“Covid Cero” en China desata ira social y fuga de capitales | El Nuevo Siglo
Las autoridades mantienen estrictas medidas, sobre todo para los extranjeros que arriban a China
AFP
Sábado, 30 de Abril de 2022
Redacción internacional con AFP

Al cabo de diez años en China, Colin Chan decidió volver a Singapur, harto de la interminable cuarentena y de las estrictas restricciones sanitarias que impulsan a un creciente número de expatriados extranjeros a dejar el país.

Esta es solo una de las tantas historias que se pueden encontrar de empresarios y cerebros extranjeros que huyen de China por sus draconianas medidas para evitar la propagación del covid-19.

Estas medidas provocaron el  hartazgo no solo a los extranjeros e inversionistas que toman sus maletas y vuelan lejos, sino a los residentes, en especial a los del centro industrial y empresarial de la capital financiera del gigante asiático, Shanghái, confinada hace casi dos meses y que empieza a deteriorar la sólida economía china.

Fue justo eso lo que incomodó a Chan, de 46 años, exempleado de una multinacional en Pekín, a quien la estrategia china de "Covid Cero", que pretende a toda costa evitar la aparición de nuevos casos, lo hizo salir de ese país.

Esta iniciativa consiste en confinamientos localizados y en largas cuarentenas para los viajeros procedentes del extranjero y para las personas que han dado positivo al virus.

Dichas medidas permitieron garantizar una vida casi normal en China desde 2020 y delimitar a menos de 5.000 el número oficial de muertos por el covid-19. Pero su carácter imprevisible, incluso arbitrario, irrita a muchos habitantes.

Cuando Colin Chan llegó a Shanghai a fines de febrero tras un viaje a Singapur, hizo una cuarentena de tres semanas en el hotel - procedimiento normal para cualquier llegada a territorio chino.

Pero una vez en Pekín, su ciudad de residencia, las autoridades sanitarias le impusieron dos semanas suplementarias en su domicilio... con una alarma instalada en su puerta para desechar en él la idea de cualquier salida.

Fue la gota que colmó el vaso para Colin Chan: "Tenemos la impresión de que las restricciones cambian permanentemente", declara a la AFP Chan, que abandonó definitivamente China en abril.

 

Al menos 10%

No es el único en quejarse.

Según un sondeo hecho en marzo por la Cámara de comercio de Estados Unidos en China, más del 80% de las empresas interrogadas afirman que la política sanitaria mermó su capacidad para atraer o retener a sus empleados extranjeros.

Un tercio de esas sociedades dicen haber perdido al menos al 10% de su personal extranjero desde el inicio de la pandemia.

La hemorragia puede ser muy importante en Shanghai, donde sus 25 millones de habitantes padecen un estricto confinamiento en sus domicilios desde principios de abril, lo que genera mucha exasperación.

Shanghai tiene unos 164.000 extranjeros, según un censo publicado en 2021. Algunos piensan ya en irse.

Un británico, residente desde hace mucho tiempo en esta ciudad, declara a la AFP su deseo de volver a su país, harto del último confinamiento, señal según él de una política sanitaria que se "vuelve demente"

"El covid cero es ahora como una especie de religión", declara este hombre, que requiere el anonimato. 

"Poco importa si al final el covid no es especialmente grave (...). Es como si de todas formas tuvieran que llegar al nivel cero".

 

"Desastre total"

El "covid cero", con sus vuelos internacionales reducidos, sus visados otorgados a cuentagotas y sus cuarentenas a las llegadas, complica la contratación de trabajadores extranjeros por parte de las empresas.

La Cámara de comercio de la Unión europea en China dirigió recientemente una carta al gobierno chino, cuestionando el aislamiento de personas positivas.

"El coste social y económico (de estas medidas) es cada vez más importante", subraya el correo, consultado por la AFP.

"Ello tiene además repercusiones lamentables para la imagen de China en el resto del mundo", agrega el texto.

