Unas elecciones llenas de suspenso son las que hoy se verifican en Alemania y que marcan el final de una exitosa era política: la de la conservadora Ángela Merkel, quien decidió tras 16 años al mando de gobierno retirarse de la actividad pública.
Hace tan solo dos semanas, las encuestas sobre intención de voto daban una ventaja de más de cinco puntos porcentuales al líder del partido socialdemócrata, Olaf Scholz y quien actualmente funge como ministro de Finanzas gracias a la coalición con los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana, CDU, el partido de Merkel.
Sin embargo, en tan solo cinco días, esos vaticinios mostraron un gran cambio. La carta conservadora, Armin Laschet, logró recortar más de 3% a Scholz, quien se mantuvo en un inamovible 25%, mientras que los Verdes, con una campaña que hasta sus propios seguidores califican de decepcionante no superan el 15%.
Laschet, con el abierto impulso de la saliente canciller, llega a las urnas según las encuestas con una intención de voto de 23%, lo que lo ubica dentro del margen de error de las mismas. Y, a ello hay que sumarle que hasta mediados de semana el 40% de los alemanes no habían decidido por quién votar.
De esta forma, los sondeos que hace pocos días afirmaban que era seguro que Alemania giraría hacia una coalición de centro-izquierda luego de cuatro mandatos consecutivos de los conservadores se enfrentan hoy a su verdadera prueba de fuego: la de las urnas.
En la antesala de la decisiva jornada hay más dudas que certezas y entre estas últimas destaca que la votación será muy reñida, que ningún partido logrará la mayoría parlamentaria, lo que forzará a buscar alianzas partidistas, en unas negociaciones que se prevén tan complejas como largas.
Merkel, quien se involucró de lleno en la recta final de la campaña hizo un llamado tanto el viernes como ayer, en el acto de cierre, para votar por Laschet “para que Alemania siga estable” y fue enfática en señalar que “la cuestión de quién gobierna en Alemania no es baladí”.
Y fue por ello también visualizó un escenario preocupante si la mayor votación es por el socialdemócrata Scholz. “Se imaginan un gobierno rojo-rojo-verde?”, haciendo referencia a los colores que identifican a socialdemócratas, la izquierda radical de Die Linke y el Partido Verde.
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Escenarios postelectorales
Los sondeos previos a los comicios parlamentarios en Alemania anticipan un escenario postelectoral sin mayorías, donde el partido ganador estará abocado a tejer nuevas alianzas que, tras ocho años de gran coalición entre la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), parecen abiertas a la incorporación de hasta tres partidos.
La única certeza por ahora es que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) sigue siendo una línea roja para los grandes partidos y, aunque no se ha descartado por completo, parece complicado que Die Linke pueda integrarse en una hipotética alianza de izquierdas encabezada por el SPD y que por ahora solo se ha probado a nivel regional.
Estas son las posibles alianzas programáticas:
Gran Coalición. engloba a los dos grandes bloques: actualmente el conservador, integrado por la CDU y su socio bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), y el socialdemócrata. Aunque hubo breves experiencias en el pasado, ha sido bajo la batuta de Angela Merkel cuando se ha consolidado esta opción.
La canciller gobernó con el SPD en tres de sus cuatro mandatos desde 2005, con la única excepción del periodo transcurrido entre 2009 y 2013 en que se apoyó en el Partido Democrático Libre (FDP). Sin embargo, la gran coalición parece ahora una opción menos viable habida cuenta del auge de otros partidos que serían más afines a las dos principales formaciones.
La 'gran coalición' ha golpeado especialmente al SPD, al que le ha costado venderse como alternativa a Merkel cuando ha sido su muleta durante los últimos años.
La CDU Y el FDP. Conservadores y liberales conforman la alianza natural del centro-derecha en Alemania y ya saben lo que es gobernar juntos, la última vez hace menos de una década. Con Helmut Kohl al frente del Gobierno, ya fue la opción predilecta para el bloque conservador.
El candidato de la CDU a la Cancillería, Armin Laschet, gobierna con los liberales actualmente en Renania del Norte-Westfalia, por lo que si logra la victoria solo tendría que trasladar a nivel federal lo que ya aplica en el estado más poblado del país. Laschet ha aplaudido públicamente esta hipotética coalición.
SPD Y los Verdes. Estos últimos dispararon en los sondeos este año, con picos de intención de voto superiores incluso al 20 por ciento. Sin embargo, el fervor tras la elección de Annalena Baerbock como candidata se ha desinflado ligeramente y la opción más viable ahora pasa por que se incorporen como socios menores en una futura coalición.
Entre 1998 y 2005, con Gerhard Schroeder como jefe de Gobierno, el SPD ya se apoyó en la formación ecologista para gobernar. El candidato socialdemócrata en estas elecciones, Olaf Scholz, criticado en campaña precisamente por no dejar claro con quién está dispuesto a gobernar, sí ha sentenciado sin "ninguna duda" que Los Verdes es su opción predilecta.
Coalición Jamaica. La identificación por colores de los partidos en Alemania hace que se conozca el gobierno entre la CDU, el FDP y Los Verdes como la coalición Jamaica. Ya fue la opción más factible tras los comicios de 2017, pero los liberales terminaron bajándose del barco en el último momento.
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A nivel federal no hay experiencias de este tipo, si bien en el regional sí se ha aplicado en varios estados. Actualmente, es la opción de gobierno en Schleswig-Holstein, en la zona norte del país.
SPD, DIE LINKEy los Verdes. El SPD y Los Verdes encajan, pero pueden verse abocados a depender de un tercer socio si entre los dos no suman una mayoría suficiente en el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán. A nivel regional, esta tercera opción suele ir asociada a Die Linke.
Sin embargo, los analistas coinciden en que esta opción es más difícil de justificar entre ciertos votantes a nivel nacional. No en vano, Die Linke aún arrastra un pasado vinculado a la Alemania del Este y mantiene posiciones políticas controvertidas, por ejemplo, cuando pide la ruptura con la OTAN.
Los conservadores han intentado acorralar a Scholz para que descartase aliarse con Die Linke --incluso Merkel le ha increpado sobre este asunto--, pero el dirigente socialdemócrata ha rehuido el debate.
Coalición semáforo. El SDP y Los Verdes también podrían mirar hacia el FDP como tercer socio, pero parece improbable que los liberales estén dispuestos a llegar al poder a costa de elevar al Gobierno a los otros dos partidos y las negociaciones emprendidas en otras ocasiones han derivado en fracasos.
Solo ha funcionado en Renania-Palatinado, donde se ha reeditado esta coalición roja-amarilla-verde tras los comicios celebrados en marzo de este mismo año.
Coalición Kenia. La 'gran coalición' podría transformarse en 'Kenia' si a conservadores y socialdemócratas se suman Los Verdes, lo que dejaría a Alemania gobernada a tres bandas por sus principales partidos y, salvo sorpresas, con una mayoría absoluta más que consolidada.
Al igual que ocurre con otras alianzas, no se ha probado en el ámbito federal, pero sí en el estatal. En 2019, sí se optó a nivel regional por probar 'Kenia' para contener a la AfD, más por improvisación que porque realmente fuese un acuerdo tripartito natural