acerca al récord de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes a causa de la violencia ligada al narcotráfico, cuatro veces más que en 2018. También le preocupa el bajo nivel de salud y educación en el "destrozado" país tras los gobiernos derechistas que siguieron al correísmo.
González achaca la criminalidad a los gobiernos de Lenín Moreno (2017-2021) y Lasso, que "priorizaron una agenda de venganza política y odio por encima del bienestar de la gente".
Se define como cristiana evangélica, y ha sido cuestionada por grupos feministas debido a su oposición al aborto incluso en casos de violación cuando fue asambleísta.
Mandato de 18 meses
El nuevo presidente tomará posesión en diciembre para terminar el período inconcluso de Lasso y gobernar hasta mayo de 2025. La ley permite que se presente a las siguientes elecciones (2025-2029) y además se postula a la reelección (2029-2033).
En una nación donde está permitida la reelección por una sola vez, se abre una posibilidad inusual de extender el mandato, lo que marcará el estilo del próximo gobierno, explican expertos.
El ganador "va a estar prácticamente todo el tiempo en campaña, es decir, promocionándose para llegar al 2025 y eso despierta muchos desafíos de gobernabilidad, pero también de expectativas de la gente", explicó el experto Pablo Medina, de la Universidad San Francisco.
Como se sabe, Guillermo Lasso decidió aplicar en mayo la llamada ‘muerte cruzada’ meses atrás, dando paso a unos comicios generales para evitar el manipulado juicio de destitución que en su contra promovió la oposición, endilgándole cargos de corrupción sin fundamento alguno.
Sin mayoría absoluta en el Congreso y ante un breve gobierno, el que gane enfrentará dificultades para hacer realidad sus reformas.
Tras una campaña empañada por la violencia –segó la vida de ocho políticos y recientemente la de ocho implicados en el asesinato de Villavicencio- 13,4 de los 16,9 millones de ecuatorianos deberán ejercer el voto obligatorio este domingo para elegir presidente y vicepresidente.
En este país golpeado por la pobreza (27%) en una economía dolarizada, las mayores preocupaciones de los electores son la seguridad y el empleo. Vale destacar que viven con miedo por la violencia que imponen numerosas bandas narco con poder internacional que dejan unos 3.600 asesinatos en lo que va del año, según el Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado.
Y, de seguro, los indecisos se decantarán por el que consideren tenga mejores propuestas en esos vitales temas.
Gane quien gane, el país marcará hitos con su nuevo gobernante: con Noboa tendrán el presidente más joven en la historia del país –lo será también de la región- y Gonzàlez sería la primera mujer en llegar, en votación popular, al máximo cargo del poder.
Noboa llega como favorito a la verdadera encuesta, la de las urnas. Y tanto él como su competidora Luisa González buscarán tras esa jornada, independientemente de quien sea el elegido, consolidarse como la ‘regeneración’ del tradicional bipartidismo en el vecino país.