El Elíseo, en la mira de conservadores tradicionales | El Nuevo Siglo
XAVIER BERTRAND cumplió su primer paso para lograr la candidatura presidencial de los conservadores tradicionales. Ganó en Altos de Francia
Foto archivo AFP
Lunes, 28 de Junio de 2021
Redacción internacional

LAS dos principales corrientes que han dominado durante décadas la política en Francia, Los Republicanos (LR) en la parte conservadora y el Partido Socialista (PS) en la izquierda, fueron los vencedores en las dos rondas de los comicios regionales lo que modificará la contienda presidencial del 2022.

La derecha tradicional, otrora conocida como Unión por un Movimiento Popular y rebautizada hace siete años como Los Republicanos se impusieron en siete de las trece regiones metropolitanas, entre ellas Isla de Francia, que incluye París y aglutina a más de 12 millones de habitantes. Las restantes fueron para la también conocida izquierda tradicional aupada en el Partido Socialista.

Ambas formaciones políticas habían sufrido graves derrotas en elecciones pasadas. Los Republicanos cedieron el Elíseo en 2012 y aunque al mismo llegó Emmanuel Macron en 2017, éste lo hizo bajo el movimiento que fundó “La República en Marcha” (LREM) que, en su momento se llevó el 19% de los conservadores tradicionales, un 25% de los denominados liberales-conservadores y un 35% de los liberales progresistas. De allí el “en marcha” de su nombre.

El desgaste político del gobierno central, pero sobre todo su ausencia en las regiones, dejaron sin chance alguno de triunfo al novel partido LREM. En contraste, los conservadores tradicionales evidenciaron la fuerza que mantienen tanto en sus bases como en todo el país. Y ello empieza a reconfigurar el escenario de cara a la presidencial del próximo año el que hasta ahora había sido copado por Macron y la carta de la extrema derecha, Marine Le Pen.

De esta forma, de los siete los conservadores que se alzaron con la victoria en las regiones, hay tres que comienzan a posicionarse como sus posibles cartas para recuperar el Elíseo. Son Xavier Bertrand, que luego de su holgada victoria en la región Altos de Francia anunció su candidatura para 2022; la vencedora en Isla de Francia, Valérie Pécresse (a la que le sueña tal posibilidad) y Laurent Wauquiez, ganador en Auvernia-Ródano-Alpes.

"Es una tremenda victoria para nosotros", manifestó Christian Jacob, presidente de Los Republicanos, para quien la derecha moderada es "claramente la única fuerza de alternancia". Por ello ahora dese ese cargo que ocupa desde octubre de 2019 tendrá que definir tanto la táctica como la estrategia con miras a que los conservadores, unidos, recuperen el Elíseo el año entrante.

Aunque nada se ha dicho, los analistas no descartan el retorno a las filas del conservatismo moderado de quienes que ‘emigraron’ al partido de Macron o que, inclusive, ese novel movimiento ante la evidencia electoral realice una alianza programática para presentar un candidato único de Los Republicanos.

Coincidencialmente ayer Macron se encontró con Bertrand en Douai, durante una visita a una fábrica de baterías eléctricas y el mandatario francés lo felicitó por su triunfo en los Altos de Francia. Bertrand agradeció el gesto al tiempo que le destacó el freno que se puso a la ultraderecha.



Mirando al 2022

Los comicios regionales dieron un nuevo impulso a la carrera presidencial que como reseñamos estaba aparentemente circunscrita a Macron y Le Pen. Pero el posicionamiento de los conservadores clásicos, moderados o tradicionales, como se les llama, comienza a dibujar otro panorama.

Ello se evidenció desde el mismo domingo con un sondeo realizado por la televisión pública francesa según el cual si bien Macron y Le Pen se mantienen en cabeza para la cita electoral por la presidencia, empatados con una intención de voto del 24%, Bertrand comienza a delinearse como el aspirante de la derecha clásica con más opciones registraron un 18%.

