Gobierno de Biden podría reducir las tensiones México – EU | El Nuevo Siglo
El presidente de México se preocupa principalmente por su política interna, en ese sentido es de esperar que mantenga una postura pragmática con la administración Biden.
Foto archivo AFP
Domingo, 8 de Noviembre de 2020
Redacción internacional

En julio de 2020, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador visitó la Casa Blanca unos días después de que entrara en vigencia el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC). Pero evitó una reunión con el candidato demócrata y nuevo mandatario electo Joe Biden al considerar que "no sería correcto hablar con los candidatos porque es una visita de trabajo". Esto a pesar de que, cuando era vicepresidente, Biden se reunió con López Obrador mientras era candidato en la carrera presidencial de 2012 en México.

La decisión de no ver a Biden llevó a especulaciones sobre otras razones detrás de la medida, como la apuesta del mandatario mexicano por una victoria del presidente Donald Trump o el interés de no enojar al presidente estadounidense.



Otra posibilidad, dado que el canciller mexicano Marcelo Ebrard trabajó en la campaña de 2016 para la candidata demócrata Hillary Clinton, es que el gobierno mexicano sintiera que podría trabajar por canales secundarios para reconstruir las relaciones en caso de que Biden ganara, como así ha sucedido. La actual embajadora de México en Washington, Martha Bárcena, dijo en su momento que el gobierno de su país no estaba a favor ni en contra de ninguno de los candidatos y seguirá trabajando con quienquiera que sea el ocupante de la Casa Blanca.

Después de todo, la relación es demasiado importante para estropearla, dada una frontera compartida de más de 3.200 kilómetros, más de 600 mil millones de dólares en el comercio bilateral de 2019 y 37 millones de personas en los Estados Unidos que son de ascendencia mexicana.

El asesor de Biden, Juan González, advirtió que la visita de López Obrador a la Casa Blanca y los elogios a Trump podrían tener un costo político. Pero el ex embajador de México en Estados Unidos y miembro de la junta de la Americas Society, Arturo Sarukhan, dice que no espera que Biden "extraiga el dolor" y que, en cambio, "habrá un restablecimiento completo en el discurso, la narrativa y el compromiso" con el país manito.

La ex embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, hizo eco de este sentimiento y dijo que Biden buscaría relaciones bilaterales basadas en el "respeto, la dignidad y la colaboración".

También existe la posibilidad de que los lazos no cambien tanto. Después de todo, López Obrador se preocupa principalmente por la política interna, lo que significa que adoptó un enfoque de apaciguamiento con Trump para evitar conflictos precisamente para poder mantener sus ojos en los objetivos en casa. Ahora que Biden será el presidente, es previsible que el mandatario mexicano continuará centrado en lo que quiere hacer dentro de sus fronteras.

A pesar de lo anterior es indudable que el cambio de administración traerá necesariamente cambios en la relación. A continuación EL NUEVO SIGLO hace un análisis de cuáles pueden ser los principales efectos de la elección.

Inmigración

Dejando a un lado las preocupaciones sobre las relaciones, una de las principales declaraciones de Biden sobre las relaciones con México asegura que revertiría algunas medidas de Trump que afectan al vecino del sur México, tales como la finalización de la política de Protocolos de Protección Migratoria de la administración Trump, comúnmente conocida como el programa "Quédate en México".

Esta medida envió a unos 60.000 solicitantes de asilo a esperar en su país a que se agotara todo el proceso ante la corte en suelo mexicano, política que se basó en la certeza de que difícilmente quienes no conseguían el estatus jurídico abandonaban el país y se quedaban de manera irregular en los Estados Unidos.



A través de la amenaza de aranceles a las importaciones mexicanas, Trump logró que el gobierno mexicano actuara de manera más agresiva hacia los migrantes que cruzaban su territorio. A principios de este año, la Guardia Nacional de México y los agentes de inmigración disolvieron una caravana de migrantes cerca de la frontera con Guatemala antes de que tomara impulso.

El muro

Con respecto al muro fronterizo entre Estados Unidos y México, se podrían esperar cambios en la administración de Biden, quien ha dicho que la región "no debe ser tratada como una zona de guerra". El presidente electo ha asegurado que planea poner fin al desvío de fondos del Pentágono para la construcción de muros y detendrá la compra y expropiación de predios para despejar el camino para la construcción de la muralla.

Biden dijo en agosto de 2020 que en su administración la obra sería candelada y que invertiría en tecnología fronteriza y en mejorar los procedimientos de control en la línea limítrofe con la cooperación de Canadá y México.

Tráfico de armas y seguridad

Biden apoya el restablecimiento de la prohibición de las armas de asalto, una medida impopular entre sus ciudadanos y a la que se opondrá la poderosa Asociación Nacional del Rifle (con mucha influencia en el congreso estadounidense), pero importante para las relaciones entre los dos países, dada la cantidad de armas que ingresan de contrabando a México.

Quien será nuevo mandatario propone exigir a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos para que emita informes anuales, que proporcionarían información para identificar estrategias para combatir el tráfico de armas de fuego y de esa manera reducir los elevados niveles de violencia en la frontera entre grupos de narcotraficantes que se disputan las rutas de tráfico hacia el país del norte.

Comercio

Hay un área en la que es poco probable que veamos una reversión, y es el T-MEC. Biden expresó su apoyo al acuerdo luego de que el Congreso de los Estados Unidos aprobara su implementación en diciembre de 2019 y dijo que "la gran mayoría del movimiento sindical lo apoyó".

Donde podría haber una diferencia es en cómo la administración de Biden lo haría cumplir, dados los respaldos que el entonces candidato obtuvo de los sindicatos. Los demócratas en la Cámara de Representantes aprobaron el T-MEC después de insertar medidas adicionales, que fueron elogiadas por Biden, para establecer medidas que garanticen que las fábricas mexicanas se adhieran a las protecciones laborales y permitir aranceles a las empresas que violen esas normas laborales.

Sin embargo vale mencionar que la futura vicepresidente, Kamala Harris, fue una de los ocho senadores demócratas que no respaldaron el tratado de libre comercio y aunque ahora lo apoyen podrían intentar introducir modificaciones.

Energía y medio ambiente

Un área donde el gobierno de López Obrador podría enfrentar un desafío con Biden es en el campo de la energía. El presidente electo, que respalda un plan de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050, propone una estrategia de inversión regional centrada en energías limpias e infraestructura sostenible para impulsar la innovación "de Canadá a Chile".

Mientras tanto, el gobierno mexicano ha redoblado una política energética estatista que prioriza procesos extractivos y los combustibles fósiles.



Además, las medidas del gobierno de López Obrador para restringir o cancelar contratos internacionales en los sectores de electricidad y energías renovables podrían ir en contra de las disposiciones ambientales del T-MEC.

Los observadores dicen que es más probable que la administración de Biden aplique mayores presiones en este frente que Trump.

Las disputas energéticas, que se cree se acrecentarán durante el gobierno de Biden, han afectado la inversión, lo que ha contribuido a llevar a México a la recesión, incluso antes de que la pandemia de coronavirus la agravara.