Tras los roces presentados entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin y su homólogo estadounidense Joe Biden por el tema de ataques cibernéticos el Consejo de Seguridad de la ONU, mostró preocupación por este tema que genera tensión internacional.
El tema de ciber ataques se dialogó en la cumbre celebrada en Ginebra, donde el presidente Biden fijó líneas rojas para Putin, definiendo 16 entidades "intocables", desde el sector energético hasta la distribución de agua. En este caso, definió 16 entidades "intocables", desde el sector energético hasta la distribución de agua.
Un embajador europeo especializado en el tema, señaló que "en la primera comisión de la ONU, ya acordamos en 2015, hace seis años, abstenernos de cualquier actividad cibernética maliciosa contra las infraestructuras críticas de cada Estado miembro de la ONU".
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"Enfoque más innovador"
"Es un tema nuevo y en el Consejo de Seguridad, como siempre, es difícil" poner un tema nuevo sobre la mesa después de 76 años de tratar los temas tradicionales de paz y seguridad, señaló el funcionario, quien también resaltó que el objetivo de la videoconferencia es "contribuir a una mejor comprensión de los crecientes riesgos derivados de las actividades maliciosas en el ciberespacio y su impacto en la paz y la seguridad internacionales".
"Como el ciberespacio es un campo de doble uso, nos encontramos en una situación compleja que no se parece a otros temas de seguridad internacional", señaló el mismo embajador europeo.
"No es un tema habitual que pueda encajar en el ámbito del control de armas. No se puede firmar un tratado y luego simplemente verificarlo. Hay que tener un enfoque más innovador", dijo, con la esperanza de que el debate ayude a esbozar las vías a explorar.
Varias empresas de Estados Unidos, como el grupo informático SolarWinds, la red de oleoductos Colonial Pipeline y el gigante cárnico mundial JBS, han sido objeto recientemente de ataques de ransomware, un programa que cifra los sistemas informáticos y exige un rescate para desbloquearlos.
La policía federal estadounidense los atribuyó a piratas informáticos con base en Rusia.