El Esequibo: ¿hasta dónde llevará Maduro vientos de guerra? | El Nuevo Siglo
EL DÍA que presentó la Ley Orgánica para crear el Estado del Esequibo, el gobierno Maduro divulgó un nuevo mapa territorial de Venezuela. /AFP
Jueves, 7 de Diciembre de 2023

"EL SOL de Venezuela nace en el Esequibo", "el Esequibo pertenece a Guyana y no cederá ni una brizna de hierba”: dos consignas en una disputa territorial centenaria que está en su más alto pico de tensión en años, amenazando con desembocar en un conflicto, una impensable guerra en América del Sur.

 

Como nadie quiere ese escenario la diplomacia por la paz que inclusive el mismo mandatario venezolano, Nicolás Maduro pregona -aunque sus actos son contaevidentes- la diplomacia se ha activado en varios frentes, desde llamados de gobernantes aliados con los países enfrentados hasta el examen a la crisis en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se verificará hoy.

La disputa por la llamada Guayana Esequiba tiene su origen en la colonia (Ver recuadro), revivió hace menos de una década y comenzó a escalar apenas hace dos meses cuando ante el presumible revés que tendría en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el régimen venezolano o convocó a un referendo consultivo sobre la soberanía de esa vasta región -rica en petróleo y otros minerales- que, aprobado el pasado domingo, envalentonó a Maduro a tal punto que insufló ‘vientos de guerra’ en esta  tórrida región.

Tras esa consulta ciudadana que no era vinculante, Maduro presentó a la Asamblea Nacional (conformada por el oficialismo) una Ley Orgánica para crear el estado de Guayana Esequiba, publicó un renovado mapa territorial de Venezuela, creó divisiones en las estatales Pdvsa y la Corporación Venezolana de Guyana que concederán licencias para exploración y explotación de petróleo, gas y minerales en las aguas en disputa y designó al general Alexis Rodríguez Cabello como Autoridad Única del Esequibo, cuya sede político-administrativa se encontrará en Tumeremo, en el este del país y junto a la frontera con Guyana.

Así mismo nombró a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, coordinadora de la Alta Comisión por la Defensa del Esequibo, anunció un censo para entregar a los esequibenses la cédula de ciudadanía venezolana y la presentación de una ley que determinará las ‘áreas de protección ambiental’ y nuevos parques nacionales en ese territorio.

"Debe saber el mundo, debe saber la república de Guyana que, ante los derechos históricos sobre la Guayana Esequiba, Venezuela tiene una sola voz: el Esequibo es nuestro, por encima de las diferencias", sostuvo Maduro el martes al anunciar sus medidas posreferendo.

Y como dice el refrán popular: ahí fue Troya.  Desoyendo las advertencias de Guyana sobre ‘dar pasos en falso’, de llevar la crisis al Consejo de Seguridad de la ONU y la posibilidad de reforzar su alianza con Estados Unidos para defender su soberanía, la que en palabras de su presidente, Irfaan Ali, no cederá "ni una brizna de hierba" a Venezuela, el régimen madurista insiste en su plan, mientras Guyana entabló contactos con el Comando Sur y realizó ejercicios militares conjuntos

Alianza militar

Así, la Embajada de Estados Unidos en Georgetown, la capital guyanesa, confirmó ayer que en colaboración con las autoridades militares de ese país, el Ejército norteamericano inició operaciones de vuelo, en medio de la disputa por el Esequibo y argumentó que el mismo “se basa en los compromisos y en las operaciones de rutina para mejorar la asociación de seguridad bilateral y fortalecer la cooperación regional".

Añadió que además de estas maniobras, “Estados Unidos seguirá con su compromiso como socio de seguridad fiable de Guyana y promoverá la cooperación y la interoperabilidad regionales".

Este abierto espaldarazo norteamericano vino a reforzar el que telefónicamente dio la víspera el secretario de Estado, Antony Blinken al presidente Alí y, como era de esperarse, desató la ‘indignación’ de Caracas que de antemano había culpado al mandatario guyanés de dar ‘vía libre’ al establecimiento en su territorio de bases norteamericanas al igual que rechazó que la disputa actual fuera llevada a la ONU.

El presidente guyanés espera que el Consejo de Seguridad adopte las medidas apropiadas" y dijo que mantiene comunicación con "socios bilaterales" como Estados Unidos, Reino Unido y Francia, integrantes junto a Rusia y China de ese organismo.

Al pedir la reunión extraordinaria del mismo, el canciller guyanés Hugh Hilton Todd argumenta que las acciones adoptadas por Venezuela “no harán sino agravar aún más la situación. Su conducta constituye claramente una amenaza directa para la paz y la seguridad de Guyana, y más ampliamente amenaza la paz y la seguridad de toda la región”.