Para China, el "covid cero" ha permitido evitar innumerables muertos por el covid-19, y los consecuentes problemas para los servicios de hospitales.

Pero al cabo de más de dos años, esta estrategia irrita cada vez más tanto a chinos como a extranjeros. 

El confinamiento de Shanghai es un "desastre total", estima Rory Grimes, un británico de 40 años que vive desde hace nueve en China, donde trabaja en la educación. 

Al ser declarado positivo al covid-19, fue colocado en un centro de cuarentena. 

"No tengo la impresión de que se nos quiera realmente curar  (...). No hay ningún material médico aquí", asegura a la AFP.

"Se trata más de llenar estadísticas que de respetar la más mínima de las lógicas", agrega.

 

Frustración en Shangái

China declaró que seguirá adelante con su estrategia "cero covid" pese a la creciente frustración de los habitantes de Shanghái, confinados desde inicios de abril y que protestan contra la política sanitaria del gobierno con cacerolazos desde las ventanas.

El gigante asiático enfrenta actualmente su peor brote epidémico desde la primavera de 2020. En las últimas 24 horas, el Ministerio de Sanidad registró más de 15.500 nuevos casos de covid-19. 

En Shanghái, una metrópolis de 25 millones de habitantes situada en el este del país, las autoridades registraron más 52 nuevas víctimas mortales, que no estaban vacunadas.

La estrategia "cero covid" estipula el confinamiento de barrios o ciudades tras la aparición de casos de covid, una cuarentena para las personas positivas, incluso si son asintomáticas, y pruebas masivas. 

"Es un arma eficaz para prevenir y controlar la epidemia" en China, donde viven 1.400 millones de personas, declaró a la prensa Li Bin, viceministro de Salud.

"Nuestro país es muy poblado, con desequilibrios regionales en términos de desarrollo y una falta de recursos médicos. Si relajamos [las medidas] y dejamos que el virus se propague, muchas personas se infectarán", añadió.

La estrategia "cero covid" permitió limitar el número de muertos por el coronavirus, que es oficialmente de menos de 5.000.

Pero los largos confinamientos pesan sobre la economía y sobre el estado de ánimo de la población.

 

Desafío logístico y cacerolazos

En Shanghái, la ciudad más afectada, los habitantes se quejan de no tener suficientes verduras frescas ni carne. 

El jueves en la noche, videos difundidos en las redes sociales que fueron rápidamente censurados, mostraron a residentes protestando con cacerolas desde las ventanas y exigiendo "provisiones". 

Una habitante de Shanghái dijo a la AFP, bajo condición de anonimato por temor a posibles represalias, que había visto este tipo de imágenes en internet. Tras escuchar el estruendo afuera, se unió a los cacerolazos. "Vi muchos videos como este, enviados por personas que viven en diferentes barrios", dijo.

La censura de estas imágenes alimenta el descontento de la población. 

Pero el confinamiento constituye también un enorme desafío logístico, el de abastecer a 25 millones de personas a pesar de la falta de personal de reparto.

Otro problema que menciona Liang Wannian, jefe del equipo de expertos contra el covid del ministerio de Salud, es la insuficiente tasa de vacunación de las personas mayores en China.

Esta política también penalizará el sector turístico durante las vacaciones del 1 de mayo, que inician este sábado y duran cinco días. El ministerio de Transportes prevé una caída del 62% de los viajes comparado con 2021.

Para el presidente de la cámara de comercio de la Unión Europea en China, Joerg Wuttke, los gobernantes solo se guían por la política del "cero covid" y "no se preocupan por la economía a corto plazo". 

Según Wuttke, esta política sanitaria continuará hasta el 20º Congreso del Partido Comunista Chino a finales de 2022, cuando se espera que el presidente Xi Jinping obtenga un tercer mandato al frente del régimen.

"No puede cambiar el discurso (hacia el covid) tan cerca del objetivo", opina.