Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han pedido a los Estados que se preparen para que la vacuna contra el covid-19 esté disponible para el 1 de noviembre, solicitándoles que eliminen cualquier eventual obstáculo que pueda impedir la apertura de los lugares de distribución.
En una carta enviada a los gobernadores del país, el director de los CDC, Robert Redfield solicita “con urgencia su ayuda para agilizar la puesta en marcha de estas instalaciones de distribución”, escribió en el documento.
En su misiva también pidió que, “de ser necesario, no aplicar los requisitos que pudieran impedir que estas instalaciones estén completamente operativas para el 1 de noviembre 2020”, dos días antes de las elecciones presidenciales, en las que Trump busca un segundo mandato.
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Las autoridades sanitarias se preparan rápidamente para poner en marcha una “distribución a gran escala de la vacuna contra el covid-19 para el otoño 2020”, subrayó Redfield en su carta.
Como se recordará el presidente Trump aseguró, hace algunos días, que su país tendría acceso a la vacuna “este año”, siendo esta una de sus grandes apuestas electorales.
A principios de agosto, los CDC ya habían comunicado a los Estados que asumieran que podría haber “dosis limitadas” disponibles de una vacuna en otoño.
Ahora, en su nueva carta señala que el Departamento de Salud y Servicios Humanos y los CDC “están haciendo rápidos preparativos para aplicar una distribución a gran escala de las vacunas de covid-19 en el otoño de 2020”.
Cuestionado sobre la carta de los CDC, el portavoz de Salud y Servicios Humanos, Michael Caputo, señaló que es “cada vez más probable” que muchas dosis de vacunas estén disponibles para enero. “Los médicos y los datos están impulsando el avance de todas las medidas contra el covid-19”, afirmó.
Los Estados se han estado preparando enérgicamente para una vacuna, y la fecha del 1 de noviembre es acorde a los preparativos anteriores, sostuvo por su parte Michael Fraser, líder ejecutivo de la Asociación de Autoridades de Salud Estatales y Territoriales.
Según Fraser, probablemente se necesitará una autorización de uso de emergencia de la Administración de Medicamentos y Alimento (FDA) para distribuir una vacuna tan pronto.
De confirmarse esta fecha, sería tan solo dos días antes de las elecciones del 3 de noviembre, en las que el presidente, Donald Trump, buscará su segundo mandato. El Mandatario dijo previamente que cree que habrá lista una vacuna para el día de las elecciones o poco antes.
Sobre posibles interferencias políticas en los estudios para el desarrollo de las vacunas contra el covid-19 a la FDA, que buscarían acelerar o ralentizar el trabajo con el fin de favorecer o perjudicar a una u otra campaña, el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, afirmó reiteradamente que la ciencia guiará cualquier decisión.
Por su parte, un representante federal familiarizado con los planes indicó que la fecha del 1 de noviembre es solo para planificación y no pretende influir en las elecciones presidenciales. Según este funcionario, el Gobierno está basándose en el supuesto de que habrá una vacuna disponible.
Aunque varias vacunas se encuentran en pruebas clínicas, aún no hay plena certidumbre de que alguna de ellas sea eficaz y segura. Sin embargo, las autoridades estadounidenses preparan desde ya el proceso de distribución para ganar tiempo.
Estas dos vacunas parecen corresponder a las desarrolladas por los laboratorios estadounidenses Pfizer y Moderna respectivamente.
Estados Unidos apartó millones de dosis de estas empresas, pero también de AstraZeneca, Johnson & Johnson, Novavax y Sanofi, a fin de garantizar entregas rápidas de la vacuna vencedora.
“Los escenarios descritos deben ser utilizados por los Estados y jurisdicciones locales para desarrollar un plan operacional de vacunación precoz contra el covid-19, mientras el suministro de vacunas sea limitado”, explica el documento.
El documento detalla además, las condiciones de envío y almacenamiento de las vacunas, así como las poblaciones que deberán recibirla de manera prioritaria, como el personal médico y los trabajadores considerados “esenciales”.
Carrera por la vacuna corre a toda velocidad en Estados Unidos, el país con más casos registrados en el mundo por la pandemia.