El ejército israelí bombardeó el miércoles Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, a la espera de una posible incursión terrestre de envergadura, y en plenas negociaciones en El Cairo para una tregua que, según Hamás, son "decisivas" tras siete meses. de guerra.
La reanudación de las negociaciones en la capital egipcia se lleva a cabo con la presencia de representantes israelíes y del movimiento islamista palestino, así como los mediadores de Catar, Estados Unidos y Egipto, informó un medio cercano a las autoridades egipcias.
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Pese a las advertencias internacionales, los tanques israelíes tomaron la víspera el control del lado palestino del paso fronterizo entre Egipto y la ciudad de Rafah, principal punto de entrada de la ayuda humanitaria al enclave palestino.
también en el sur, cerrado tras un ataque con cohetes el domingo que mató a cuatro soldados.
"Están llegando al camiones cruce procedentes de Egipto con ayuda humanitaria, incluyendo comida, agua, material para entrar, medicinas y equipamientos médicos facilitados por la comunidad internacional", indicó un comunicado del ejército.
Los suministros entrarán en el enclave tras ser sometidos a inspección, añadió.
Pero Juliette Touma, portavoz de la UNRWA, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, dijo a la AFP que este paso "seguía sin estar abierto" a los medios mañana.
Otro paso fronterizo desde Israel, el de Erez, más al norte, está igualmente abierto para la llegada de ayuda, agregó el ejército.
- Suspensión de envío de armas -
Estados Unidos pareció el cierre de estos cruces fronterizos como "inaceptable".
Presionada por las protestas propalestinas en los campus universitarios estadounidenses, la administración de Joe Biden detuvo la semana pasada los envíos de determinadas bombas a Israel por las "preocupaciones" ante una ofensiva contra Rafah.
"Se trata de 1.800 bombas de 907 kilos y 1.700 bombas de 226 kilos", dijo un alto funcionario de la administración bajo condición de anonimato.
Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea instalaron a Israel a no adentrarse en Rafah --donde se hacinan 1,4 millones de palestinos, sobre todos los desplazados, según la ONU--, por temor a un baño de sangre ya un empeoramiento de la crisis humanitaria en la Franja. Catar pidió el miércoles a la comunidad internacional actuar para evitar un "genocidio".
Tras la evacuación el lunes de decenas de millas de palestinos de zonas del este de Rafah y el cierre del paso fronterizo con Egipto, las fuerzas israelíes siguen bombardeando la ciudad.
También hubo bombardeos en Ciudad de Gaza, en el norte, donde un hospital anunció la muerte de siete miembros de una familia.
"Ronda decisiva"
El destino de Rafah y el de los rehenes israelíes secuestrados por Hamás están en juego en las negociaciones en la capital egipcia, pero tanto Israel como el grupo islamista se muestran inflexibles en sus posiciones.
Un alto cargo de Hamás dijo el miércoles a la AFP que su movimiento "insiste en las reclamaciones legítimas de su pueblo" y aseguró que se trata de una "ronda decisiva".
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, instó a su delegación a "mantenerse firme sobre las condiciones necesarias para la liberación" de los rehenes.
Estas negociaciones representan "la última oportunidad para Netanyahu y para las familias" de los rehenes "de ver regresar a sus hijos", advirtió la víspera otro líder islamista.