Esta reconfiguración en el país galo fue reconocida por todos los medios de comunicación, entre ellos el diario liberal L'Opinion que ayer escribió: "Es imposible pretender que el panorama político no ha cambiado: la dinámica, ese factor tan importante en la política, ha cambiado de bando. Ya no está en el bando de LREM, ni en el de la Agrupación Nacional”.

Como se sabe los sondeos previos a la primera vuelta de los comicios regionales vaticinaban para la extrema derecha de Agrupación Nacional, unos resultados sin precedentes, con opciones incluso de hacerse con el control de varias regiones. Sin embargo, el partido de Le Pen sufrió el domingo un segundo y duro revés dando al traste con los planes de impactar en la política gala.

La ultraderecha se la jugaba todo a los resultados de Provenza-Alpes-Costa Azul -una región conocida por el acrónimo PACA-, pero se quedó con un 44 por ciento de los votos, frente al 56 por ciento que obtuvo el conservador Renaud Muselier. Le Pen justifica la derrota por las "alianzas antinaturales", en alusión a lo que durante años ha venido llamando 'frente republicano'.

Pese a la amarga derrota de su partido, Marine Le Pen no baja los brazos y dio "cita" a los franceses en las presidenciales para "construir una alternancia".

Entre tanto, la República en Marcha de Macron, que se autodefine como centroderecha, no logró sumar el 10 por ciento de los votos a nivel nacional, una evidencia de que el novel partido presidencial no logró echar raíces locales.  Sin embargo, el mandatario descartó sustituir a su primer ministro Jean Castex, a quien había encargado de la campaña.

"No voy a cambiar de primer ministro…Las elecciones locales no piden consecuencias nacionales y por lo tanto ningún cambio de primer ministro en los próximos meses, o semanas", sostuvo el mandatario galo en una entrevista a la televisión BFMTV.



Aire para los socialistas

La otra cara de la moneda, e igual que lo ocurrido con los conservadores clásicos, la dan los socialistas, que en las últimas presidenciales sufrieron una derrota sin parangón -su candidato solo logró el 6,3 por ciento de los sufragios-, pero en esta ocasión ha logrado mantenerse al mando de cinco regiones, lo que le mantiene como referencia de una izquierda que lleva años sin encontrar su sitio en Francia.

El primer secretario del PS, Olivier Faure, estos comicios confirman que el PS es "la fuerza motriz" de la izquierda, y que por ende tiene el deber "de unir a toda la izquierda y a los ecologistas para poder ir a la elección presidencial". 

Según el sondeo publicado ayer, Yannick Jadot obtendría el 10 por ciento de los sufragios como aspirante de Europa Ecología-Los Verdes, mientras que la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, cuyo nombre ha ganado fuerza en el soñado resurgir socialista, oscilaría entre el 8 y el 9 por ciento en intención de voto.

De esta forma pareciera que el reto de la izquierda, si quiere conquistar el poder nacional es a un reto de marca mayor, ya que deberá convencer de la necesidad de una candidatura única entre todas las formaciones de dicha tendencia, para no repetir el escenario de 2017 cuando el electorado dispersó sus votos entre las diversas formaciones de esta tendencia.

"A pesar de las coaliciones creadas para las elecciones regionales, es probable que persistan las fracturas y las ambiciones personales con vistas a las elecciones presidenciales", escribió pesimista el diario de izquierda Libération.

Así está hoy la movida política en Francia. Está por ver en cualquier caso cómo se redefinirán las posiciones del electorado tras la última cita electoral y hasta qué punto la misma consolida una nueva realidad política ya que tanto los perdedores de la contienda como algunos analistas consideran que por la alta abstención (66%) no puede ser esta un termómetro fiable de las preferencias ciudadanas.

El premier Castex dijo que el Gobierno se toma “en serio” esa alta abstención, que se hace palpable especialmente entre los jóvenes. Los medios de comunicación coincidieron en resaltar que dos de cada tres electores no acudieron a las urnas, una cifra que no se alcanzaba en Francia desde que se instauró la V República hace ya más de seis décadas.