Estados Unidos, por su parte, considera que la actual tensión entre Venezuela es muy preocupante y que "obviamente no queremos que se produzca violencia ni conflicto…Seguimos esto muy, muy, muy de cerca”, aseguró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, quien agregó que la decisión arbitral, el laudo de 1899 que da la soberanía a Guyana “debe ser respetado al menos hasta que "las partes lleguen a un nuevo acuerdo, o un órgano jurídico competente decida lo contrario".

Entre tanto Brasil que comparte frontera con los dos países en conflicto, por lo que no sólo blindó la zona, sino que garantizó que su territorio no será utilizado por tropas extrajeras, llamó a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos diplomáticos para evitar que el conflicto siga escalando.

 

 

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó su "creciente preocupación" por esa crisis, aseguró que “no queremos es una guerra en América del Sur”, instó a sus pares de Argentina, Paraguay y Uruguay a adoptar en la declaración de Mercosur de la que es anfitrión un pronunciamiento y propuso la mediación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

¿Conspiración?

En medio de los inquietantes anuncios, Venezuela también ordenó la de tensión de un estadounidense y un líder opositor, acusándolos de “conspirar" con la petrolera ExxonMobil.

El fiscal general, Tarek William Saab aseguró que el norteamericano Savoi Jadon Wright formó parte de una trama para "conspirar" en un intento de boicot contra el referendo que realizó el domingo Venezuela y utilizó "criptomonedas" y "grandes cantidades de efectivo para evadir controles financieros y enmascarar el origen y destino de los fondos usados para conspirar".

Aseguró que un segundo estadounidense, Damián Merlo, a quien identificó como asesor del expresidente Trump, estuvo involucrado en "la trama, pero está libre".

También fue detenido el líder opositor Roberto Abdul-Hadi, según el fiscal otro partícipe en este complot.

Abdul-Hadi es presidente de la organización Súmate, fundada por la liberal María Corina Machado, ganadora de las primarias de la oposición para enfrentar al presidente Nicolás Maduro en las elecciones de 2024.

El fiscal no mencionó expresamente a Machado, pero también dictó órdenes de arresto contra otros miembros de Súmate, Claudia Macero y Pedro Urruchurtu por "traición a la patria, conspiración con una potencia extranjera (...), legitimación de capitales y asociación para delinquir", así como contra los exiliados Juan Guaidó y Leopoldo López.

Puede ser exageración decir que ‘soplan vientos de guerra’ en América del Sur, pero con un Maduro impredecible y de cara a las presidenciales, cualquier cosa puede pasar. Pero si bien tiene un ojo en el 2024, también lo tiene en Estados Unidos, porque corre el riesgo de que le reimplante las sanciones. /Redacción internacional.

 

Disputa de origen colonial

Llamada Guayana Esquiba en Venezuela, este territorio de 160.000 km2 es administrado por Guyana pese al viejo reclamo venezolano. Cuenta con yacimientos de petróleo y minerales, ricas cuencas hidrográficas y las famosas cataratas Kaieteur.

La controversia por la soberanía del Esequibo se remonta al siglo XIX. Caracas afirma que la zona le pertenece porque hacía parte de la Capitanía General de Venezuela del Imperio Español y que los límites en los países de Suramérica se establecieron bajo el principio "utis possidetis iuris", que implica que les corresponde el territorio que tenían durante la Colonia.

Su contraparte argumenta, en cambio, que la región fue adquirida en 1814 por el Imperio Británico, que controlaba la actual Guayana, a través de un tratado con Países Bajos que fue informado a España.

Emilio Figueredo, exembajador de Venezuela ante Naciones Unidas, explicó que en 1830 un enviado de la naciente República de Venezuela acordó con los británicos establecer la frontera en el río Moruca, ubicado al este del límite actual. Pero el lindero no fue aprobado por el Congreso de Venezuela y Londres empezó a trazar mapas en los que "desplazó la frontera" hasta la desembocadura del río Orinoco, que es el actual límite efectivo de ese país.

Caracas leyó ese trazado como una intromisión a su territorio y en la década de 1840 pidió ayuda a Estados Unidos para negociar con los británicos. Esa conversación resultó en un arbitraje internacional llevado a cabo en 1899 en París, que dictó una sentencia que fijó los límites con la entonces Guayana Británica, incluida la zona que ahora está en reclamación.

"Venezuela considera que ese laudo arbitral no es válido porque luego (en 1949) se descubren unos documentos que muestran que hubo connivencia entre los dos árbitros británicos y el ruso (tres de los cinco jueces)", explicó Figueredo.

A raíz del hallazgo, Venezuela, Reino Unido y Guyana, que se independizó en mayo de 1966, firmaron el Acuerdo de Ginebra, en el que se comprometieron a pactar una solución sobre la disputa y asumieron la nulidad de la sentencia arbitral. Sin embargo, Guyana defiende hoy la validez del laudo de 1899 y Caracas se aferra a Ginebra./AFP