A entregar vacunas a los más pobres y cesar conflictos insta el Papa | El Nuevo Siglo
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Domingo, 4 de Abril de 2021

URGENTE llamado a la comunidad internacional para “superar los retrasos” en la distribución de las vacunas contra el coronavirus para promover su reparto “especialmente en los países más pobres” hizo el papa Francisco en su mensaje del Domingo de Pascua.

Por segundo año consecutivo en que por la pandemia del covid-19 no se pudo realizar la celebración ni impartir la bendición Urbi et Orbi (la ciudad y el mundo) en la plaza de San Pedro sino en la Basílica del mismo nombre, el Santo Padre también condenó  que haya "demasiadas guerras y demasiada violencia", incluso durante la pandemia.

El Pontífice impartió la bendición que lleva implícita la indulgencia plenaria, desde el interior de la basílica de San Pedro, tras haber celebrado la misa de Pascua del Domingo de Resurrección con el pleno de los miembros del colegio cardenalicio y un centenar de fieles. Como dato a relevar, y también por segundo año consecutivo, el Papa no pronunció homilía para dar paso a una reflexión que en el sobrecogedor silencio llevó a pensar en las víctimas de la pandemia, en los más necesitados y en los conflictos armados.

En un segundo momento, tras la misa de Resurrección, Francisco dedicó su discurso antes de la bendición al mundo a los más vulnerables, los enfermos de covid-19, los migrantes, las personas que debido a la pandemia viven en la precariedad y las poblaciones que sufren las guerras como Siria, Yemen y Libia.

"La pandemia todavía está en pleno curso, la crisis social y económica es muy grave, especialmente para los más pobres; y a pesar de todo -y es escandaloso-los conflictos armados no cesan y los arsenales militares se refuerzan", criticó.

De este modo lamentó que todavía hay demasiadas guerras y demasiada violencia en el mundo" para recordar que este 4 de abril se celebra el Día Mundial contra las minas antipersona. El Papa las ha definido como "artefactos arteros y horribles que matan o mutilan a muchos inocentes cada año e impiden que los hombres caminen juntos por los senderos de la vida, sin temer las asechanzas de destrucción y muerte". "¡Cuánto mejor sería un mundo sin esos instrumentos de muerte!", ha insistido.

En años anteriores el Papa solía asomarse al balcón central de la Logia para impartir la bendición apostólica ante cientos de fieles congregados pero las restricciones en Italia que está completamente confinada lo impidieron.


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Las ‘llagas’ del mundo

El Pontífice aprovechó la bendición apostólica para hacer un repaso de las "llagas" del mundo ante las que "Cristo resucitado es esperanza".

Así ha comenzado refiriéndose a todos los que aún sufren a causa de la pandemia como "los enfermos", "los que perdieron a un ser querido" o los que "han perdido el trabajo" para los que ha pedido que reciban "la ayuda imprescindible para un sustento adecuado". "Desgraciadamente, la pandemia ha aumentado dramáticamente el número de pobres y la desesperación de miles de personas", subrayó.

Además recordó a los jóvenes que se han visto obligados a "pasar largas temporadas sin asistir a la escuela o a la universidad" y ha reivindicado la necesidad de "experimentar relaciones humanas reales y no sólo virtuales, especialmente en la edad en que se forman el carácter y la personalidad".

Silenciar las armas

El Papa también hizo un análisis geopolítico de los conflictos del mundo. Así ha recordado a los jóvenes de Myanmar, "que están comprometidos con la democracia, haciendo oír su voz de forma pacífica, sabiendo que el odio sólo puede disiparse con el amor". Y ha reivindicado un "renacimiento" para los emigrantes que huyen de la guerra y la miseria.

"En sus rostros reconocemos el rostro desfigurado y sufriente del Señor que camina hacia el Calvario", ha dicho el Papa que también ha elogiado a los países que los acogen "con generosidad" como Líbano y Jordania han hecho con los sirios.

Igualmente aprovechó su alocución para pedir la paz en Siria, en Yemen "cuyas vicisitudes están rodeadas de un silencio ensordecedor y escandaloso" y en Libia, "donde finalmente se vislumbra la salida a una década de contiendas y enfrentamientos sangrientos". Por ello pidió a la comunidad internacional ayudar a “este pueblo que atraviesa un período de dificultades e incertidumbres2.

El Papa también pidió porque "israelíes y palestinos vuelvan a encontrar la fuerza del diálogo para alcanzar una solución estable", insistiendo en una solución con dos Estados independientes.

En su mensaje, el papa elogió "el camino de pacificación que ha emprendido" Irak, donde estuvo en marzo en una visita histórica, y fustigó "la violencia interna y el terrorismo internacional" en el Sahel y en Nigeria, así como en la región de Tigray y Cabo Delgado. También pidió la liberación de los prisioneros en los conflictos de Ucrania y Nagorno Karabaj, al tiempo que oró para que quienes los combaten "puedan volver sanos y salvos con sus familias".


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"Internacionalismo de las vacunas"

Sobre la crisis sanitaria, Jorge Bergoglio, después de rendir homenaje a los médicos y enfermeras en primera línea de la pandemia, recordó que "las vacunas son una herramienta esencial en esta lucha".

"En el espíritu de un 'internacionalismo de las vacunas', insto a toda la comunidad internacional a un compromiso común para superar los retrasos en su distribución y para promover su reparto, especialmente en los países más pobres", dijo.

En todo el mundo, "desgraciadamente, la pandemia ha aumentado dramáticamente el número de pobres y la desesperación de miles de personas", advirtió, pidiendo a "las autoridades públicas" suministrarles "la ayuda imprescindible para un sustento adecuado". 

El Sábado Santo, durante la Vigilia Pascual, el Pontífice papa había lanzado un mensaje de esperanza: "Siempre es posible volver a empezar, porque existe una vida nueva que Dios es capaz de reiniciar en nosotros más allá de todos nuestros fracasos". /