Gobierno tecnócrata, ¿la solución final a la crisis política en Italia? | El Nuevo Siglo
MARIO Draghi, considerado el salvador de la zona euro en 2012 en plena crisis de la deuda, debe ahora prestar auxilio a Italia,
Foto archivo Anadolu
Miércoles, 3 de Febrero de 2021
Redacción internacional

LA ÚLTIMA vez que se recurrió a un personaje por encima de los partidos para formar un gobierno de largo aliento en Italia fue hace una década y hoy parece ser la única vía para volverlo a lograr.



Los elegidos para esa titánica tarea tenían perfiles y logros muy similares.  En 1993 el encargado de volver a enrutar el país fue el exgobernador del Banco de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, dos años después  la misión fue Lamberto Dini, a quien siguió en 2011  Mario Monti y  el llamado ahora es el expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

Todos economistas de formación y que ganaron reconocimiento por sus acertadas gestiones en difíciles momento económicos, especialmente Draghi considerado ‘el salvador’ de la zona euro, en  2012, cuando la crisis de la deuda azotó la economía del Viejo Continente.

Y aunque hay voces que señalan que la tecnocracia característica de  principios del siglo XXI es la tendencia a suplantar el poder político en vez de apoyarle con su asesoramiento, lo que ocurre en la actualidad, con el grave impacto que el covid-19 ha dejado en las economías, es que los ciudadanos busquen más que a políticos, líderes con credibilidad, visión de país y probada capacidad gerencial.

Y así como en 1993, tras la caída del gobierno de Giuliano Amato, del Partido Socialista llevó a Ciampi a manejar las riendas del país durante casi un año, con un gabinete que mezcló ministros de perfil político con otros más técnicos, especialmente en el ámbito económico, en este comienzo del 2021 Draghi intentará hacer lo propio, aunque el escenario se le vislumbra difícil más no imposible.

El actual presidente de Italia, Sergio Mattarella, cree que ahora es momento de un "gobierno de alto perfil", y tras la fracasada apuesta del actual primer ministro Guiseppe Conte de formar un tercer gabinete, encargó a Draghi, quien confió en encontrar, de los políticos, “una respuesta a la altura de la situación", dado que el país atraviesa "un momento difícil", tanto por la emergencia sanitaria como por la debacle de la economía, para el cual hay aprobado un plan colosal plan de reconstrucción financiado por la Unión Europea.

"Confío en la unidad de los partidos políticos y grupos parlamentarios para dar una respuesta responsable", dijo el experto economista en un primer mensaje y en la antesala de iniciar consultas con los mismos.

Draghi es un respetado personaje porque tiene la experticia económica pero sobre todo el firme deseo de que su tierra natal, uno de los europeos más impactados por la pandemia del coronavirus, vuelva a encontrar la senda del crecimiento y el bienestar. Pero ello no será posible sin una estabilidad política.

De entrada hay una ventaja: la negativa generalizada a realizar nuevas elecciones.

Bajo esta óptica se da por descontado que reciba el apoyo de Italia Viva, el partido del expremier Matteo Renzi -el mismo que causó la actual crisis al salirse de la coalición gobernante- y de la derecha moderada de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi. Pero si lo que busca, tal como lo anticipó, tener el apoyo de todos los parlamentarios, para repetir lo que llamó “fórmula Úrsula” en alusión al consenso de diversas fuerzas políticas que permitió llevar a la actual presidencia de la Comisión Europea a Ursula von der Leyen, deberá ir más allá.



Tendrá que jugársela a fondo para logar el apoyo del Partido Democrático (PD) de centroizquierda -que se mostró abierto al diálogo por el bien del país- así como de pequeños grupos de centroderecha, pero sobre todo del gobernante Movimiento 5 Estrellas (M5E) liderados por Conte.

Y realmente ahí estará el nudo de la negociación porque estos ‘antisistema’ no estarían de acuerdo con un gobierno liderado por un ‘técnico’ e inclusive varios de sus integrantes han calificado a Draghi como el ‘apóstol de las élites’.

Pero la seriedad, discreción y determinación del arquitecto de la recuperación de la zona euro pueden convencer a los M5E que este es el momento de pensar en grande por el bien de todos los italianos, miles de los cuales fueron golpeados por el covid, bien contagiándose o perdiendo a sus seres queridos y que ahora esperan con ansia la reactivación de la economía, la que sufrió una caída de 8.9% el año pasado.

Si logra el consenso político, Italia tendrá el cuarto gobierno tecnócrata de su historia